Promesas y más promesas. Reuniones y más reuniones, actas y más actas, pero no se adopta nada concreto frente a la necesidad de reducir las tarifas de energía eléctrica para todos los sectores en la Costa Caribe colombiana.
En Barranquilla el pasado sábado se realizó un nuevo encuentro para avanzar en el tema, pero al final solo hubo una lánguida acta de dos páginas con supuestas soluciones alrededor de asuntos que competen a las zonas subnormales y firmas de los asistentes.
La gente tiene que seguir esperando a que por fin el Gobierno Nacional cumpla lo que reiteradamente anuncia el Presidente Petro en relación con las fórmulas de la Creg y la reducción tarifaria. Esta vez tampoco fue.
EL ACTA CON LOS ANUNCIOS QUE SIGUEN GENERÁNDOSE
LO QUE NO PUDO EXPRESAR EL EXREPRESENTANTE CÉSAR LORDUY
Aquí los puntos de vista que no pudo expresar en la reunión con los generadores este sábado en Barranquilla, por razones de orden del día, el ex Reprsentante a la Cámara por el Atlántico, César Lorduy:
Existe un factor común entre los departamentos que destinan un alto porcentaje de sus ingresos al pago de la factura de energía: son departamentos de la costa Atlántica. Esto es un claro indicador de pobreza energética en esta región.
La correlación entre los ingresos de una familia y el valor de la factura de energía es notablemente superior en el Caribe, donde oscila entre el 20% y el 30%. En el resto del país, representa entre el 5% y el 9%, lo que nos deja con la difícil elección de comer o pagar la luz.
Históricamente, los subsidios han sido injustos. En lugar de reducirse, deberían basarse en las necesidades reales de consumo y no en la capacidad adquisitiva de los hogares. No es justo que en algunas zonas del país los subsidios cubran el 100% de las necesidades, mientras que en la costa apenas alcanzan el 60%.
Los costos de generación han sido volátiles, afectando a los usuarios, ya sea por los precios del mercado, por fenómenos climáticos o por indicadores que han inflado artificialmente los costos de la energía. Esto sucede a pesar de que la infraestructura de más de 50 años no ha variado en costos operativos.
Es increíble que el costo de un kilovatio generado por energía hidroeléctrica haya pasado de $192 a más de $414, siendo que los costos de producción son casi los mismos.
El 69% de los componentes de la tarifa terminan en manos de las empresas de generación y transmisión. Estas empresas, de una u otra manera, nunca han dado la cara ni se preocupan por conocer a quién le venden o cómo es el mercado, ya que cuentan con regulaciones proteccionistas y beneficios que les permiten ejercer poder de mercado en la bolsa de energía.
El consumo y las tarifas en la costa Caribe son significativamente más altas que el promedio nacional. Por ello, se necesita una tarifa diferencial, y no se puede asumir que la costa derrocha energía sin tener en cuenta las situaciones sociodemográficas y climatológicas de temperatura, humedad y otros factores.
El futuro está en la transición hacia comunidades energéticas, pero es necesario tomar acciones ahora, a corto plazo, mientras esa transición se concreta.
Propuestas:
1) Que se deflacte el IPP de los contratos.
2) Que la creg desincentive la venta en bolsa
3) Que el Gobierno se comprometa con 252 kwh de consumo mínimo vital.
4.) Que se establezca una tarifa diferencial para los más vulnerables de la Región Caribe.