Pinto Saavedra hace 10 recomendaciones a los jóvenes contra la impostura

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El exministro y exembajador, Juan Alfredo Pinto Saavedra, hizo un vehemente llamado a los jóvenes a levantarse contra la impostura.

Al pronunciar su discurso como rector de Uniempresarial tras una gestión innovadora y exitosa durante 2024, anuncia su retorno a la literatura y al periodismo en paralelo con su actividad académica y reflexiona sobre el presente en la ceremonia de graduación.

He aquí el texto de su intervención:

CONTRA LA IMPOSTURA

Queridos graduandos:

Ustedes están culminando una tarea formidable, ardua, plena de satisfacciones que han alcanzado con sacrificio, amistad en la diferencia, algunos sinsabores y, gracias a la formación dual, con múltiples experiencias que aquilatan su independencia, esa capacidad de ejercer sus profesiones con arraigo ético, responsabilidad y libertad, desarrollando el pensamiento crítico. Sin embargo, pincelar el fresco de nuestros días es un ejercicio complejo, un camino que debemos desbrozar bajo las sombras de los neopopulismos de variadas cargas ideológicas, de los neo revisionismos de las grandes potencias militares y económicas; enfrentados al asedio mediático, en plena fiebre de la inteligencia artificial, ese nuevo juguete compañero de viaje que a veces quiere quitarnos el lapicero de la identidad metiéndose en nuestro propio morral, saliéndose de la cartuchera para rayar nuestras camisas , como si el marcador no necesitara nuestro pulso sensitivo para seguir creando, para continuar armando la vida y la sociedad ciudadana, aprovechando justamente las virtudes de la nueva herramienta ahora en nuestras manos.

En mi ensayo publicado en El Tiempo en marzo de 2022 sobre lo que llamé  “el mundo a la deriva bajo los umbrales de populismos y de fingimientos en los ejercicios del poder” expliqué cómo el vértigo de la ciencia y la tecnología y su influjo en la vida social empezaron a marcar desfases respecto de las elaboraciones de la ciencia política en la dupla entre el capitalismo industrial y el socialismo real. Mi generación es una criatura de la segunda mitad del siglo XX. Presenciamos la derrota norteamericana en Vietnam, la revolución cultural china, los magnicidios de India, las reconstrucciones alemana y japonesa, la consolidación de la Unión Europea, el ascenso y la declinación del bloque socialista, la modernización china y la desintegración soviética, la caída del muro y la crisis del socialismo real. Vivimos sucesivas transformaciones tecnológicas y aprendimos un segundo idioma. El control natal alteró los conceptos de familia y las relaciones conyugales. La economía se modificó, también el uso de las energías, los transportes y las comunicaciones.

A la par con los avances fuimos testigos de ciclópeos desastres para la especie y el planeta: la crisis ambiental, las migraciones compulsivas, las guerras, la descolonización, la concentración, la desigualdad, el consumismo y la fatiga psíquica. Nuestras utopías fueron arrasadas o hurtadas. Nuestra vida ha mejorado gracias a logros del desarrollo humano y al avance sociológico de las mujeres. No obstante, el racismo, el machismo, el trabajo infantil, el narcotráfico, la trata y las guerras no ceden terreno.

Tanto el capitalismo industrial de viejo formato como el socialismo real pasaron a la bodega de la historia. A pesar de esto, el mundo quedó anclado en la retrotopía, esa nostalgia elemental que busca en el pasado de la política y en su revisión, las respuestas para edificar un conjunto doctrinal que permita interpretar los problemas del presente. Y es ahí donde el liderazgo a escala global muestra sus flaquezas. Tal es la medida del desafío que ustedes confrontan.

China torna vitalicio su liderazgo de “pensamiento inapelable”, aplica mano dura en Hong Kong, repuebla el Tíbet, concentra los uigures en “campamentos de reeducación” y usa maquillaje abundante en la estrategia de la franja y la ruta. Rusia también torna vitalicio el comando de la estrategia para tratar de recuperar el poder aplicando una tenaza energético-militar que consolidaría un eje euroasiático. En nuestro continente, el gobierno norteamericano aplica un juego de decisiones que incluyen neo proteccionismo, reimplante de visiones coloniales sobre Panamá, y confía en el “cornucopeísmo”, aquella visión según la cual el gran capital resuelve todo, mientras quita importancia a los asuntos climáticos y considera que el mundo debe someterse a sus dictámenes. Estos líderes de estilo vertical están acompañados por otros de países emergentes y potencias medias del G20. Mientras más de la mitad del mundo es gobernada por autócratas los problemas grandes de la humanidad pasan a segundo plano. Líderes embebidos por su propio poder no muestran capacidad ni interés para afrontar los problemas mayores, entre otros: la regulación de la analítica de datos para salvaguardar la libertad individual; la relación entre libertad y seguridad; la aparición recurrente de pandemias; los conflictos etno-religiosos; la reforma del sistema de Naciones Unidas, la nueva arquitectura financiera y la corrupción internacional.

Respecto de la crisis de liderazgo en América Latina es preciso establecer que se manifiesta en la expansión del populismo que a su vez se funda en la desigualdad económica, en la frágil formación política de los ciudadanos y en la corrupción extendida en los ámbitos público y privado. La corrida populista en sus variantes extremas a uno y otro costado del espectro político tiene similares características: la proclama justiciera, el discurso polarizador, la herencia heroica y las promesas a granel. Es muy rústico. Oscila entre el porno capitalismo elemental y el retro comunismo monopartidista.

DIEZ PRECEPTOS CONTRA LA IMPOSTURA:

Siendo este día tan especial para todos nosotros, quiero culminar mi alocución formulando diez recomendaciones para los jóvenes profesionales que inician su ejercicio a partir de hoy:

  • Hacer aportes y construir bases ideológicas en lo político pero huir de los ideologismos y repudiar todo fanatismo.
  • Actuar con consecuencia en el ejercicio profesional sin confundir esa consecuencia con la obsecuencia y mucho menos esa obsecuencia con la abyección.
  • Rechazar cualquier forma de discriminación. Respetar en toda circunstancia los derechos humanos.
  • Sumarse en el ejercicio profesional a la acción climática, proteger y defender la diversidad y practicar la responsabilidad ambiental.
  • Defender la tradición que nos brinda certezas pero tomar distancia con el tradicionalismo cuando termina en inmovilismo social o en preservativo de privilegios e injusticias.
  • Pregonar y practicar la congruencia entre los objetivos superiores de la ética social y los propósitos de las instituciones, empresas o personas en el desempeño de sus profesiones.
  • Honrar la lealtad con las leyes y hacer consideración ética de las decisiones económicas empresariales o institucionales.
  • Discernir, no convertir la información sin análisis en fuente de verdad. No emitir juicios ni multiplicarlos en forma inopinada.
  • No creer en imposturas, en engaños con apariencia de verdad. Saber usar la tecnología pero tomar distancia con el “tecnofideismo”.
  • Entender la importancia del capital bajo el aserto de que la solidaridad requiere solvencia, pero tomar distancia ante el “cornucopeismo”.
  • Ser parte de la ciudadanía global. Compenetrarse y hacer esfuerzos por comprender y reconocer el diálogo entre civilizaciones.  
  • Practicar el humanismo digital y no perder nunca la gratitud y el respeto hacia nuestros padres y ante los mayores y los niños.

FELICITACIONES!!!