Por Patrick Artus Asesor económico sénior de Ossiam
- El rechazo a la inmigración, a pesar de que los inmigrantes desempeñan un papel clave en el progreso tecnológico de Estados Unidos.
- Las políticas climáticas, que harán que el país quede rezagado en todas las tecnologías necesarias para la transición energética.
- Las políticas sanitarias, que obstaculizarán el desarrollo de la industria farmacéutica estadounidense y deteriorarán aún más la salud de los ciudadanos.
El panorama resultante será el de una fuerte desaceleración del crecimiento y de la productividad, lo que conducirá a una situación en la que, a pesar del descenso poblacional en China, este país seguirá creciendo a un ritmo superior al de Estados Unidos.
1. Primera política de Trump: el rechazo a la inmigración
Desde marzo de 2025, el número de inmigrantes empleados en Estados Unidos ha disminuido en 1,5 millones. Los inmigrantes son responsables de una gran proporción de nuevas empresas, especialmente en el sector tecnológico:
- El 29 % de los emprendedores son inmigrantes (aunque representan solo el 15 % de la población).
- El 44 % de los fundadores de las actuales “unicornios” son inmigrantes.
- El 26 % de los inmigrantes trabaja en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (según la National Science Foundation).
El nivel científico y el potencial de innovación de Estados Unidos dependen, por tanto, en gran medida de su capacidad para acoger inmigrantes.
2. Segunda política: apoyo a los combustibles fósiles
Las emisiones de CO₂ de EE. UU. aumentaron 4,2 % en el primer semestre de 2025 frente al mismo periodo de 2024, debido principalmente a un aumento del 14 % en el consumo de carbón para generación eléctrica. El consumo de petróleo y gas natural no ha crecido respecto a 2024, posiblemente a causa de la desaceleración económica.
El costo de estas políticas favorables a los combustibles fósiles, que perjudican a las energías renovables mediante la apertura de tierras federales a la extracción de carbón, la eliminación de subsidios y la cancelación de proyectos, provocará un importante retraso de EE. UU. en el desarrollo de sectores como baterías eléctricas, turbinas eólicas y paneles solares.
3. Tercera política: salud pública
El secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., despidió a 25.000 empleados (de 82.000) del Departamento de Salud y promueve teorías marginales o conspirativas sobre las vacunas, el autismo, el SIDA y la COVID-19.
Además, el presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) se redujo en 18 %, y la administración Trump planea recortar en 610 millones de dólares el presupuesto de Medicaid durante los próximos 10 años, afectando la cobertura médica de los estadounidenses de bajos ingresos. Todas estas medidas agravarán los problemas de salud ya existentes en la población, que han contribuido a una caída en la esperanza de vida en Estados Unidos.
Al combinar el rechazo a la inmigración (que frena la creación de empresas), las políticas pro combustibles fósiles (que retrasan la transición energética), y las políticas sanitarias (basadas en teorías pseudocientíficas y recortes presupuestales), se obtiene un escenario en el que Estados Unidos sufrirá una caída en la productividad laboral y en su producción económica debido tanto a la reducción de la inmigración como al deterioro de la salud de su población.
China superará a Estados Unidos
A pesar del descenso de su población en edad laboral, China superará el tamaño económico de EE. UU., impulsada por fuertes ganancias de productividad y grandes inversiones en nuevas tecnologías (baterías, semiconductores, inteligencia artificial, etc.).
Incluso antes de las políticas de Trump:
- El gasto en investigación y desarrollo (I+D) de China ya era casi igual al de EE. UU. en 2023 (784 mil millones de dólares vs. 723 mil millones, ajustado por paridad de poder adquisitivo).
- Su nivel de excelencia científica y tecnológica (según el Center for Excellence in Education) estaba al mismo nivel que el estadounidense.
Las políticas actuales de la administración Trump están debilitando los pilares del crecimiento estadounidense, inmigración, innovación y salud, mientras China consolida su liderazgo en inversión, productividad e innovación tecnológica. El resultado: una economía estadounidense más lenta, menos competitiva y vulnerable a ser superada por China como la mayor economía del mundo.