El próximo 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, una fecha que hace un llamado al autocuidado y a generar conciencia de una enfermedad que afecta 2,3 millones de mujeres cada año en el mundo, y puede ser tratada exitosamente si se diagnostica a tiempo.
Por esta razón, la Clínica del Country realiza anualmente una campaña para promover el chequeo médico periódico y la realización de métodos de tamizaje de esta enfermedad como mamografía y/o ecografía mamaria, que permitan detectar a tiempo cualquier alteración que indique la presencia de cáncer.
En el caso de las mujeres, la Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda una mamografía cada año, a partir de los 50 años, siendo en ocasiones necesario realizar también una ecografía principalmente para aquellas mujeres con mayor densidad mamaria o en pacientes jóvenes, en quienes permite tener una imagen más detallada.
“La ecografía mamaria es un estudio complementario de la mamografía, que es la principal herramienta para el diagnóstico precoz de cáncer en mujeres asintomáticas; sin embargo, aquellas mujeres menores de 40 años con densidad mamaria alta o que presenten síntomas necesitarán una ecografía” asegura el Dr. Carlos Lehmann Mosquera, cirujano de mama y tumores de tejidos blandos de la Clínica del Country.
¿Todas las mamografías son iguales?
El mamograma es un examen diagnóstico dirigido en un primer escenario a mujeres asintomáticas de bajo riesgo, y, en segundo lugar, a mujeres sintomáticas que tienen algún factor asociado al desarrollo de cáncer de mama.
Este examen es una radiografía que busca cambios en el tejido mamario, especialmente calcificaciones -pequeñas concentraciones de calcio- o masas/bultos que pueden no ser palpables. La mamografía de detección es realizada en mujeres que no presentan síntomas ni anomalías en el seno, de manera anual a partir de los 50 años; contrario a la mamografía de diagnóstico, que se aplica cuando se presentan síntomas, y en la cual se incluyen imágenes adicionales a la mamografía de detección.
¿En qué casos se realizan ecografías?
Este examen se recomienda para aquellas pacientes que presenten síntomas como bultos o engrosamiento en la mama, cambio del tamaño, forma o aspecto del seno; alteraciones en la piel, formación de hoyuelos, inversión reciente del pezón, descamación, desprendimiento, formación de costras, resequedad y grietas en el pezón, enrojecimiento o pequeños orificios y secreción por el pezón.
Si se presentan estos síntomas -y si el especialista lo ve necesario- se realiza una ecografía de seno, que, a través de ondas sonoras, facilita la imagen interna del seno, identificando cambios en el tejido mamario como quistes y/o masas sólidas palpables, pero no visibles.
“Usualmente, cuando las mujeres tienen implantes mamarios se recomienda realizar ambos procedimientos (ecografía y mamografía) porque la ecografía permite divisar algunas partes del tejido mamario que la mamografía no, o viceversa. Por ejemplo, la mamografía no muestra el estado de la prótesis, pero la ecografía sí”, afirma el Dr. Lehmann.
La ecografía también es importante al momento de tomar una muestra (biopsia) de la masa o bulto para examinar si se trata de cáncer.
Acompañado de estos exámenes, existen algunas medidas de disminución de riesgos tales como no fumar, controlar el peso, hacer actividad física – mínimo 30 minutos 3 a 4 veces por semana- reducir la ingesta de alcohol y llevar una dieta con alto consumo de frutas y verduras.
Las pruebas de detección temprana abren nuevas posibilidades para contrarrestar este cáncer común en las mujeres. Para asegurar una detección temprana y un inicio de tratamiento oportuno, es indispensable llevar a consulta médica, mamografías, ecografías u otros exámenes realizados con anterioridad.