Miles de jóvenes católicos de todo el mundo se congregaron este sábado en Roma para una multitudinaria vigilia de oración con León XIV, el punto culminante del Jubileo, el “Año Santo” de la Iglesia Católica.
Los peregrinos, de entre 18 y 35 años y procedentes de 146 países, empezaron a gritar de emoción cuando llegó el papa en helicóptero unos cuarenta minutos antes de que empezara el evento, previsto para las 20H30 (18H30 GMT) en un amplio espacio abierto del barrio de Tor Vergata, al este de Roma.
Tras bajar del helicóptero militar blanco, León XIV, sonriente, saludó a la multitud, que había pasado el día bajo un sol abrasador, escuchando música, orando y conversando.
“¡El papa está aquí!”, anunció una voz por los altavoces, en medio de los aplausos y ensordecedores vítores de los jóvenes.
Entre los fieles se encontraba Julia Mortier, una francesa de 18 años, algo afónica por haber estado voceando y cantando durante horas. “¡Estamos tan felices de estar aquí! Ver al papa es una oportunidad única en la vida”, comentó.
La cadena italiana Rai rebautizó el evento como el “Woodstock” católico, ya que casi dos decenas de grupos musicales y de danza, muchos de ellos religiosos, entretuvieron a la multitud antes de la llegada del sumo pontífice.
“¡El mundo os necesita!”, gritó un artista a los peregrinos, que colocaron mantas, cojines, sombrillas y banderas por toda la extensa y polvorienta zona.
“Estoy muy feliz de estar aquí, aunque esté un poco lejos del papa”, declaró a AFP, antes de que llegara el pontífice, Andy Hewellyd, un estudiante británico, que a pesar de no poder ver el enorme escenario desde su asiento, tenía un pantalla cerca.
“Lo importante es que estamos todos juntos”, añadió.
Portando una bandera española y cargando una pesada mochila, Victoria Pérez, de 21 años, se alegró de llegar temprano “para poder ver al papa de cerca”.
“Es la primera vez que lo voy a ver y estoy emocionada, por eso quise llegar temprano para conseguir un buen lugar”, explicó a AFP la joven, impaciente por vivir esta “noche de oraciones bajo las estrellas”.
De momento se desconoce el número exacto de asistentes pero el Vaticano esperaba la llegada de un millón de peregrinos. La mayoría planea pasar la noche en esta explanada de 50 hectáreas, hasta la gran misa de clausura presidida por el papa peruano-estadounidense el domingo por la mañana.
En un video, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dio la bienvenida a los peregrinos a la capital, convertida en el escenario de “una fiesta extraordinaria”.
La organización del evento supuso un reto logístico extraordinario para las autoridades, con unas 10.000 personas desplegadas, entre policías y agentes de protección civil, y medidas sanitarias —distribución de botellas de agua y pulverizadores— para ayudar a los participantes a soportar el calor del verano romano.
El Vaticano indicó que el papa se reunió y rezó el sábado con los viajeros que acompañaban a una peregrina egipcia de 18 años fallecida el viernes por la noche.
Rai News informó de que la joven murió de un ataque al corazón en un autobús cuando regresaba a su alojamiento tras asistir a un evento en Roma.
– Confesionario gigante –
Desde el Coliseo hasta las afueras del Vaticano, pasando por la Plaza de España, oleadas de peregrinos inundaron durante toda la semana los transportes y las arterias de la capital italiana en un ambiente festivo, entre conciertos, conferencias y oraciones.
El viernes, el famoso Circo Máximo, el que fuera el estadio de la antigua Roma donde se celebraban carreras de cuadrigas, a los pies del monte Palatino, se convirtió en un gran confesionario al aire libre: un millar de sacerdotes escucharon a decenas de miles de jóvenes en diez idiomas diferentes.
Se trata del primer gran encuentro de la juventud católica con Robert Francis Prevost, de 69 años, que el 8 de mayo sucedió al muy popular papa Francisco, fallecido a los 88 años tras 12 años de pontificado.
“Esperamos que el papa consiga difundir su mensaje incluso en los países del tercer mundo”, afirmó a AFP Samarei Semos, de 29 años y oriundo de Belice, que viajó durante tres días desde el país centroamericano para llegar a Roma.
Este encuentro internacional se presenta como el punto culminante del Jubileo, el “Año Santo” que celebra cada 25 años la Iglesia Católica, durante el cual los peregrinos pueden recibir la “indulgencia plenaria”, el perdón de los pecados según la tradición.
Durante el Jubileo del año 2000, más de dos millones de jóvenes participaron en Roma en la Jornada Mundial de la Juventud, convocada por el papa Juan Pablo II.
Madeleine DE BLIC y Alexandria SAGE
Yahoo Noticias Agencia AFP