La Fundación Barco se unió a la conmemoración del aniversario número 25 de la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de Minas, un importante hito en los esfuerzos globales para poner fin al uso de minas antipersonal, armas que tienen un impacto devastador en comunidades de todo el mundo y que no discriminan sobre el objetivo.
Tras su firma en diciembre de 1997, el tratado entró en vigor el 1 de marzo de 1999, estableciendo una prohibición global sobre cualquier uso, producción, almacenamiento y transferencia de minas antipersonal, así como obligaciones para despejar terrenos contaminados y ayudar a las víctimas de minas terrestres, convirtiéndose en la primera vez en la historia que un arma convencional se prohibía y se reconocía el derecho de las víctimas a acceder a la asistencia en un tratado de desarme.
Reflexionando sobre los últimos 25 años, la Sra. Tamar Gabelnick, Directora de la Campaña Internacional para Prohibir las Minas Antipersonal – Coalición de Municiones en Racimo (ICBL-CMC), aseguró: “Durante los últimos 25 años, la ICBL ha impulsado un cambio transformador en el desarme humanitario. Nuestros esfuerzos colectivos han llevado a cambios tangibles y duraderos para las comunidades afectadas por las minas, desde el despeje de enormes extensiones de tierra hasta el reconocimiento de los derechos de los supervivientes. Con decenas de millones de minas almacenadas destruidas y un respeto casi universal por la prohibición de su uso, también se ha reducido el riesgo futuro para las comunidades”.

En Colombia, desde 2006, la Fundación Barco se ha dedicado a realizar procesos de Educación en el Riesgo de Minas para mitigar las posibles consecuencias de las minas instaladas durante el conflicto armado en Colombia, con el fin último de proteger a las comunidades, y desde 2018 inició la implementación de técnicas innovadoras de pedagogía como el uso de tecnología 3D, la serie televisiva Lalo y Lulú de la mano con Discovery, y un videojuego de enseñanza en el marco del programa Pasos Seguros que desarrolla con USAID.
Hasta el momento, la convención cuenta con el amplio apoyo de 164 países formalmente comprometidos y que realizan acciones para actuar en contra de las minas antipersonal. En los últimos 25 años, el tratado ha tenido un impacto notable, logrando una reducción sustancial de alrededor de 25.000 víctimas por año en 1999 a menos de 5.000 víctimas registradas el año según el Monitor de Minas Antipersonal. De igual forma, se ha logrado que grandes extensiones de tierra contaminada sean despejadas y devueltas a un uso productivo, con más de 30 países convirtiéndose en libres de minas.
A esto se le suma el reconocimiento de los derechos y necesidades de las víctimas de minas antipersonal, con esfuerzos para brindar asistencia que incluye atención médica, rehabilitación y apoyo psicosocial, así como inclusión social y económica.
El Tratado de Prohibición de Minas también ha inspirado y servido como modelo para otros instrumentos internacionales, incluyendo la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Convención sobre Municiones en Racimo, el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, y más recientemente la Declaración Política sobre el Uso de Armas Explosivas en Áreas Pobladas.
A pesar de estos logros, persisten desafíos significativos. Docenas de países todavía permanecen contaminados, entre esos Colombia. En muchos casos, los esfuerzos de desminado han sido lentos, con la contaminación de minas improvisadas planteando desafíos adicionales. Muchas formas de vida se ven directamente afectadas y las comunidades enfrentan diariamente la amenaza de un accidente. La educación sobre riesgos y la asistencia a las víctimas siguen siendo desafíos apremiantes. Actualmente el país ocupa el sexto puesto entre los lugares con más minas antipersonal.



La Campaña Internacional para la Prohibición de Minas Antipersonal (ICBL) ha desempeñado un papel fundamental en el movimiento global para prohibir las minas terrestres, trabajando mano a mano con gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades afectadas para crear el tratado, ampliar su membresía y garantizar que sus disposiciones poderosas se pongan en práctica por parte de los estados. La ICBL ha permanecido a la vanguardia de los esfuerzos para que se cumpla su promesa y poner fin de manera concluyente a la plaga global de minas terrestres.
La ICBL y la Fundación Barco invitan a redoblar los esfuerzos ante esta problemática.