¿Qué esperamos de las negociaciones del nuevo salario mínimo para el 2025?

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Representantes del Gobierno, gremios empresariales y centrales obreras serán los encargados de llegar a un acuerdo en cuanto al incremento del salario mínimo en Colombia para el 2025.

El gobierno propondría una cifra cercana al 6.2%; los trabajadores llegarían con la propuesta de un aumento superior al 10 %; mientras que, los empresarios presentarían un incremento entre el 5% o 6%.

Jaime Rojas, líder del Centro de Investigación en Análisis de Datos Económicos Sectoriales del Politécnico Grancolombiano, proyecta que la cifra esté cercana al 7% y explica que lo más probable es que, como en los dos años anteriores, no se logre un consenso y sea el Gobierno quien decrete el incremento.

Noviembre de 2024. Comenzó oficialmente la discusión para definir el incremento del salario mínimo en Colombia para el 2025. Representantes del Gobierno, gremios empresariales y centrales obreras serán los encargados de llegar a un acuerdo en cuanto al porcentaje de aumento; de no ser así, el 30 de diciembre se tendrá que definir por decreto presidencial. ¿De cuánto se espera que sea el incremento?

Factores clave en la discusión salarial

El contexto económico y social será determinante en las negociaciones. Jaime Rojas, líder del Centro de Investigación en Análisis de Datos Económicos Sectoriales del Politécnico Grancolombiano, explica que la inflación y la productividad laboral serán determinantes para definir el aumento. La inflación está proyectada para cerrar el año levemente por encima del 5%; mientras que la productividad laboral se espera que sea apenas positiva.

El experto analiza que los trabajadores se centrarán en la discusión argumentando la necesidad de recuperar el poder adquisitivo, reducir la desigualdad y mejorar las condiciones de vida, especialmente en sectores con ingresos bajos. Actualmente, cerca del 10% de los trabajadores colombianos gana un salario mínimo, mientras que más de 10 millones de personas perciben ingresos inferiores a este. En este sentido, un ajuste podría tener un impacto directo en mejorar las condiciones de vida de estos sectores. “Un incremento real del salario puede permitir a los trabajadores mantener e incluso mejorar su calidad de vida, especialmente si supera la inflación”, explicó Rojas.

Sin embargo, desde la perspectiva empresarial, las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), que constituyen más del 90% del tejido productivo del país, enfrentarían mayores desafíos. “El incremento de los costos laborales podría afectar la sostenibilidad de las MiPymes, dificultando su capacidad de generar empleo formal y de competir en el mercado”, agregó el docente.

Otro aspecto crucial en este debate es dimensionar el impacto que tendría un incremento significativo del salario mínimo en un país donde más del 50% de los trabajadores son informales. Según Rojas, “un aumento desproporcionado podría dificultar el tránsito de la informalidad a la formalidad y, en algunos casos, empujar a trabajadores formales cercanos al umbral del salario mínimo hacia la informalidad”.

Entonces, ¿qué se espera del incremento del salario mínimo?

Aunque las cartas aún no están sobre la mesa, ya se han dado ciertas luces que permiten proyectar cómo va a ser la puja. Lo que está claro es que, por Ley el incremento no puede ser inferior a la inflación registrada en el mes de noviembre, que se espera estará sobre el 5.2%. Este sería el aumento mínimo.

Posición del gobierno: el Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ya habló del tema afirmando que el aumento debe estar por encima de la inflación, sumado a un punto de productividad, lo que indica que estaría cercano al 6.2%. De ser así, el salario mínimo no superaría los $1,4 millones el próximo año. El gobierno también descartó un aumento del 10%, argumentando que la inflación ha estado todo el año en un solo dígito.

Posición de los trabajadores: Los expertos prevén que las propuestas de los sindicatos rondan el 10%, es decir, un aumento de $130.000 que dejaría el salario mínimo en $1,43 millones el próximo año. El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, explica que una cifra de mínimo dos dígitos será determinante para garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores.

Posición de los empresarios: El sector productivo plantea un incremento entre el 5% o 6% y considera inviable un incremento de dos dígitos en la coyuntura económica actual. Para ellos, un amento desproporcionado del salario mínimo podrá impactar fuertemente las finanzas de las empresas colombianas.

En los últimos tres años el aumento estuvo por encima de los dos dígitos. En 2022 fue de 10,7%, en 2023 fue de 16% y en 2024 fue de 12%. Sin embargo, estas altas cifras se debieron a la alta inflación de esos años. Según el docente del Politécnico Grancolombiano, Jaime Rojas, lo más probable es que, como en los dos años anteriores, no se logre un consenso y sea el Gobierno quien decrete el incremento, posiblemente cercano al 7%.

Además, el docente destacó que este ajuste será un termómetro para evaluar las dinámicas económicas del país. “Un incremento moderado, basado en datos sólidos de productividad e inflación, podría equilibrar las necesidades de los trabajadores sin desestabilizar al sector productivo”, concluyó.

Las fechas clave:

3 y 4 de diciembre: se analizarán las cifras de productividad que presentará el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

9 de diciembre: se conocerán los indicadores del mercado laboral más recientes

11 y el 15 de diciembre: se realizarán las discusiones de las propuestas de incremento salarial. En este lapso, las partes buscarán llegar a un acuerdo que permita definir el nuevo monto del salario mínimo para el próximo año.

30 de diciembre: último plazo para llegar a un acuerdo sobre cuál será el aumento, si no es así, se declarará por decreto presidencial.

La definición del salario mínimo 2025 no solo impactará a millones de trabajadores, sino que también será un reflejo del compromiso entre las partes para equilibrar las demandas sociales con la realidad económica del país. El calendario de negociaciones avanza, y se espera que las próximas semanas sean decisivas para definir este aspecto crucial de la economía colombiana.