Nuevo compromiso regional: llamado a reactivar RAP Caribe

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Así se establece en la llamada Declaración de Casa Loma, que se emite como resultado de una convocatoria de la Red de Periodistas del Caribe a un encuentro que durante tres días deliberó en el corregimiento de Chorrera, municipio de Juan de Acosta, departamento del Atlántico.

Como mágico escenario y motivación para el diálogo constructivo, se contó con el verde y las flores que rodean las instalaciones del Eco Hostal Casa Loma y las palabras del anfitrión institucional Carlos Higgins, alcalde del municipio de Juan de Acosta.

Se trató de una profunda reflexión entre destacados dirigentes, académicos, profesionales y periodistas de la Costa Caribe colombiana, entre quienes se encontraban:

Amylkar Acosta Medina, exministro de Estado; Adolfo Meisel Roca, rector de la Universidad del Norte; Elvia Mejía Fernández, exdirectora del Corpes Regional y exdirectora general de la Esap; Weildler Guerra Curvelo, Director asuntos culturales Banco de la República en Barranquilla; Antonio Hernández Gamarra, exministro de Estado; Gabriel Orozco, director del doctorado en sociedad y cultura Caribe de la Universidad Simón Bolívar; Jorge Elías, vicerrector de investigaciones de la Universidad del Magdalena; Mauricio Vasco, consultor; Jairo Parada Corrales, economista PHD en economía; Matilde Eljach; periodistas Eduardo García Martínez, Raimundo Alvarado, Jorge Medina Rendón, Mildred de García; Rosario Meléndez; Sandra Devia; Víctor López, Ada Echenique, Alfonso Hamburger, Jaime Vides, Elsa Peniche, César Pizarro, Mery Benítez Romero, Dany Oviedo, y Horacio Brieva.

Las sesiones de trabajo se cumplieron entre el 6 y el 8 de abril, a partir de lo cual se facultó a una comisión redactara para que consolidara el texto final del pronunciamiento de fondo, que en estos momentos se expide como la DECLARACIÓN DE CASA LOMA.

Declaración de Casa Loma

UN NUEVO COMPROMISO CON EL CARIBE COLOMBIANO
(Chorrera, municipio de Juan de Acosta, abril 8 de 2022)

Presentación

La presente declaración de voluntad expresa la intención de un grupo de ciudadanos del Caribe colombiano, en particular de periodistas y académicos, con la finalidad de remover los obstáculos que hemos reconocido durante el “Encuentro de Casa Loma” realizado los días 6,7 y 8 de abril de 2022, para que haya acciones estatales y ciudadanas, de empresarios y demás agentes de transformación, que conduzcan al cumplimiento de las metas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con su Agenda 2030 en los ocho departamentos al levantarse las restricciones más fuertes de la pandemia por la Covid 19.

La Declaración de Casa Loma contiene, en especial, una invitación a los gobernadores de la región para que activen la autoridad Región Administrativa y de Planificación (RAP Caribe), en la plenitud de las potencialidades del artículo 306 de la Constitución Nacional y las normas reglamentarias ya vigentes, siguiendo el ejemplo de otras regiones que están ahora más avanzadas que la nuestra. También señala criterios para el desarrollo integral de los ocho departamentos, con beneficios reconocibles para toda la nación.
Su texto es el siguiente:

Declaración de Casa Loma
UN NUEVO COMPROMISO CON EL CARIBE COLOMBIANO


1. Desde  Casa Loma, periodistas del Caribe y académicos expresamos nuestro compromiso de seguir trabajando por las causas regionales, buscando unidos que nuestra voz pueda servir de estímulo a otras voces y voluntades que están hoy silenciadas y que, sumadas a las nuestras, serán parte de la polifonía que necesitamos para que el alegato por el desarrollo regional sea no solo optimista y productivo sino renovador y transformador en sus ideas y propósitos para que nadie se quede atrás. Se impone un nuevo compromiso de integración, autonomía y desarrollo regional caracterizado por el trabajo constante, desprevenido, sin celos ni egoísmos, generador de confianza, con mucha fe y esperanza. Se requiere la perseverancia, con sueños e ilusiones, pero sin fantasías.
2. Nos convocamos, junto a nuestros maestros, con la certeza y la preocupación de que tres factores de la transformación en las personas y las sociedades, que son la motivación, la planificación y la experimentación o ejecución, están en niveles muy bajos en la región Caribe para un propósito regional con las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su Agenda 2030.

Es pernicioso que este declive de los factores transformativos, en especial la motivación, haya aparecido en momentos en que una atroz pandemia por la Covid-19 agravara el atraso relativo histórico de nuestra región. Además, pernicioso que se dé este bajón de la emoción y el trabajo que conduce más y más al pesimismo, a la desconfianza, cuando se han cumplido pasos normativos trascendentales como fruto de nuestras luchas centenarias por la integración, la autonomía y el desarrollo.

Se materializan estos logros normativos en mandatos constitucionales, leyes orgánicas, leyes ordinarias en diferentes áreas o sectores y decretos reglamentarios hoy vigentes, o en preparación, que deberían estar cambiando las realidades de los ocho departamentos con más confianza, más educación, mejor trabajo y más innovación.

Pero no. Ni siquiera opera la Región Administrativa y de Planificación Caribe (RAP) de una manera que genere alta confianza en sus beneficios. Deploramos percibir que los gobernadores del Caribe de la presente generación no se reúnen como era de esperarse, lo que hace suponer que no reconocen que  podríamos aliviar, con la unión y el trabajo colaborativo, una parte del conjunto de las necesidades sociales, económicas, ambientales y políticas o institucionales que nos afectan a los habitantes del Caribe colombiano.

En Casa Loma tuvimos la oportunidad de comprobar que las campañas presidenciales en desarrollo han omitido temas esenciales de las regiones de Colombia. Solo el candidato Sergio Fajardo ha hecho en sus programas oficiales mención explícita de apoyo al funcionamiento de la RAP Caribe. Decepcionante esto. Nos importan todas las regiones, como colombianos, pero nos preocupa la omisión particular sobre la Agenda Caribe en los próximos años en el marco de los ODS y la Agenda 2030. Colombia es un país de regiones con diversidad cultural materializada como república unitaria, lo que impone políticas territorializadas. Es menester impulsarlas en las campañas políticas nacionales y luego las territoriales de 2023.

Los candidatos presidenciales parecen ignorar que el espíritu y el mandato constitucional en la República de Colombia es la descentralización como modelo de Estado, pero las tendencias en los últimos años han sido la recentralización administrativa y presupuestal. Por lo tanto, son importantes las recomendaciones que emanen de la Misión de Descentralización y los compromisos que asuman desde ya las campañas presidenciales y los colombianos frente a ellas.  En esta Declaración exponemos más adelante algunas propuestas que devuelvan los criterios de descentralización.

En Casa Loma verificamos y corroboramos nuevamente que la región tiene alta pobreza mientras inmensas riquezas son inexplotadas. Entre esas riquezas están un inmenso mar, tierras de probada capacidad productiva, inigualadas oportunidades para el turismo, fuentes tradicionales y renovables de energía, en fin, la lista es extensa y promisoria, como viene señalándose, especialmente, desde el Primer Foro Caribe de 1981.

Lo más importante son talentos humanos que han puesto a la nación en los más altos lugares en el mundo, especialmente en la cultura y el deporte.

Hay poderosas razones, en consecuencia, para cambiar radicalmente de actitud, la cual va desde el desdén de algunas élites en su compromiso con la región hasta los comportamientos ciudadanos, algunas veces hoy igualmente desdeñosos, con el potencial de la unión. Por ejemplo, son poderosas razones el que el ingreso per cápita en los ocho departamentos está en un 36 por ciento por debajo del promedio nacional. Que el PIB regional  representa el 15 por ciento del PIB nacional con una población que es el del 21 por ciento de la nacional, lo cual viene así desde el siglo pasado. Y que lo ganado en 12 años de lucha contra la pobreza se lo llevó la pandemia.

Causa de este atraso son, en parte, el centralismo y las instituciones que hemos heredado desde la Colonia. Pero también una carencia de suficiente voluntad de cambio en nuestro propio territorio. Se desperdician las oportunidades por déficit de liderazgo y de alianzas constructivas. El Caribe influye en las elecciones para Presidente de la República, pero muy poco gana gobierno. Los estudios sobre liderazgo y poder en la región, ahora más comunes, son contundentes en esta conclusión.

3. La convocatoria al encuentro en Casa Loma la hizo la red Periodistas del Caribe con el apoyo institucional de la Universidad del Magdalena. Los periodistas asistentes agradecen las contribuciones de los maestros invitados, todos de primer nivel en América Latina.
4. Esta Declaración recoge los consensos de los tres días del encuentro, donde la interacción amistosa fue lo común. Recoge igualmente el acervo de la integración para el desarrollo en el Caribe que viene desde el siglo XIX y se nutre de los elementos de la sociedad del conocimiento. 

5. Recordamos las actividades integradoras de la Corporación Eléctrica de la Costa (Corelca), del Sistema Integrado de Planificación Urbana y Regional (Sipur), el Consejo Regional de Planificación (Corpes Costa Atlántica), Telecaribe, los foros regionales, el Bloque Costeño de Congresistas, la Asociación de Instituciones de Educación Superior (Asiesca), los centros de pensamiento que se crearon hace 25 años y no tienen el mismo vigor, el Voto Caribe, el proyecto Casa Grande Caribe  y el patrimonio mediático, entre otros activos del pasado y el presente.  Fueron estos, entre otros, instrumentos que impulsaron un cambio en el modelo económico centralista y anti exportador, cambios en las reglas de juego de la planeación nacional respecto de la periferia, la programación de la inversión pública regionalizada, algunas obras emblemáticas de impacto regional o local, la designación de profesionales caribe en puestos estratégicos del Estado, aun cuando insuficientes, y desarrollos legislativos y reglamentarios de los artículos constitucionales que disponen lo relacionado con la Región (artículos 306 y 307 de la Constitución) y en materia de servicios públicos y obras que han mejorado la condición caribe.

6. Reconocemos que existe un sentimiento de unidad en la región basado en un propósito de bienestar común por encima de inevitables diferencias, que más que marcar distancia u olvido, deben servir para definir una ruta que propicie reencuentro y cohesión  en aras de un consenso en el que predominen el trabajo colaborativo, el sentido de pertenencia, el apoyo a quienes se sientan o sean débiles y la convicción de acelerar el cumplimiento de los ODS en el corto, mediano y largo plazos, porque hay que cambiar nuestro destino.

Creemos, en consecuencia, que están dadas las condiciones para forjar una alianza regional virtuosa que haga posible un pacto regional, una agenda regional o plan estratégico, y la voluntad política y el seguimiento adecuado para cumplir los ODS en el Caribe con sus metas 2030.

7. Tomamos nota de un contexto internacional cuyo objetivo es reducir hasta eliminar las desigualdades,  amparar la humanidad del cambio climático y demás amenazas, como el armamentismo nuclear, amparar la humanidad de una posible hambruna y nuevas y fatales epidemias. Un panorama en que la globalización y la irrupción tecnológica imponen severos desafíos, pero también muestran oportunidades para las naciones y regiones subnacionales de gran potencial y vocación de desarrollo como la nuestra.

8. Colombia vive momentos de movilización social y de prometedoras oportunidades en el ideal de la pacificación política, pero con certezas de que se deben acometer reformas estructurales en campos sensibles como la tributación, la justicia, la descentralización, el régimen pensional, los servicios educativos y de salud, el papel del Estado en la economía para un mayor crecimiento, y, de nuestro interés en este Encuentro de Casa Loma, la vocación de las regiones para nuevos y mejores horizontes productivos. Se reconocen los avances económicos y sociales en 30 años, pero golpean a la sensibilidad humana las desigualdades que se prolongan y, en algunos casos, se agravan.

9. En coincidencia con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su visión para el mundo, entendemos en el Caribe colombiano que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, en especial la pobreza extrema, constituyen el mayor desafío a que se enfrenta nuestra región y representa sin duda un requisito indispensable para el desarrollo sostenible. Igualmente es inadmisible que se mantengan los niveles de desigualdad interna y las disparidades con las regiones más ricas de Colombia. Como ya lo declaran los planes territoriales de desarrollo de la región, hacia el 2030 la Región Caribe tiene que haber superado gran parte de su problema de hambre y pobreza, así como profundizar esfuerzos para acabar con las desigualdades internas, construir una sociedad regional inclusiva, justa y pacífica, lo que implicaría respetar, proteger y cumplir los derechos humanos, con igualdad de género, y garantizar la protección ambiental del territorio. Nuestros planificadores no deben tratar con desdén, en consecuencia,  la propuesta del proyecto Casa Grande Caribe en cuanto tiene como objetivo promover la eliminación de la pobreza extrema.  En un ambiente territorial de necesidades, hay que empezar a resolver las más urgentes. Eso es correcto en el proyecto Casa Grande Caribe.

10. Cualquier compromiso para generar un mayor progreso y acelerar los ODS en el Caribe implica reconstruir confianza. “La confianza es la creencia de que las otras personas no actuarán de manera oportunista. Implica fe en los demás, en su honestidad, confiabilidad y buena voluntad. Las personas confiables hacen promesas que pueden cumplir y las cumplen, y respetan las normas sociales”, dice una publicación reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): “Confianza, la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina”, 2022.

11. El sistema normativo de las regiones es ya suficiente en Colombia para que haya más motivación para el funcionamiento de veras eficiente de la Región en su nivel de transición del artículo 306. Es imperiosa y urgente una mayor proactividad en la Región Administrativa y de Planeación (RAP Caribe), porque asistimos a un proceso acelerado de pérdida en su confianza en la institución mientras las RAP de otras regiones del país están a la vanguardia. Muy importante hoy es que la normatividad vigente ubica como ganadoras a las regiones que han cumplido los mandatos del Sistema Nacional de Planificación.  Como no existe el Plan Estratégico Regional Caribe debidamente validado,  las opciones para macroproyectos con cargo a las principales fuentes de financiaciones nacionales e internacionales  están obstruidas. Se concentra el progreso, en estas circunstancias, de nuevo, en el centro desarrollado con afectaciones severas en la periferia. El Caribe, así, es mayor perdedor. Lo seguirá siendo mientras sea elusivo con el deber ser hoy que rige el Sistema de Planificación de Colombia.

12. La RAP debería liderar con urgencia la construcción de una Agenda Regional con metodologías participativas que recoja las aspiraciones del Caribe colombiano con el correspondiente sistema de monitoreo de sus resultados en los diferentes ámbitos del Desarrollo Sostenible. Debe materializarse esta Agenda en el Plan Estratégico que prevé el Sistema Nacional de Planificación.

13. Reconocemos que la principal deficiencia crítica en el Caribe colombiano es el bajo nivel de su capital humano. Una población saludable y educada debe ser, por lo tanto, la prioridad regional en materia de desarrollo. Nos debe ir mejor en las pruebas nacionales de calidad, hemos de superar las bajas cobertura en la educación universitaria e incrementar nuestro bilingüismo. Además, resolver el problema de que nuestros maestros tienen menos cobertura en posgrados respecto del resto del país. Como el atraso en infraestructura educativa está claramente demostrado deben implementarse programas urgentes y con recursos adecuados para ubicarse en condiciones similares a las regiones más avanzadas.

En este contexto, la cultura debe ser territorializada en su tratamiento en consideración a su diferencia y valor, recibir los sustentos administrativos y financieros necesarios para que se desarrolle con sus muchas potencialidades, favoreciendo a todos sus actores y procesos con estímulos e impulsos adecuados. Nunca ignorar que la cultura caribe es soporte indispensable de la nacionalidad colombiana, de su riqueza humana ante el mundo,  y por lo tanto sus manifestaciones deben ser investigadas para la toma de decisiones sobre preservación, sostenimiento o cambios.

14. Las capacidades locales administrativas son otra deficiencia crítica en el Caribe colombiano. Los conflictos violentos y la toma armada o con dinero de las administraciones locales en los últimos 25 años han provocado un descenso en sus capacidades para el desarrollo que impone una restitución de liderazgos éticos y progresistas donde sea necesario, que es un amplio territorio de la región, especialmente las áreas rurales y en algunas ciudades intermedias.

15. Es necesaria en el Caribe una movilización múltiple contra la corrupción, entendida esta como uno de los factores que arrebata recursos al Estado que son de la sociedad y pervierte el cumplimiento de los fines comunes. Repercute, especialmente, en la erradicación de la pobreza, retrasa aún más los ODS, destruye la confianza generadora de cohesión y crecimiento, y promueve liderazgos corrosivos en las instituciones. La democracia regional está totalmente debilitada por la corrupción política y de eso se aprovecha más la cultura y la acción centralista para negarnos autonomía.

16. El Caribe se dejó arrebatar el patrimonio de su ethos pacífico. Por lo tanto, se impone promover activamente una cultura pacifista y la lucha mancomunada contra la inseguridad ciudadana y la impunidad. Igualmente contra la criminalidad organizada. Es prioritario, entonces, una mejor colaboración con la fuerza pública con exigencia de uso adecuado de sus poderes  y mayor apoyo a la modernización de la justicia. 

17. Es menester en Colombia tomar distancia del modelo económico basado en el extractivismo para poner en práctica otro que se fundamente en una economía diversificada, que sea sostenible e incluyente, que crezca para igualar e iguales para crecer, como lo plantea la Comisión Económica para América Latina (Cepal). La clave está en que responda a las realidades y especificidades de cada una las regiones, a las que no se les puede imponer la férula del pensamiento único centralista y, mucho menos, someter a los caprichos y veleidades de la tecnocracia capitalina.

18. La economía regional debe alcanzar progresivamente un mayor grado de inclusividad y dotaciones de infraestructura y mesoeconomía que mejore su crecimiento. A pesar de algunas obras de infraestructura que se han podido cristalizar y otras que se encuentran en proceso de ejecución, es evidente que la región Caribe muestra hoy un atraso en términos de empleabilidad, generación de ingresos, negocios formales, productividad agropecuaria, fomento del emprendimiento, apoyo a la cultura como hecho de industria y servicios rentables, acceso a una salud y educación de calidad en todos sus niveles para forjar capital humano, prestación de los servicios de agua potable y saneamiento básico, energía eléctrica, gas natural, y seguridad alimentaria para fines de industria y bienestar. Proyectos largamente debatidos como los asociados con el agua y las vías se enredan en trámites esterilizantes y para esto es importante el desarrollo institucional de la autoridad regional (en este caso la RAP) como órgano técnico y de políticas para el desarrollo integral. Es preciso, así mismo, el fortalecimiento de los gremios empresariales para sumar voluntades organizadas y con las narrativas correctas como parte de la alianza virtuosa para el desarrollo económico y social.

19. Se ha desperdiciado una de las mejores ventajas competitivas del territorio: el mar. El  ideario centralista obligó a darle la espalda a ese mar espléndido que nos hermana con el gran Caribe y comunica con el mundo, a pesar de conocerse de su importancia estratégica. La consecuencia fue el establecimiento de la industria nacional en el interior del país y el desprecio por la región que ofrecía las mejores condiciones objetivas para lograr un adecuado desarrollo en el concierto de América Latina y el Caribe, favoreciendo el desarrollo, la producción y las exportaciones. También se han abandonado las riquezas minerales mar adentro, el potencial de pesca y hasta la defensa legal de la integridad territorial. La pérdida sucesiva de territorio no es buena para Colombia y menos para el Caribe. Las políticas nacionales y las territoriales deben cambiar frente a esa omisión histórica frente al mar y sus potencialidades. 

20. En Casa Loma coincidimos en que la transición energética y la transformación productiva pueden ser ventajosas para la región Caribe y que el turismo y el sector primario constituyen oportunidades históricas en los contextos internacionales y de Colombia. Profundizar y acelerar la transición energética, que debe ser justa y equitativa, es de nuestro interés estratégico. La transición energética debe ir de la mano de la transformación productiva para diversificar la economía y reducir su dependencia de la actividad extractiva.

21. Insistimos: tanto la transición energética como la transformación productiva, así como los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS),  deben ser territorializados, aterrizándolos en las regiones. A estos se debe sumar el cierre de la brecha digital (Objetivo 18 para nosotros), ampliando la cobertura de la conectividad de Internet, ya que, como quedó demostrado con la pandemia y la virtualidad forzosa de la educación, dicha brecha repercutió en un notable atraso de la educación en muchas regiones del país, las que acusan una baja conectividad. La brecha digital ha ampliado y profundizado la desigualdad social. Su cierre contribuye a reducirla. Ello es inaplazable.

22. En turismo es indeseable una industria con prácticas depredadoras hacia la niñez y la mujer,  si se tienen tantas potencialidades de oferta de mar, naturaleza, cultura, entre otras. Los criterios de turismo de  oferta variada o múltiple, dada nuestra diversidad, deben tener todos los incentivos para promover estadías mayores y oportunidades de expansión de la oferta.

23. La demanda nacional e internacional de alimentos constituye oportunidad que es conveniente desarrollar con las políticas que se han venido tramitando y que están contenidas en diversos documentos como las recomendaciones de la Misión de Sabios, la Misión Rural, el Acuerdo con las Farc, el Decenio de la Agricultura Familiar, las recomendaciones de FAO y OCDE, entre otros, y los criterios de reforma agraria y productividad pro pobre y por la igualdad.

24. En el Caribe es preciso reconocer que el Desarrollo Sostenible comprende como elemento de su esencia lo ambiental al lado de lo social y lo económico, y en su integralidad. Ha sido el ambiental un sector pocas veces considerado y de ahí la pérdida histórica de riquezas y potencialidades. Reconocemos el interés frente a las grandes necesidades o problemas, como en las ciudades capitales, el rio Magdalena y otros humedales. La Agenda Regional debe precisar mejor las prioridades frente a los desastres ya consumados y promover correcciones y actividades de mitigación o prevención. Es tarea de nuestros investigadores y planificadores ubicar lo ambiental en el lugar que le corresponde.

25. Convocamos a los habitantes del Caribe, en especial la academia, los partidos, la sociedad civil y al periodismo,  a las contribuciones y seguimiento de la Misión de Descentralización para el éxito de su mandato. Para frenar los ímpetus recentralizadores o reducir su impacto negativo recomendamos desde Casa Loma:

•  Impulsar una reforma tributaria territorial con el fin de fortalecer los recursos propios de los departamentos y municipios. Entre 1990 y 2020 se han aprobado por el Congreso 17 reformas tributarias, en promedio una cada año y medio, y todas, absolutamente todas, para arbitrarle recursos a la Nación. A través de la Ley 1943 de 2018 fue autorizado al Gobierno para que integrara una comisión de expertos que recomendara una propuesta de reforma tributaria territorial, la cual le fue presentada al Gobierno sin que se haya avanzado la implementación con la urgencia requerida. Ni siquiera se le ha dado divulgación y, lo que es más preocupante, en las regiones se ignora el contenido de la misma.
•  Establecer de manera urgente una fecha límite para que la Nación les reintegre a las regiones los $14.8 billones provenientes del Sistema General de Regalías (SGR), de los cuales dispuso el Gobierno Nacional para financiar el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) que ayudó a enfrentar la pandemia de la Covid-19.
•  Hacer extensiva a las regiones productoras de recursos naturales no renovables (RNNR) y/o generadoras de energías renovables (FNCER) la aplicación de las leyes 1819 de 2017 y 1147 de 2020 que les permite al sector privado financiar y ejecutar obras en donde operan con cargo al impuesto de renta que deban pagar a la Nación bajo la figura de Obras por Impuestos. Hoy ello solo es posible en las zonas más afectadas por el conflicto armado (ZOMAC) y en los municipios en donde se implementan los planes de desarrollo con enfoque territorial (PDET). Esta sería una manera de compensar mejor a dichas regiones que vieron afectados sus ingresos con el recorte de las regalías directas que venían percibiendo.
•  Cumplir por parte del Gobierno Nacional el compromiso de fortalecer el Sistema General de Participaciones (SGP) con el objetivo de aumentar las transferencias de recursos de la Nación hacia las entidades territoriales, las cuales se vieron menguadas por los actos legislativos 01 de 2001 y 04 de 2007.
•  Fortalecer o revivir las comisiones regionales de competitividad (CRC) y los planes regionales de competitividad (PRC) que sustentan la Agenda Interna para la Competitividad (AIC), que hay que rescatar de los anaqueles oficiales y actualizar. Este es nuestro principal reto como país que acusa un enorme rezago en productividad y competitividad. Ningún país puede llegar a ser competitivo si sus regiones no lo son.

26. La Agenda Regional Pospandemia debe estar articulada con una Agenda de Comunicaciones, y en particular unos consensos para la agenda periodística, que sean consistente con los principios y valores de la calidad y la responsabilidad social periodística. La intención periodística no debe reñir con las obligaciones constitucionales de veracidad y neutralidad como limites internos de la libertad de expresión y el derecho a la información, pero sí conviene esa intención de desarrollo sostenible en función de la categoría de servicio público del periodismo y de la teoría internacional del Derecho al Desarrollo. Nos comprometemos a procurar ayudas de las universidades y centros de investigación, empresas con responsabilidad social y de las organizaciones de ayuda a medios y periodistas, y también nos comprometemos al fortalecimiento de las organizaciones de periodistas para fines de capacitación y desarrollo del servicio periodístico independiente y ético.

27. Nos comprometemos a promover incentivos hacia un ejercicio del periodismo regional con intención de desarrollo sostenible mediante premiaciones y otras formas. Igualmente a forjar alianzas de medios y periodistas para trabajos de especial interés e impacto en función del desarrollo del Caribe y los principios y valores que animan esta Declaración. Un paso importante puede ser el fortalecimiento de la Red de Periodistas del Caribe. Nos comprometemos a trabajar con este objetivo de fortalecimiento de la Red de Periodistas.

28. Un área de atención especial en la agenda periodística regional lo constituye el seguimiento de los anuncios sobre políticas, planes y proyectos de desarrollo en todos los ámbitos, con especial  interés, desde luego, en los ODS. También la posibilidad de establecer un sistema de monitoreo de las ejecuciones de las políticas, programas y proyector de interés regional. Las recientes prácticas de control de veracidad de las informaciones deben incentivarse en nuestra región para un mejor periodismo.

29. Telecaribe debería recuperar sus antiguos propósitos e ímpetu de integración regional. No conviene que sea cada vez más percibido el canal regional oficial de la región como instrumento de un nuevo centralismo territorial, centralismo al cual se le teme en las subregiones más apartadas del área comprendida por Santa Marta, Cartagena y Barranquilla. Adicionalmente, debería jugar un papel más incidente  en la integración caribe, que fue el motivo de su creación en los años 80. Buscaremos una conversación amable con sus directivas e involucrados para favorecer este objetivo de mejor integración regional.

30. Consideramos de alta conveniencia impulsar organizaciones de la sociedad civil pro región Caribe cuyo objetivo debe ser incidir en los sectores políticos- administrativos y empresariales, en alianza con la academia y el periodismo, para promover los ODS y la integración regional.

Corregimiento de Chorrea, municipio de Juan de Acosta, abril 8 de 2022.