Protocolo intercultural en salud para proteger la vida de bebés chimilas

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En el resguardo Narakajmanta, zona rural de Gaira (Santa Marta) donde habita la comunidad Ette Ennaka (Chimila), parteras y parteros purifican los nacimientos con oración y tabaco. Este ritual de preparación para el parto es poco conocido en la medicina occidental.

Así como este, otros procedimientos diferentes entre culturas hacen parte de un protocolo que se elabora en la Universidad del Magdalena, con el liderazgo de Liliam Macías Lara, docente del Programa de Medicina y estudiante del Doctorado en Educación, Interculturalidad y Territorio.

“Buscamos articular los saberes de la partería tradicional con los de la medicina occidental”, aseguró la doctoranda, quien a través de su tesis pretende mejorar algunas prácticas de parto empleadas en la comunidad indígena para contribuir a la salud neonatal y materna y salvaguardar la vida de los recién nacidos.

La iniciativa se fundamenta en los índices de mortalidad por asfixia perinatal reportados en comunidades étnicas rurales, debido a su escaso acceso a servicios de salud. Esto motivó a abrir espacios de educación para la población indígena, siguiendo con lo que el Rector Pablo Vera Salazar plasma en su Plan de Gobierno 2020-2024 para fomentar la interculturalidad.

Es así como a través de talleres en la Clínica de Simulación de la Universidad del Magdalena y visitas de campo en el resguardo en la vereda de Puerto Mosquito, la docente Liliam Macías entrena a parteros chimilas, con estrategias como ‘Minuto de Oro’, para reconocer oportunamente cuándo se debe ayudar a un bebé a respirar.

Educación intercultural

Carlos Gamarra Ternera, cacique del resguardo, resaltó los encuentros propiciados por Unimagdalena y aseveró que también es una necesidad conservar sus conocimientos en salud. “Tenemos la esperanza de que podemos recuperar muchas cosas”, aseguró el líder chimila.

Es por esto que el protocolo cumple una segunda misión: transferir el conocimiento ancestral a los futuros y actuales médicos de Santa Marta para que respeten estas costumbres durante su ejercicio en las instituciones de salud.

“Esto nos ayuda a que ustedes vean que nosotros también tenemos conocimiento cuando llevamos a las clínicas a una mujer embarazada”, señaló Martha Jiménez Sánchez, partera chimila, quien valoró la capacitación recibida y, sobre todo, calificó como “valioso” poder relatar sus prácticas como médicos en sus territorios.

Es por ello que la docente Liliam Macías ha hecho partícipes a estudiantes del Programa de Medicina, en procura de que en su ejercicio tengan la capacidad de reconocer y respetar los procesos y protocolos indígenas. “Dentro del desarrollo del ejercicio estaba la deuda de enseñarles cómo es esa visión”, precisó.

Satisfecha por el resultado y con la convicción de que lleva un componente que agrega valor a su formación, la estudiante Libeth Contreras Torres aseguró: “Hay muchas prácticas que aprendí y me parece muy importante al atender a personas de estas comunidades”.

De esta manera, la Universidad del Magdalena ratifica una vez más su compromiso con la inclusión, la interculturalidad y la pluridiversidad, como lo consigna su Plan de Desarrollo 2020-2030, propiciando a través de su modelo educativo un diálogo que complementa las visiones de la ciencia tradicional y las cosmovisiones de las comunidades.