“La Casa Refugio Distrital, espacio seguro para las mujeres en Santa Marta”

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Para la alcaldesa Virna Johnson la eliminación de la violencia contra la mujer en Santa Marta es una prioridad, por ello se cuenta con la Casa Refugio, un espacio seguro donde las mujeres son atendidas de manera integral. 

Por la seguridad, salvaguarda de la vida de las víctimas y atendiendo aspectos legales contemplados en la Ley 1257 del 2008, la ubicación de este inmueble se mantiene en reserva y se maneja con absoluta discreción. 

La Casa Refugio del Distrito de Santa Marta en el año 2020 y 2021 brindó protección a decenas de mujeres y a sus hijos, con atención psicosocial y jurídica, servicios de salud, recreación y alimentación.  

LOGROS 

“Uno de los grandes avances y logros que hemos tenido desde la Alcaldía de Santa Marta, a través de la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género ha sido la creación de la Casa Refugio, debido a que las mujeres ahora tienen la oportunidad de tener un espacio tranquilo y de protección como estrategia de seguridad para ponerse a salvo de sus agresores”, indicó la secretaria de la Mujer y Equidad de Género Distrital, Carlina Sánchez. 

La funcionaría añadió: “Las mujeres que permanecen en la Casa Refugio cumplen un reglamento interno y bajo lo que indica la Ley 1257 del 2008, donde las cuidamos de sus victimarios”. 

UNA VIDA SIN VIOLENCIA: 

La Casa Refugio es un espacio de vida que impacta en la desarticulación de los  ciclos de violencia a los que se enfrentan las mujeres y permiten aportar en  la reconstrucción de sus vidas, que tiene como propósito el seguimiento e identificación de necesidades, reconocimiento de estado emocional y convivencia, conocer expectativas y propósitos de las mujeres en su nueva etapa de vida. 

Evelin Urdaneta, una de las mujeres protegidas en la Casa Refugio Distrital, indicó que: “Me atendieron muy bien en la casa de acogida, me sentí muy acompañada en mí proceso y agradezco que ese espacio sea una realidad”. 

El proceso en la casa de acogida busca potencializar el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres, su autonomía y sus habilidades. Para ello, se desarrollan acciones en un proceso que está conformado por cuatro etapas: Ingreso, permanencia, egreso y seguimiento.