“Lisboa cumplía todos los requisitos”, asegura Nathan Hadlock, un estadounidense de San Francisco que se instaló en Portugal, la “California de Europa”, donde también hay sol y mar pero el ritmo es más tranquilo y el nivel de vida más barato.
“Con mi pareja, queríamos frenar nuestro ritmo de vida y aprovecharlo más. Hicimos una lista de los 10 mejores lugares en el mundo y, según nuestros criterios, Lisboa se colocó rápidamente en primera posición”, explica a la AFP este emprendedor de 40 años.
Además de todo aquello de lo que disfrutaba en California, Portugal también le permite salir de un país “en tensión” por las divisiones políticas.
“Si añadimos los cuidados médicos gratuitos, menos violencia y un coste de la vida menos elevado, la decisión es fácil de tomar”, cuenta este padre de familia que llegó a Portugal en marzo de 2020.
Los 7.000 ciudadanos estadounidenses que residen en Portugal son mucho menos numerosos que los expatriados ingleses o franceses pero, según las estadísticas oficiales, su cifra se ha duplicado entre 2018 y 2021.
Y este año, los estadounidenses están codo a codo con los chinos en los primeros puestos de inversores extranjeros atraídos por los “visados de oro” portugueses, esos permisos de residencia otorgados a cambio de una compra inmobiliaria o una transferencia de capitales.
– “Mentalidad diferente” –
Joana Mendonça, abogado en el gabinete de consejo para candidatos a la expatriación Global Citizen Solutions, habla “casi cada día” con clientes en Estados Unidos y piensa que este mercado va a “seguir creciendo”.
“Hay quienes vienen para ser nómadas digitales y quieren trabajar en sus casas, aquí a orillas del mar. Hay familias enteras que sueñan ya con ver a sus hijos en universidades europeas. También hay jubilados que han vendido todo lo que tenían en Estados Unidos para disfrutar de su jubilación en Portugal”, precisa.
Estos estadounidenses tienen una “mentalidad diferente” a otros inversos extranjeros, interesados únicamente por el permiso de residencia o las ventajas fiscales.
“Quieren realmente venir a vivir aquí y cambiar de estilo de vida”, asegura la abogada.
El programa de “visados de oro”, creado en 2012, ha sido criticado por contribuir al aumento de los precios en el sector inmobiliario.
Tras haber pasado sus seis primeros meses en Portugal trabajando a distancia, Nathan Hadlock se dedica ahora a un fondo de inversión centrado en la agricultura durable y adquiere terrenos de la región del Alentejo (sur), una zona que le recuerda el valle de Napa de California.
– “Surf y buenos vinos” –
En Lisboa, Hadlock organiza, junto a otros emprendedores, encuentros para reforzar las relaciones entre California y Portugal. El nombre del grupo, “Red Bridge” (puente rojo), hace referencia a los dos puentes que se encuentran en la bahía de San Francisco y en el estuario del Tajo.
Entre estos emprendedores figura Jonathan Littman, que sigue viviendo en California pero que ya habla portugués.
“Ahora se ve a Portugal como la California de Europa”, dice, enumerando algunos puntos en común: “el surf, el litoral, los buenos vinos, el interés por los productos del mar y la cocina sana”.
Para poder huir de las tensiones políticas y raciales en Estados Unidos, Jen Wittman se mudó con su familia en marzo de 2021, en plena pandemia de covid-19.
“Todo el mundo esta muy contento de vivir aquí, nos sentimos seguros”, afirma esta mujer de 47 años, emprendedora en marketing digital que creó un grupo Facebook de ayuda entre sus compatriotas que quieren expatriarse, con más de 3.000 seguidores.
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Thomas CABRAL
Yahoo Noticias Agencia AFP Foto internet AFP