Los álbumes de los Beatles clasificados en orden de grandeza

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Genios trabajando: (de izquierda a derecha) Paul McCartney, Ringo Starr, John Lennon y George Harrison en 1964 (Getty)

El 26 de septiembre de 1969 se lanzó el último álbum grabado por The Beatles. Más de cinco décadas después de la separación del Cuarteto de Liverpool, el mundo sigue fascinado por la música del grupo de pop más grande de todos los tiempos. Durante el tiempo que estuvieron juntos, The Beatles lanzó una docena de álbumes de estudio. No incluyo el Magical Mystery Tour de 1967, ya que originalmente solo se lanzó como un EP doble en el Reino Unido, y mucho más adelante se amplió para relanzamientos posteriores con varios sencillos y pistas que no estaban en el álbum.

Casi todos los álbumes de los Beatles son geniales a su manera y estoy seguro de que todos tenemos nuestras propias ideas sobre el orden de la clasificación. Esta es la mía.

12 “Yellow Submarine” (1969)

No es tan malo como dice el mito popular, sin embargo, la banda sonora de la película animada es el álbum de los Beatles que se acerca más a una calificación baja y que solo sería recomendable para los que tienen como finalidad escuchar absolutamente toda la música de la banda. Las canciones más conocidas: “All You Need Is Love” y “Yellow Submarine” están disponibles en innumerables compilaciones, y de las cuatro nuevas canciones, solo la cruda y amenazadora “Hey Bulldog” de Lennon da en el blanco.

11 “Beatles For Sale” (1964)

Después de tres álbumes, un puñado de sencillos clásicos, una película emblemática y un agitado programa de giras que incluyó la conquista de América, una cansada banda volvió a Abbey Road para grabar su cuarto álbum en menos de dos años. Los resultados fueron variables, en un set repleto de covers con influencias folk y country de algunas canciones originales pesimistas, pero efectivas, como “No Reply” y “I’m a Loser”. Por otro lado, “Eight Days a Week” representa el pináculo de la mancuerna Lennon/McCartney, justo antes de que comenzaran a escribir juntos cada vez menos canciones. Sin embargo, al incluir demasiadas canciones de relleno y algunos covers superficiales, “Beatles For Sale” no ha resistido la prueba del tiempo tan bien como cualquiera de sus otros discos de la era “1962-1966 (The Red Album)”, por lo que resultó su baja posición aquí.

10 “Let It Be” (1970)

El caótico álbum de la ruptura grabado en circunstancias difíciles contiene algunas pistas que me encantaría no volver a escuchar nunca más, pero cualquier álbum que incluya “Get Back”, “Let It Be”, “The Long and Winding Road” (con o sin el coro etéreo y las cuerdas de Phil Spector que McCartney odiaba), y a Lennon y McCartney tocando juntos por primera vez en años en “Two of Us” tiene que tener algo a su favor. En última instancia, por lo tanto, “Let It Be” demostró ser un epitafio triste pero no del todo indigno para el mejor grupo de pop de todos los tiempos.

9 “With the Beatles” (1963)

Entre su primer y segundo álbum, The Beatles tuvo tres sencillos que llegaron al No. 1: “From Me to You”, “She Loves You” y “I Want to Hold Your Hand”, pero se resistieron a la tentación de incluir cualquiera de ellos en su segundo disco. Sin embargo, al haber incluido 14 pistas en “With the Beatles”, no se puede acusar a la banda de no dar valor por su dinero, incluso habiendo duplicado su primer álbum con seis covers, entre ellos varios guiños impresionantes a su amor por Motown en “Please Mr Postman”, “You Really Got a Hold on Me” y “Money”. Por otra parte, George, quien sorprendentemente canta como solista en tres canciones del álbum, las mismas que Paul, destroza “Roll Over Beethoven”, mientras que “All My Loving” de McCartney sigue siendo una de las primeras canciones más queridas del grupo. Sin embargo, es un álbum dominado en gran medida por Lennon, y destaca en “It Won’t Be Long”, “Not a Second Time” y la ya mencionada “Money”.

8 “Please Please Me” (1963)

Paul marca el ritmo del maravilloso debut que catapultó al Cuarteto de Liverpool a la historia de la música pop en la primera canción, cuando cuenta en “I Saw Her Standing There” (“¡Uno, dos, tres, cuatro!”). La versión justamente alabada y desgarradora de Lennon de “Twist and Shout” cierra el álbum, y en el medio hay una mezcla de originales y covers que incluyen una excelente voz de Harrison en “Do You Want to Know a Secret” y los dos primeros éxitos (“Love Me Do” y la eufórica canción que le da nombre al disco) de la relación inmediata que la banda entabló con el productor George Martin, incluso si a George (Harrison) no le gustaba este vínculo. Casi la mitad de las 14 pistas eran covers, y como tal, “Please Please Me” es innegablemente un viaje crudo, pero emocionante por la música que atraía a la banda en ese momento; además, Ringo demostró de manera concluyente que él era el hombre adecuado para el trabajo. También apunta al futuro de la música pop a medida que comenzaron cada vez más a escribir su propio material, y sigue siendo uno de los grandes álbumes debut.

7 “Help!” (1965)

Conectado con la segunda película de la banda, “Help!” representó una mejora considerable con respecto al álbum anterior “Beatles For Sale”, y sinceramente tiene una calidad variada, pero las mejores canciones son realmente muy buenas, y alcanzan el estatus de clásicas, por ejemplo “Ticket to Ride”, “Yesterday” de McCartney (el verdadero estándar de los Beatles), y la canción que da nombre al disco, un verdadero grito de ayuda de Lennon. La influencia de Bob Dylan impregnó la soberbia “You’ve Got to Hide Your Love Away” de Lennon, y “I’ve Just Seen a Face”, cercana al country, de McCartney se desarrolla y da vueltas suntuosamente. También está la agridulce “You’re Going to Lose That Girl”: una cabalgata de riquezas que compensan enfáticamente algunas de las pistas menores que se muestran.

6 “A Hard Day’s Night” (1964)

En parte la banda sonora de su primera película, que equivale a su primer salto cuántico, y con las 13 pistas escritas por Lennon y McCartney. El tercer álbum de The Beatles estuvo años luz por delante de la oposición en su tierra natal en 1964, desde el momento en que se anunció con el acorde de apertura en la nueva Rickenbacker de 12 cuerdas de George, en la famosa canción que da nombre al álbum. Lennon cantó o compuso la mayor parte de las canciones, destacando especialmente “I Should Have Known Better” y “I’ll Be Back”, pero McCartney tuvo tres de las joyas más brillantes con “And I Love Her”, “Can’t Buy Me Love” y la canción más sofisticada de la banda hasta la fecha, “Things We Said Today”.

5 “Rubber Soul” (1965)

Los Beatles entraron en su periodo creativo medio con otro salto sísmico de calidad, con su primera verdadera obra maestra que, aunque influenciada por el soul y Dylan, demostró ser tan influyente que llevó a contemporáneos como Brian Wilson a alturas inimaginables hasta ahora. El control de calidad estuvo casi impecable en las 14 pistas, y la banda nunca estuvo más a punto que en la apertura “Drive My Car”; y luego fluyeron las innovaciones. El sitar de Harrison en el sublime confesionario de Lennon “Norwegian Wood (This Bird Has Flown)”, las voces dobles en varios temas, el sutil bajo en “Think For Yourself” de Harrison, que junto a “If I Needed Someone” demostró que Harrison se había consolidado como un compositor de renombre, y ¿quién puede olvidar la inspiración de Lennon en la superlativa “Girl”? McCartney ofreció otro estándar en “Michelle” y hay varias canciones profundamente personales, por ejemplo “Nowhere Man” de Lennon que expresa su desesperación por el vacío en su vida personal, y McCartney documenta su turbulenta relación con Jane Asher en “You Won’t See Me” y “I’m Looking Through You”. Pero la joya en el canon de Lennon entonces y para siempre es “In My Life”, que se ubicaría en los primeros puestos de cualquier lista de las mejores canciones de los Beatles. “Rubber Soul” confirmó de una vez por todas que The Beatles eran los maestros intachables de su oficio, mientras el mundo de la música contenía el aliento a la espera de su próximo movimiento.

4 “The Beatles” (1968)

El extenso “White Album” se grabó en una atmósfera de tensión y relaciones desgastadas a medida que el grupo se desintegraba, pero de alguna manera resultó un trabajo de gran calidad, incluso si fue el producto de los cuatro miembros individuales tirando en diferentes direcciones. Hay poca cohesión aquí en la mezcla dispersa de estilos, pero también hay muchas canciones geniales intercaladas con otras no tan buenas y algo de basura. Debido a que tiene 30 pistas, es meritoria la afirmación tan repetida de que con una poda juiciosa, “The Beatles” pudo haber sido el mejor álbum individual de todos los tiempos. Una muestra de algunas de las grandes canciones incluye “Blackbird”, “Helter Skelter”, “Back in the USSR” y “Birthday” de McCartney; “Julia”, “Dear Prudence”, “Happiness is a Warm Gun” y “Revolution 1” de Lennon; mientras que las contribuciones estelares de Harrison son “While My Guitar Gently Weeps” y “Long, Long, Long”. Con esa calidad, álbum individual o no, es un excelente disco.

3 “Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band” (1967)

 (Getty Images)
(Getty Images)

Más de cinco décadas después de su lanzamiento, “Sgt Pepper”, con su concepto de “una banda dentro de una banda” y su ambiente influenciado por las drogas, aún reina imperiosamente como el disco pop más famoso jamás realizado. Puede que ahora no se considere el mejor álbum jamás grabado, o siquiera el mejor álbum de los Beatles, pero con George Martin en la cima de sus poderes y la banda retirada de las giras, pudieron perfeccionar su dominio del estudio. “Sgt Pepper” sigue siendo una obra de arte que, en términos de experimentación, innovación e influencia, rara vez fue superada, si es que lo ha sido. Contiene algunas de las canciones más queridas de la banda: “With a Little Help From My Friends”, “Lucy in the Sky with Diamonds”, una obra maestra genuina y eterna en “She’s Leaving Home”, y su más grande, “A Day in the Life”, pero en general, la grandeza del álbum radica en el viejo cliché de que la suma es mayor que las partes.

2 “Abbey Road” (1969)

Con “Let It Be” ya listo pero aún no considerado apto para su lanzamiento debido a la naturaleza conflictiva de las grabaciones, “Abbey Road” fue cronológicamente el último álbum de los Beatles en ser grabado. Oportunamente, aunque muchas de las pistas fueron producto de los miembros individuales, “Abbey Road” reunió a la banda para una última y magnífica presentación. El álbum es justamente celebrado por el popurrí de 16 minutos dirigido por McCartney en la cara dos, que comienza con “You Never Give Me Your Money” y concluye de forma hermosa y apropiada con “The End”, pero también es una cara que comienza con “Here Comes the Sun”. En el lado uno se encuentra “Something”, quizás la mejor canción de Harrison, mientras que Lennon aparece en su mejor momento mordaz en “Come Together”. “I Want You”, de más de siete minutos, es The Beatles en su momento más pesado y unido, y seguramente solo los corazones más duros pueden no amar “Octopus’s Garden” de Ringo. Pero para la gente de cierta época, nada antes o después ha superado ese glorioso lado dos de canciones a medio terminar que se conoció como “The Long One”.

1 “Revolver” (1966)

Durante una buena cantidad de años, “Revolver” estuvo a la sombra de “Sgt Pepper”. Aunque admirado universalmente, sin duda, de alguna manera fue un poco más difícil de amar que los discos anteriores más simples e incluso que “Pepper” mismo. Parte de eso puede deberse al alucinante eclecticismo y a la escala de ambición del álbum, que todavía después de todos estos años sigue sorprendiendo. La influencia de las drogas, la psicodelia y la religión oriental salieron a relucir en “Revolver”, con guitarras dobles, bucles de cinta invertidos, varispeed y diversos efectos de sonido con los que la banda, con George Martin como compañero a partes iguales, exploraba a profundidad las ilimitadas posibilidades sonoras de la música de estudio. Hay 14 temas en “Revolver” y cada uno de ellos deja una marca indeleble, desde el mordaz tema de apertura de George, “Taxman”, hasta el tema final, el sorprendentemente futurista “Tomorrow Never Knows” de Lennon. En el medio, tenemos el gran arte de McCartney con la inquietante “Eleanor Rigby” complementada con un cuarteto de doble cuerda, y la conmovedora “For No One”, además de otra balada estándar, “Here, There and Everywhere”, y también sobresale en “Got to Get You into My Life” y en la gloriosa “Good Day Sunshine”. “Tomorrow Never Knows” nos presenta a Lennon en un pico creativo, y casi lo iguala en “And Your Bird Can Sing” con influencia de Dylan, y el psicodélico tour de force “She Said She Said”, mientras que el solo de guitarra al revés y la voz nebulosa de Lennon en “I’m Only Sleeping” resume la experimentación desenfrenada de “Revolver”. Dejó de ser eclipsado por el posterior “Sgt Pepper”, y es un álbum que ha crecido en grandeza y reputación a lo largo de las décadas. Hace mucho tiempo tomó el lugar de “Pepper” como el representante del mejor momento de los Beatles. Para muchos críticos, “Revolver” es el mejor álbum jamás hecho, una discusión que dejaré para otro día, pero por ahora, reina como el mejor álbum de The Beatles.

Por Graeme Ross

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