Una vez más, por enésima vez, ha sido bloqueado el tren que transporta el carbón de El Cerrejon desde la Mina al puerto y además moviliza agua para satisfacer del líquido a las comunidades indígenas que habitan en el Norte.
De acuerdo con moradores de la zona, la protesta se ha convertido en el trompito de poner. “Para ello sólo basta una carpa, unos cuantos, que se arrogan la representación de muchos y unas cuántas sillas riman para obstruir cómodamente el libre tránsito por la red férrea”, comentó un habitante afectado por el bloqueo.
Ya va siendo hora de hacer un balance para establecer cuál es el costo, en términos económicos y sociales, tanto para la empresa, para el país para la región y cuál es el beneficio que estos bloqueos les reporta, indicó el exministro guajiro Amylkar Acosta Medina.
Partiendo de la base que los motivos de las protestas son justos y el derecho a manifestarse es un derecho, cabe preguntarse si no se puede apelar a otros medios más eficaces y menos traumáticos para la propia población, indicó el también director ejecutivo de la RAP Caribe.