¡Las uvas están verdes!

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Por Amylkar D. Acosta Medina [1]

Primero fue el embeleco de traer gas natural desde Venezuela, en momentos en los que Colombia había pasado de la abundancia a la escasez de este energético.

En primer lugar fue la ex ministra de Minas y Energía Irene Vélez y después Andrés Camacho, quien la relevó, quienes con terquedad aragonesa quisieron convencer al país de la necesidad y conveniencia  de reactivar el Convenio firmado por los presidentes Uribe y Chaves el 15 de julio de 2004, el cual entró en pausa desde 2015 por su incumplimiento por parte de Venezuela, para posibilitarlo. 19 años después los presidentes Petro y Maduro suscribieron una declaración, que se calificó como “crucial”, considerando este como el “principio de integración energética entre los dos países”.

Después de muchas idas y venidas, vueltas y revueltas y luego de asegurar el Ministro Camacho que Ecopetrol estaba “trabajando en todos los temas administrativos y jurídicos necesarios, dado que se realizaría a través de un contrato Ecopetrol y PDVSA”, súbitamente dio un giro de 180 grados, afirmando que “no podemos centrar nuestras expectativas ante la escasez de gas actual en una fuente incierta  como Venezuela”. 

Y fue más lejos en su intervención al momento de comparecer ante el Congreso de la República al afirmar que “actualmente ni políticamente, financieramente, técnicamente, no se podrá importar gas desde Venezuela”. Este fue el primer globo que se lanzó al espacio como distractor de la pungente realidad en ciernes del mercado del gas en Colombia, expuesta a su desabastecimiento.

Después de reconocer las “expectativas ante la escasez de gas”, el negacionismo que caracterizó su gestión llevó al Ministro Camacho a descartarla. Afirmó categóricamente en agosto del año anterior que “no es cierto que vayamos a tener escasez el próximo año”, refiriéndose al 2025. Y cuando el gas escaseó salió a decir que  “no tenemos realmente un déficit, sino un fenómeno de mercado”, debido a que al “acaparamiento” por parte de algunas empresas “que han adquirido más gas del que realmente necesitan”. 

Y claro, al negar la escasez y descartar el déficit de gas para el año 2025, planteó que importar gas “nunca ha estado en nuestros planes”. Pues, por fuera de sus planes desde 1 de diciembre del año anterior se han venido importando 40 MMPCD para atender la demanda esencial.

Hubo que esperar el relevo en el Ministerio de Minas y Energía para que el propio Presidente se persuadiera de la necesidad de importar gas natural para poder conjurar un eventual desabastecimiento. Y ello, no obstante que desde el año anterior el Presidente de Ecopetrol, una y otra vez, desde septiembre pasado que “hemos venido anunciando que hemos detectado unos faltantes importantes de gas para atender el mercado desde la producción nacional”. Advirtió, además, que “la regulación actual nos impide hacer una oferta diferente a la que tenemos en la base firme; hay una limitante de 46 MMPCD” y desde entonces inició el aprestamiento para poder contar con las facilidades para la importación de gas. 

En efecto, Ecopetrol acaba de firmar el primer contrato en su género de servicios de regasificación en el Pacífico, con la empresa Puertos, inversiones y obras, PIO SAS, la cual se encargará de la instalación en el puerto de Buenaventura de una plataforma receptora, consistente en una unidad flotante de almacenamiento (FSU, por sus siglas en inglés) del gas natural licuado (GNL) importado, así como de la logística de su transporte hasta el Municipio de Yumbo, en donde se dispondrá de una planta regasificadora, desde donde se transportará a través de la red de gasoducto que opera la empresa TGI, filial del Grupo Energía Bogotá. Según lo previsto la capacidad de regasificación de esta planta será de 60 MMPCD y se dispondría de la misma sólo a mediados del año entrante. 

También ha previsto Ecopetrol habilitar otra regasifricadora en La Guajira, disponiendo, según lo informó su Presidente Ricardo Roa, de “una unidad que podría conectar un buque de regasificación en la plataforma de Chuchupa, donde está la conexión disponible para habilitar un flujo importante y allí pueden pasar hasta 280 millones de pies cúbicos día de gas y hoy está pasando una cantidad mucho menor, que podemos repotenciar su uso. Esta, además puede ser direccional, como lo ha contemplado la UPME, de tal suerte que, en el corto y mediano plazo, mientras tengamos déficit poder importar el gas natural y a largo plazo, cuando el yacimiento de SIRIUS sea declarado comercial, poder exportar los excedentes de producción.

Mientras tanto, mientras estos proyectos se ejecutan y entran en operación, es urgente una nueva ampliación de la capacidad de la Sociedad portuaria el Cayao (SPEC), que ya tuvo una primera expansión desde los 400 MMPCD a 450 MMPCD, ya que esta resulta insuficiente para recibir los crecientes volúmenes de importación que se van a requerir, ya que mientras la producción de gas sigue cayendo la demanda crece. Para que la ejecución de estos proyectos sean viables y posibles se requieren decisiones en el orden regulatorio por parte de la CREG.

Empero, lo que causó mayor sorpresa en el país y armó un gran alboroto fue el intempestivo anuncio del Presidente de la República Gustavo Petro en el sentido de que Ecopetrol “intervendrá en importación de gas para comprarlo a Qatar a precios razonables”. Adujo el Presidente como explicación y justificación de ello que, lo que según él “existe en el sistema de precios del gas es una especulación  pura expresada en revender el gas colombiano a precios del gas importado…El monopolio de la importación de gas, prohibido por la Constitución se acaba”. Y remató diciendo que “nos están robando”.

La verdad sea dicha, ya sea de Qatar o de cualquier otro país desde donde se importe el gas natural, este se cotiza a precios de mercado, que es uno sólo y no a “precios razonables”, como lo plantea el Presidente. Además, resulta contraintuitivo que salga más barato importar el gas desde la distante Qatar que desde países más próximos a Colombia, que conlleva un costo de transporte sensiblemente menor. Tanto es así que empresas de Qatar tienen compras y toman posiciones en el mercado del Golfo de México para atender clientes de la región más cercanos a este.

Como lo afirma el experto en hidrocarburos Sergio Cabrales, “más barato que el gas que Colombia consigue del Henry Hub (Estados Unidos) y de Trinidad y Tobago no va a ser. El costo de hacerlo líquido más el transporte desde el otro lado del mundo no saldrá más barato, y tampoco es mejor ambientalmente, pues se está transportando metano por muchos kilómetros de distancia”, dejando tras de si una enorme huella de carbono, mucho mayor que si se importa desde países vecinos.

Huelga decir que la decisión final desde dónde se darán las importaciones por parte de Ecopetrol le concierne es a su Junta directiva, la cual se rige por un gobierno corporativo y la misma, como debe ser, sólo se dará luego de evaluar las distintas alternativas como base en un estudio de mercado. Por eso nos parece razonable y muy puesta en razón la declaración del nuevo Ministro de Minas y Energía Edwin Palma en el sentido que “todas las opciones las vamos a explorar: onshore, offshore, importación de cualquier país…Vamos a dejar abierta todas las posibilidades”.

Huelga decir que Ecopetrol, como el mayor productor de gas natural en el país que es lo tendrá que vender a precios de mercado y no necesariamente a “precios razonables”, si es que estos se entienden como más baratos, a no ser que se vaya a incurrir nuevamente en el desaguisado de los precios subsidiados de los combustibles (gasolina y diésel), que le han costado al país un ojo de la cara. A este respecto cabe advertir que no es bueno ni prudente crear falsas expectativas asumiendo el riesgo de terminar, como en la fábula de Esopo, del zorro que intenta alcanzar y comerse las uvas de un viñedo que están fuera de su alcance y en lugar de admitirlo encubre su frustración aduciendo que ellas son indeseables.

Lo que sí podría contribuir a reducir el precio del gas importado, independientemente de a quien se le compre, es que se contraten mayores volúmenes y además que se pudiera transar a través de contratos a largo plazo (a 2, 3 o 4 años), pero en este momento a falta de la regulación que se debe expedir y no se ha hecho, que permita acoplar y armonizar la norma interna con los estándares internacionales, estableciendo entre otras disposiciones por parte de la CREG el indexador de precios, para modo de trasladar al consumidor final el mayor precio del gas importado, se está comprando gas en el mercado spot que es muchísimo más costoso. 

Cota, marzo de 2025

[1] Miembro de Número de la ACCE

www.amylkaracosta.net

Fotografía tomada de https://dulcesdiabeticos.com/