El periodista David Quintana, crítico con el Gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, informó este lunes que dejó el país por motivos de seguridad en medio de la ola de arrestos contra varios dirigentes opositores de cara a las elecciones generales del 7 de noviembre próximo.
“Llegó el momento en que uno tiene que pensar en salvar su vida, en que uno tiene que considerar resguardarse para poder seguir informando al pueblo de Nicaragua”, dijo Quintana, director de la plataforma Boletín Ecológico, a través de las redes sociales.
“No hacemos nada presos, no hacemos nada muertos”, agregó el periodista, que en febrero pasado fue declarado culpable de injurias y calumnias por vincular a una pareja en un conflicto de propiedad.
Quintana, quien transmitió en vivo la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega, se convierte en el cuarto comunicador en hacer público que ha abandonado Nicaragua en los últimos 15 días.
El primero fue el periodista Carlos Fernando Chamorro, galardonado en los 38 Premios de Periodismo Ortega y Gasset, quien anunció su exilio tras el allanamiento y registro a su domicilio por parte de la Policía Nacional.
Los otros dos son Sergio Marín Cornavaca, director del portal digital La Mesa Redonda, y Julio López, de la plataforma Onda Local.
NO SIENTE SEGURIDAD Y HA SIDO AMENAZADO
Quintana explicó que tomó esa decisión tras valorar de que “ya no hay seguridad” para su trabajo y a que ha recibido “muchas amenazas de muerte en las redes sociales y (que) también (existe) una supuesta (orden de) captura”.
“El fanatismo me está exiliando. El fanatismo fue el que me robó mis equipos en varias ocasiones, el que me golpeó y me hirió en muchas ocasiones, y el fanatismo es el que me obliga el día de hoy a pedir refugio en Centroamérica”, señaló.
Ese fanatismo, sostuvo, es “alimentado” por el “discurso de odio” de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Hace 11 días, la vicepresidenta de Nicaragua cargó contra los periodistas a los que acusó de “inventar cualquier cosa para sembrar el terror”, los tildó de “malignos”, “hipócritas”, “destructores”, “criminales”, “terroristas de la comunicación”, y agradeció a Dios que van “quedando en unos cuantos miserables”.
Para Reporteros sin Fronteras (RSF), el presidente nicaragüense es uno de los dirigentes que ha entrado en la lista de los “depredadores de la libertad” de prensa por su política de “asfixia económica” y “censura judicial” de los medios independientes.
La Policía de Nicaragua mantiene bajo arresto a los aspirantes presidenciales de la oposición Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora, a quienes acusa de “traición a la patria”.
También a otras 16 personas, incluido dos combatientes históricos sandinistas, un dirigente empresarial, un banquero y al periodista Miguel Mendoza bajo la acusación de realizar actos que menoscaban la soberanía de Nicaragua.
Las detenciones de opositores se producen a menos de cinco meses de las elecciones generales de Nicaragua del 7 de noviembre en las que Ortega, en el poder desde 2007, busca una nueva reelección.
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