Por Sergio Goncalves, Catarina Demony y David Latona. LISBOA, 10 mar -El líder de los socialistas portugueses de centro-izquierda admitió su derrota en las elecciones parlamentarias del domingo, después de que su partido quedó segundo tras sus rivales de centro-derecha por un estrecho margen, mientras que la cuota de votos de la extrema derecha crecía significativamente.
Con el 99% de las papeletas escrutadas, el Partido Socialista (PS) quedaba por detrás por sólo 438 votos, prácticamente empatado a 28,7% con la Alianza Democrática (AD) de centro-derecha, aunque el recuento de votos en el extranjero aún estaba pendiente.
Sin embargo, una formación conservadora de la región de Madeira eligió a tres diputados, lo que refuerza la causa de la AD.
La AD y sus aliados de Madeira obtuvieron un total de al menos 77 escaños en el Parlamento de 230 escaños, por delante de los 74 del PS. La ultraderechista Chega quedó tercera, con 46. Con 11 escaños aún por atribuir tras el recuento final, la derecha combinada domina claramente la nueva legislatura.
El discurso de concesión del líder del PS, Pedro Nuno Santos, borró todas las dudas sobre el ganador cuando felicitó a la AD por su victoria a pesar de la remontada tardía de su partido en el recuento.
El PS, en el poder desde finales de 2015, había quedado por detrás de la AD en la mayoría de los sondeos de opinión desde que el primer ministro socialista Antonio Costa dimitió en noviembre en medio de una investigación por corrupción.
Santos dijo que su partido lideraría ahora la oposición, que no podía quedar en manos de Chega.
El partido populista quedó tercero con más del 18% de los votos, casi triplicando su resultado en las elecciones de 2022, lo que probablemente dé a la derecha combinada una mayoría parlamentaria, aunque la moderada AD se ha negado hasta ahora a negociar con los populistas.
El líder de Chega, André Ventura, declaró a la prensa que la votación del domingo “demostró claramente que los portugueses quieren un gobierno de AD con Chega”.
Chega hizo campaña con un mensaje antisistema, prometiendo acabar con la corrupción y expresando hostilidad hacia lo que considera una inmigración “excesiva”.
El PS y el Partido Socialdemócrata (PSD), que dirige la recién creada AD, se han alternado en el poder desde el final de una dictadura fascista hace cinco décadas.
En el mitin de la noche electoral de AD, su simpatizante Paula Madeiro afirmó que “no hay duda de que la inestabilidad será constante”.
Alexandra Ferreira, estudiante de Derecho de 21 años y miembro del Partido Socialista, se mostró “muy triste” con los resultados por el crecimiento de la extrema derecha. Dijo que demostraba que “tenemos una sociedad sin memoria”, en referencia a la dictadura que terminó en 1974.
La votación del domingo fue provocada por la dimisión del primer ministro socialista Antonio Costa en medio de una investigación por corrupción hace cuatro meses.
Entre los temas que dominan la campaña en el país más pobre de Europa occidental figuran la crisis de la vivienda, los bajos salarios, el deterioro de la sanidad y la corrupción, que muchos consideran endémica en los partidos mayoritarios.
(Reporte de Catarina Demony y Sergio Goncalves; Escrito por Andrei Khalip y David Latona; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
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