El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, se perfila como ganador de las elecciones del domingo para seguir al frente de un país desangrado por la violencia del narcotráfico.
El primer sondeo a boca de urna pronosticaba que el actual mandatario obtendría algo más de 50% de los votos, lo justo para evitar una segunda vuelta contra su rival izquierdista Luisa González (38%).
Tres horas después, con 12% de los votos escrutados, Noboa iba al frente (46,79%), seguido de González (41,39%), según datos oficiales.
En la capital rodeada de volcanes y a 2.850 metros sobre el nivel del mar los fuegos artificiales, bocinas de autos y el grito de “¡una sola vuelta!” festejaban por anticipado.
“Vine para apoyar al presidente porque queremos que nos apoye con el cambio en nuestro país”, dijo a la AFP Myriam Medrano, una secretaria de 52 años en un hotel de Quito donde el oficialismo anunció una rueda de prensa.
Los ecuatorianos esperan que el próximo gobierno pueda reflotar un país en crisis económica, dividido y anegado por la guerra entre una miríada de carteles enfrentados por el botín de la cocaína.
“La situación del país está muy crítica, mucha inseguridad, poco trabajo, mucha gente que se va”, dijo Luis Briones, ingeniero de 56 años.
– Violencia política –
A la sombra del asesinato de un candidato presidencial en 2023, las campañas transcurrieron bajo fuertes esquemas de seguridad y propuestas enfocadas en frenar la violencia, que deja 38 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Las fronteras están cerradas hasta el lunes, mientras unos 100.000 miembros de la fuerza pública vigilan los comicios.
“He tenido amenazas (…) Hay informes de inteligencia que dicen que hay riesgos, que quieren atentar contra mi vida”, manifestó a la AFP la candidata González, delfina del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017).
Los ecuatorianos ejercieron el voto obligatorio para elegir presidente y vicepresidente, 151 asambleístas y cinco parlamentarios andinos.
Un balotaje el 13 de abril está previsto si ninguno de los candidatos a la presidencia logra obtener más del 50% de los votos o al menos un 40% y una diferencia de diez puntos sobre el rival más cercano.
Solo Correa ha logrado ganar en primera vuelta en 2009 y en 2013.
– “Consolidar el triunfo” –
Noboa, de 37 años, y González, de 47, votaron temprano en sus bastiones costeros: el mandatario lo hizo acompañado de su familia en el balneario de Olón y la abogada en el poblado de Canuto.
En este nuevo duelo electoral, ella va por la revancha y él por la reelección. Los candidatos se enfrentaron en los comicios de 2023, en los que el millonario empresario se convirtió en uno de los presidentes más jóvenes del mundo.
Esta vez, González aspira a ser la primera presidenta electa en la historia del país.
Heredero de un magnate bananero, Noboa dio la sorpresa en 2023 cuando fue elegido pese a su magra experiencia política.
Ganó la elección para completar hasta mayo próximo el período del expresidente Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para evitar que el Legislativo lo destituyese en un juicio político por corrupción.
Muy activo en redes sociales, Noboa se ha hecho popular como un gobernante con mano de hierro contra el narco, deportista, músico en ciernes, amoroso con su familia y amante de los tatuajes.
“El Ecuador ya cambió y quiere seguir cambiando, quiere consolidar el triunfo”, dijo el mandatario.
Su némesis, González, es una madre soltera, tatuada y cristiana con una agenda que promete más seguridad “con justicia social” y respeto a los derechos humanos.
“Ellos son el miedo, nosotros la esperanza”, dijo la abogada mientras votaba.
– Seguridad vs inversión –
Expertos cuestionan los escasos proyectos de los candidatos para enfrentar la peor crisis en medio siglo, con campañas plagadas de desinformación en redes sociales y el uso cada vez más sofisticado de la inteligencia artificial.
Noboa termina un breve pero vertiginoso mandato: cortes de electricidad por una histórica sequía, disputas diplomáticas con México y denuncias de abusos de la fuerza pública en su ofensiva contra el crimen.
Cuatro niños fueron recientemente asesinados y calcinados en Guayaquil (suroeste), en un caso que enloda a 16 militares.
Los ecuatorianos resienten los estragos de un Estado endeudado con una pobreza del 28% y concentrado en financiar la costosa guerra contra el narco.
Para el analista Leonardo Laso, estos espectaculares operativos proyectan una imagen del país que espanta “toda posibilidad de inversión” y genera “un clima adverso a la generación de empleo”.
La deuda pública bordea el 57% del PIB, según el FMI.
Yahoo Noticias Agencia AFP