Los líderes de la UE planean reforzar la seguridad energética y rechazan pagar en rublos

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 Los líderes de la Unión Europea se disponen a acordar, en una cumbre de dos días que comienza el jueves, la compra conjunta de gas en su intento de reducir la dependencia de los combustibles rusos, y algunos afirmaron que no cumplirán la exigencia de Moscú de comprar petróleo y gas en rublos.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia, el principal proveedor de gas de Europa, hizo que los precios de la energía, ya de por sí elevados, alcanzaran récords y llevó a la UE a comprometerse a reducir su dependencia de los combustibles fósiles rusos aumentando las importaciones de otros países y recurrir en mayor medida a las energías renovables.

Moscú dijo el miércoles que los países “hostiles”, incluidos los Estados miembros de la UE, deben empezar a pagar en rublos por el petróleo y el gas rusos, una exigencia que algunos dirigentes de la UE consideraron contraria a los contratos de suministro.

“Hay contratos fijos en todas partes, y la moneda en la que se deben pagar las entregas forma parte de estos contratos”, dijo el canciller alemán Olaf Scholz. “En la mayoría de los casos dice euros o dólares, esta es la base sobre la que estamos trabajando”.

“Nadie pagará en rublos”, dijo el primer ministro esloveno Janez Jansa.

En un borrador de sus conclusiones de la cumbre, al que tuvo acceso Reuters, los mandatarios acordarán “trabajar juntos en la compra conjunta de gas, GNL e hidrógeno” de cara al próximo invierno, y coordinar las medidas para llenar los almacenes de gas, medidas destinadas a crear un colchón de suministro de gas no ruso.

La Comisión Europea ha dicho que está dispuesta a liderar las negociaciones para poner en común la demanda y buscar gas, siguiendo un modelo similar al de la compra de vacunas COVID-19 por parte del bloque.

Los dirigentes debatirán ese plan el viernes, cuando también se espera que la UE anuncie un acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que asistirá a la cumbre, sobre el suministro extra de gas natural licuado (GNL) estadounidense para los dos próximos inviernos.

Rusia suministra el 40% de las necesidades colectivas de gas de la UE —la mayor parte del cual llega por gasoductos—, además del 27% de las importaciones de petróleo y el 46% de las de carbón.

Los exportadores estadounidenses han enviado volúmenes récord de GNL a Europa durante tres meses consecutivos, al tiempo que los precios se han disparado hasta multiplicar por más de 10 los de hace un año, y los compradores europeos y asiáticos compiten por una oferta reducida.

Sin embargo, los países siguen divididos sobre la conveniencia de sancionar directamente el petróleo y el gas rusos, medida que ya ha tomado Estados Unidos. Un embargo de la UE requeriría la aprobación unánime de los 27 Estados miembros.

Letonia y Polonia son algunos de los países que pretenden frenar los cientos de millones de euros diarios que Europa paga a Rusia por los combustibles fósiles.

“Las sanciones energéticas son una forma de detener el flujo de dinero hacia las arcas de guerra de (el presidente ruso Vladimir) Putin”, dijo el primer ministro letón Arturs Karins. “El lugar más lógico para avanzar es el petróleo y el carbón”.

Alemania, que recibe el 18% de las exportaciones de gas de Rusia, y Hungría se encuentran entre los que se oponen, debido al daño económico que desataría un embargo petrolero.

El aumento de los precios de la energía también ha saltado a la agenda de la cumbre de la UE. España, Bélgica, Italia, Grecia y Portugal propusieron topes de precios y medidas para desacoplar el precio de la electricidad y el gas, con el fin de frenar las facturas de los consumidores.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que esperaba un acuerdo equilibrado sobre las propuestas de España que abarcara a toda Europa.

Otros países advierten que limitar los precios al por mayor causaría problemas y socavaría los esfuerzos por realizar la transición hacia la energía verde. Algunos diplomáticos dijeron que cualquier decisión a nivel de la UE al respecto probablemente se retrase hasta un informe que los reguladores de la energía presentarán este mes sobre las posibles reformas del mercado eléctrico de la UE.

Los países de la UE son en gran medida responsables de sus propias políticas energéticas. Los Gobiernos ya han invertido miles de millones en recortes fiscales y subvenciones nacionales para frenar el aumento de la factura energética.

(Información de Kate Abnett; información adicional de Sabine Suiebold, Bart Meijer, Marine Strauss, Bart Meijer; edición de John Chalmers, Kirsten Donovan, traducido por Tomás Cobos)

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