Horas después de que el presidente de México acudiera a su conferencia de prensa matutina sin cubrebocas y con voz ronca, confirmó que se contagió por segunda vez de coronavirus en medio de un aumento de los casos en México.
Andrés Manuel López Obrador, de 68 años y quien se infectó por primera vez hace año, confirmó el lunes por la tarde la infección en Twitter. Dijo que presenta síntomas leves, que permanecerá en aislamiento y se comunicará de manera virtual.
Más temprano, tras afirmar que sus síntomas seguramente obedecían a una “gripa”, insistió en que los efectos de la nueva variante ómicron son más leves. López Obrador procedió a leer durante su conferencia un hilo de Twitter de un colaborador de la Jornada -un periódico afín al gobierno- haciendo suyos los consejos del twittero que incluían el indicar que la variante ómicron solo provoca un “covidcito”.
“O sea -agregó el mandatario- que no tiene la potencia que tenía la variante delta”. También recomendó a las personas con síntomas que se queden en casa, tomar paracetamol y aislarse en lugar de salir y tratar de hacerse una prueba.
El anuncio del contagio del mandatario se da horas después que la secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, confirmó que había contraído el virus, al igual que le ocurrió a finales de la semana pasada a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.
López Obrador, quien se ha resistido siempre a usar cubrebocas, se aplicó a inicios de diciembre la tercera dosis de la vacuna AstraZeneca, junto a algunos miembros de su equipo de gobierno, para instar a los mexicanos a seguir su ejemplo para protegerse del coronavirus.
La decisión del gobernante de presentarse el lunes en su conferencia matutina sin cubrebocas fue criticada por el médico Andreu Comas, profesor de la Facultad de Medicina del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de San Luis de Potosí, quien lo consideró como “irresponsable”.
“Estuvo dos horas en un espacio cerrado conversando con reporteros y trabajadores. El riesgo de contagios es muy grande”, dijo Comas a la emisora local Radio Fórmula, y agregó que es ”irresponsable haberse reunido con los trabajadores e inclusive el embajador de Estados Unidos”.
El número de casos confirmados en México aumentó un 186% la semana pasada pero tanto el presidente como otras autoridades federales y de Ciudad de México insisten en que no hay que alarmarse porque las hospitalizaciones y las muertes no han aumentado al mismo ritmo. Además, llevan días subrayando la importancia de que todo aquel que no se haya vacunado lo haga, ya que es clave para que los efectos de la enfermedad sean menos severos.
“El 70% quizás más, de los hospitalizados y de los fallecimientos son los no vacunados”, dijo López Obrador.
El 88% de los adultos mexicanos ya están inmunizados y las autoridades están acelerando ahora la aplicación de la dosis de refuerzo. No obstante, los expertos recordaron que tanto la ocupación hospitalaria como los fallecimientos son dos indicadores que pueden no aparecer durante semanas y recién detectarse después del pico de infecciones.
Desde Navidad, las farmacias privadas y los centros públicos de pruebas que hay disponibles se han visto abrumados por largas filas, por lo que las autoridades están recomendando el aislamiento cuando haya síntomas y, en el caso de Ciudad de México, que se contacten con las líneas telefónicas habilitadas a tal fin para tener un seguimiento médico.
La administración de López Obrador ha sido reticente a hacer pruebas masivas desde el inicio de la pandemia y ahora hizo un llamamiento a las empresas para que no exijan test a sus empleados. El presidente reconoció, sin embargo, que la nueva variante parece haber sido la responsable de la cancelación de 260 vuelos desde el pasado 6 de enero después de que trabajadores de las aerolíneas dieran positivo, tuvieran que aislarse y no hubiera personal suficiente para reemplazarles.
México superó las 300.000 muertes por coronavirus confirmadas por pruebas la semana pasada, pero se realizan tan pocas en el país de 126 millones que una revisión del gobierno de los certificados de defunción sitúa el número real en casi 460.000.
José Merino, titular de la Agencia Digital de Innovación Pública de Ciudad de México, dijo que la capital está en niveles de contagio similares a los de enero de 2020 pero que solo un 6% de las hospitalizaciones de entonces.
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