¿Por qué debemos apoyar el Pacto Histórico?

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Mucho se ha estado comentando en estos últimos días sobre el Pacto Histórico, pero lo cierto es que un gran grueso de la población, especialmente representada en los sectores populares, desconocen o muy poco saben sobre este transcendental proyecto político que tiene como propósito fundamental el de ganar la elección presidencial en el 2022 y obtener la mayoría absoluta en el Congreso de la República.

El Pacto Histórico se constituyó mediante una coalición de fuerzas políticas alternativas, progresistas y democráticas, de movimientos sociales, ambientales y culturales, de agrupaciones de jóvenes, mujeres, campesinos, indígenas y afros, conformando una gran alianza que permita cambiar la historia política de este país y conduzca a nuestra nación por un verdadero sendero de la democracia, la equidad, el derecho a la vida y la justicia social.

Cuando el país se debate en medio de una profunda crisis social, política,  económica, moral y ambiental, a causa del manejo corrupto y depredador que la clase política tradicional le ha dado por muchos años a las instituciones del Estado, surge el Pacto Histórico como la gran esperanza que reclama el pueblo colombiano para salir del estado de atraso, pobreza e indigencia social a que ha sido sometido por una elite que no ha sido capaz de propiciar y consolidar la paz entre los colombianos.

Es por esta razón que es de vital importancia adelantar una campaña educativa y pedagógica que haga posible concientizar y sensibilizar a nuestras comunidades sobre los programas y proyectos que el Pacto Histórico propone al pueblo colombiano para lograr una rotunda victoria en la próxima contienda electoral.

Debemos entonces propender por la construcción de una Agenda Programática, que sea producto de la participación activa de los sectores populares, de la dirigencia representativa de las fuerzas alternativas que tienen presencia en el Pacto Histórico, para que todo este tipo de expresiones vayan encaminadas a generar acciones por la defensa del derecho a la vida, a la paz,  los derechos de la naturaleza, la educación y la salud gratuita.

A continuación pongo a consideración algunos elementos claves en aras de construir este gran Acuerdo Programático, teniendo como base las particulares y características propias de nuestro territorio, como es el  caso del Municipio de Ciénaga, Magdalena.

La necesidad de transitar de un modelo económico extractivita que ha estado girando desde hace algunas décadas  en torno al petróleo y al carbón y que es el responsable de la aguda crisis ambiental por la que atraviesa nuestro país, obliga a un cambio en las políticas públicas que nos permita avanzar hacia un modelo de producción con energías limpias donde la tierra y el trabajo productivo se conviertan en los principales factores estratégicos para la generación de riqueza, bienestar y calidad de vida. Es menester poner en marcha  acciones orientadas a crear las condiciones óptimas para que el 80% de las familias campesinas que viven en las ciudades en precario hacinamiento, regresen al campo y puedan convivir con dignidad, solvencia moral, social y económica.

En tal sentido, nuestro territorio que ha sido objeto de todo un proceso de afectación en su ecosistema natural, marino, costero y humano en razón a la actividad portuaria del carbón, podrá recuperar su vocación agroecológica, ecoturística y pesquera. Para ello, se entregaran tierras fértiles y habrá asistencia técnica y apoyo de un de un banco público de economía popular facilitando créditos blandos a las familias campesinas que se organizaran mediante cooperativas y formas asociativas y solidarias de economía empresarial campesina, con el propósito de crear redes de granjeros para efecto de garantizar la suficiente producción de alimentos y la comercialización de los excedentes agrícolas.

De igual manera, se protegerá la semilla nativa y serán erradicados los cultivos transgénicos que están causando daños irreversibles a nuestra fauna y flora y en especial a la salud humana. En este orden de ideas,  la Ciénaga Humana será territorio libre de agro tóxicos, pesticidas y agroquímicos que envenenan las aguas y los suelos, dando preferencia a la agricultura orgánica, ambientalmente sustentable. Nos convertiremos en una potencia agroecológica y Ecoturística que nos permita adaptarnos y superar las amenazas que nos impone el cambio climático, fomentando una economía creativa y emprendedora que nos posesione como un territorio altamente productivo capaz de transcender los efectos perversos  generados por la alteración climática.

Las familias campesinas con sentido empresarial y responsabilidad social y ambiental, no serán más víctimas de la cadena de intermediarios que se aprovechan del bajo nivel organizativo de las mismas, comprando la cosecha a precio injusto e irrazonable. La cadena de valor estará bajo el control de los mismos productores agrícolas, desde el momento mismo de la siembra,  pasando por el proceso de transformación agroindustrial de las materias primas, hasta culminar en la comercialización de los productos terminados y en la apertura de mercados campesinos que lleven  directamente los productos del campo a la gran población consumidora.

Un típico ejemplo seria el mango y la variedad de especies que se pierden en época de cosecha por no existir una planta procesadora de pulpas que permita generar una diversidad de productos derivados de la cosecha del mango.

De esta manera, la Ciénaga Humana dentro del Pacto Histórico, le apuesta al desarrollo de la agroindustria y con ello a la construcción y consolidación de una base industrial de  micros, pequeñas y medianas empresas. El reto es fomentar un número significativo de cadenas productivas tales como la del mango, el aguacate, el maíz, el lulo, la mora, la sábila, plátano, coco, arroz, ajonjolí, yuca, entre otras, como fuente generadora de empleo, riqueza y un Buen Vivir.

Es pertinente por supuesto, mejorar las vías terciarias corregimentales, con el ánimo de evitar el embotellamiento y las dificultades de acceso a los centros de producción agrícola.

El agua jugará un papel preponderante para el riego de los cultivos, y las buenas prácticas agrícolas. Para tal efecto, se construirán un número determinado de micro plantas hidroeléctricas aprovechando el potencial hídrico que ofrece el macizo montañoso de la Sierra Nevada, lográndose así proveer de suficiente agua a las comunidades campesinas e indígenas y de esta manera el derecho vital de la seguridad alimentaria y el sostenimiento de las cadenas productivas.

La instalación de paneles solares será otra fuente inagotable de energía fotovoltaica que le imprimirá una mayor dinámica a la economía campesina y al desarrollo rural en general, mediante la aplicación de herramientas estratégicas como lo es el Marketing Digital, incorporándose de esta forma la economía local a los circuitos económicos que ofrece los mercados verdes y alternativos de la economía global.

Los jóvenes tendrán la oportunidad de acceder  una educación superior gratuita, universal y de calidad ya que la Ciénaga Humana fomentará la construcción de un campus universitario donde se ofrezcan programas y formación tecnológica, científica y humana que contribuya a la industrialización de los sectores productivos de la economía local, como por ejemplo, la agroindustria, la industria textil, pesquera, artesanal, informática, la industria creativa y de servicios ecoturísticos y ambientales.

Estas son algunas de las propuestas que la Ciénaga Humana pone a consideración de la ciudadanía cienaguera, para inaugurar desde la perspectiva del Pacto Histórico una era de paz y sin desigualdad en nuestra municipalidad y donde el reconocimiento de los derechos a la vida y de la naturaleza misma, nos permita avanzar hacia una sociedad donde  quepamos todos con justicia social, climática y ambiental, en torno al amor, al saber y sobre todo por el respeto a los seres humanos y a nuestra madre tierra.

Por: Luis Eduardo Rendón Vásquez Economista y Ambientalista