La policía israelí expulsó a una familia palestina de la casa en la que vivía desde hace 70 años en Jerusalén Este y que quedará en manos de colonos, constataron periodistas de la AFP.
La familia Sub Laban llevaba desde 1978 luchando ante los tribunales israelíes para evitar su desahucio de la casa situada en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, un sector ocupado y anexionado por Israel desde 1967.
Pero de acuerdo con una decisión judicial, la policía intervino el martes para expulsar a la familia, que en mayo había recibido un aviso para marchar antes del 11 de junio.
“No tienen derecho a expulsarme de mi casa”, dijo Nora Sub Laban, de 68 años, a la AFP.
El desahucio provocó riñas entre militantes israelíes, palestinos y la policía.
El responsable en los territorios palestinos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo que esta expulsión puede constituir “un traslado forzado”, lo que sería “un crimen de guerra”.
Nora y Mustapha Sub Laban, de 73 años, emprendieron hace 45 años una lucha judicial contra las autoridades y colonos israelíes.
Los demandantes israelíes aseguran que el hogar estaba habitado por judíos antes de la creación del Estado de Israel en 1948 y la anexión de Jerusalén Este por parte de Jordania, posterior a la primera guerra árabe-israelí.
En este sentido, invocaron una ley israelí de 1970 que les permite recuperar una propiedad perteneciente a judíos antes de 1948, aunque no guarden ningún parentesco.
Los Sub Laban defendían que obtuvieron el estatuto de “inquilino protegido” de Jordania durante los años 1950, antes que Israel conquistara y se anexionara esta parte de la ciudad, en un movimiento considerado “inválido” por la ONU.
Sin embargo, la justicia respaldó la expulsión alegando que no vivían allí de forma permanente.
Según la oenegé anticolonización Ir Amim, alrededor de 150 familias palestinas están amenazadas de expulsión en la Ciudad Vieja y las zonas adyacentes.
Más de 220.000 colonos viven en Jerusalén Este frente a unos 370.000 palestinos, asegura la oenegé, que denuncia una estrategia para consolidar “la hegemonía israelí” en la ciudad.