
Los pacientes con atención interdisciplinaria obtienen mejores resultados: en artritis reumatoide, la funcionalidad mejora 3,81 veces, y en VIH, la adherencia al tratamiento es 1,82 veces mayor.
Bogotá, noviembre de 2025 – La colaboración entre distintas especialidades médicas es fundamental para mejorar los diagnósticos, tratamientos y la recuperación de los pacientes. La integración de múltiples disciplinas médicas no solo reduce complicaciones, sino que también mejora la tasa de supervivencia y garantiza una mejor calidad de vida post-hospitalización en diversas patologías.
Los avances médicos han demostrado que el trabajo en equipo entre especialistas es esencial para abordar enfermedades complejas. Por ejemplo, en patologías como el cáncer, la coordinación entre oncología, hemato-oncología, cirugía oncológica y psicología permite ofrecer tratamientos más efectivos y personalizados. De igual manera, en trastornos neurológicos, la interacción entre neurología, neurocirugía, neuroortopedia y psiquiatría facilita una mejor evaluación y abordaje de cada caso.
Datos de Cuenta de Alto Costo (CAC) muestran que los pacientes con artritis reumatoide que reciben atención interdisciplinaria tienen 3,81 veces más probabilidades de presentar un índice de discapacidad bajo, mientras que en VIH, la adherencia al tratamiento es 1,82 veces mayor en quienes reciben un enfoque integral.
En unidades de cuidados intensivos, la interdisciplinariedad también es clave. Especialidades como cardiología, neumología, anestesiología y enfermería avanzada trabajan en conjunto para tomar decisiones rápidas y acertadas en situaciones críticas, optimizando la recuperación de los pacientes.
El Hospital Infantil Universitario de San José, con 56 especialidades médico-quirúrgicas, ha consolidado un modelo de trabajo basado en la colaboración interdisciplinaria, asegurando un enfoque integral en el diagnóstico, tratamiento y recuperación de los pacientes. Con este enfoque, la institución médica sigue fortaleciendo la integración de especialidades para ofrecer tratamientos más efectivos y mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
Como parte del compromiso del grupo hospitalario con una atención centrada en el paciente y basada en la evidencia, instituciones aliadas como la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) también han desarrollado prácticas interdisciplinarias en diferentes especialidades.
Una de ellas es la neuropsicología, que trabaja de manera integrada con neurología, neurocirugía, psiquiatría, fisiatría, pediatría, geriatría, oncología y medicina interna. “La neuropsicología permite una comprensión más profunda del impacto que tienen diversas condiciones médicas en el funcionamiento cognitivo y conductual del paciente. Su colaboración con otras especialidades médicas garantiza una atención más holística y centrada en las necesidades individuales de cada paciente”, explica Clara Piedad Hernández Torres, neuropsicóloga clínica y coordinadora de la especialización en Neuropsicología de la FUCS.
Casos como la cirugía cerebral con paciente despierto muestran cómo el enfoque interdisciplinario puede transformar la atención. “Este procedimiento requiere una planificación meticulosa entre distintas áreas médicas, comunicación fluida y una toma de decisiones conjunta que garantice la seguridad del paciente y la preservación de funciones neurológicas”, añade la especialista.
Este modelo de trabajo colaborativo no solo optimiza la atención, sino que impulsa la innovación y la evolución constante de la medicina, garantizando un sistema de salud más eficiente y centrado en el paciente.


