En respuesta a la creciente amenaza de los incendios forestales que asolan nuestras tierras, biodiversidad y habitantes, a las comunidades y gobiernos locales se hace un urgente llamado a la acción colectiva.
Los incendios forestales, impulsados por condiciones climáticas extremas y factores humanos, representan una amenaza grave para el entorno natural y la biodiversidad única que albergan.
En los últimos días, se ha visto un aumento alarmante en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales en diversas regiones. 90% por ciento de los cuales ha sido producto de acciones humanas.
La propagación rápida de las llamas ha afectado no solo a la flora y fauna, sino también a las comunidades locales, poniendo en riesgo vidas humanas y provocando pérdidas materiales significativas.
Y es que las olas de calor son cada vez más frecuentes y con mucha más intensidad dando poco margen de respuesta. Estos escenarios extremos ponen en riesgo la salud de las personas, animales y plantas por lo que, implementar estrategias de adaptación se hace vital, especialmente cuando se generan desplazamientos forzados a causa de esta misma crisis climática.
¿Qué son los refugios climáticos?
Los refugios climáticos pueden ser zonas naturales o urbanas que tienen condiciones ambientales benignas para protegerse de un contexto desfavorable, como el exceso de calor (o frío), la escasez de agua, el acceso deficiente a un hábitat adecuado, entre otros.
De esta manera, la ciudadanía cuenta con áreas para descansar un rato, refrescarse y luego continuar con sus actividades durante los días más tórridos.
Pueden ser naturales, como un espacio abierto con sombra o elevada presencia de infraestructura verde. Como ejemplos pueden mencionarse algunos parques, paseos con arbolado y zonas de fuentes o con acceso a agua natural, como pueden ser un río o una playa. También los hay artificiales, como pueden ser ambientes cerrados con aire acondicionado o que naturalmente presentan temperaturas más confortables que en el exterior.
La mayoría de estos lugares no son infraestructuras nuevas sino espacios preexistentes que han sido repensados como refugios además de seguir con sus funciones originales. Viéndolo así, una biblioteca que tiene protocolo para recibir a personas que lo necesiten durante olas de calor o de frío puede ser refugio climático.
¿Qué características debe tener un refugio climático?
Los refugios climáticos deberían estar disponibles para los habitantes de las ciudades que lo necesiten y que puedan ver comprometida su salud durante eventos extremos.
Un refugio climático debe ofrecer condiciones climáticas adecuadas: interiores climatizados y exteriores sombreados, acceso a puntos de agua y servicios públicos y espacios para sentarse. Por último, estar claramente señalizados y distribuidos a lo largo de la ciudad.
Es tiempo de multiplicar estas zonas de descanso en todas las ciudades para cuidar la salud de la población y empezar a mitigar la ola de calor que está pegando tan fuerte en Colombia.