Reino Unido, primer país del G7 en poner fin a las centrales de carbón

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La central eléctrica de carbón de Ratcliffe-on-Soar, en el centro de Inglaterra, que cierra el 30 de septiembre, fotografiada el 12 de septiembre de 2024. (Oli SCARFF/AFP/

La última central eléctrica alimentada por carbón de Reino Unido cierra este lunes, poniendo fin al uso de este combustible para generar dicha fuente de energía, una novedad para un miembro del G7, el grupo de países más desarrollados del mundo.

El cierre del establecimiento, inaugurado en 1967, es un paso simbólico en el ambicioso plan de Reino Unido de descarbonizar completamente su electricidad de aquí a 2030 y luego alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

El Reino Unido se convierte así en el primer país del G7 en dar este paso. Italia piensa hacerlo en 2025, Francia en 2027, Canadá en 2030 y Alemania en 2038, mientras que Japón y Estados Unidos no tienen una fecha precisa.

Este cierre “marca el fin de una era”, pero también abre “una nueva” que favorecerá la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector energético, señaló en un comunicado el gobierno británico, que lanzó recientemente un plan sobre energías renovables.

La central, situada en Ratcliffe-on-Soar, entre Derby y Nottingham, en el corazón de Inglaterra, deberá ser completamente desmantelada “antes de finales de la década”, afirmó la energética alemana Uniper, su propietaria, antes de la creación de un “centro de energía y tecnología libre de carbono” en el lugar.

El carbón contribuyó significativamente al crecimiento económico del Reino Unido desde el siglo XIX hasta la década de 1990.

Esta energía extremadamente contaminante todavía generaba el 70% de su electricidad en los años 80, antes de una caída espectacular al 38% en 2013, al 5% en 2018 y al 1% el año pasado.

Para dejar esa dependencia, los británicos se fueron decantando por el gas natural, una energía fósil presentada como menos contaminante y que se utilizó en 2023 para producir un tercio de la electricidad en Reino Unido.

– “En los libros de historia” –

“El lugar (del carbón) está ahora en los libros de historia”, afirma Tony Bosworth, de la oenegé ‘Friends of the Earth’ (Amigos de la Tierra).

“La prioridad ahora es alejarse del gas desarrollando el enorme potencial de energía renovable del Reino Unido lo más rápido posible”, añade.

La rama británica de la oenegé Greenpeace aplaude los pasos dados por sus gobiernos.

“Reino Unido ha dado un ejemplo que el resto del mundo debe seguir”, indica Doug Parr, de Greenpeace UK.

En el marco de su plan de energías verdes, Londres pretende, en particular, crear una empresa pública, Great British Energy, con sede en Aberdeen, al este de Escocia, para invertir en turbinas eólicas flotantes, energía mareomotriz o nuclear.

En la misma línea, el gobierno británico nacionalizó recientemente por 630 millones de libras (842 millones de dólares) el operador de la red eléctrica británica ESO, encargado de regular el equilibrio entre la oferta y la demanda de electricidad, con el fin de conectar de manera más efectiva “nuevos proyectos de producción sostenible”.

Las ocho chimeneas grises de la central eléctrica de Ratcliffe-on-Soar, que emplea a 350 personas y es capaz de abastecer de electricidad a dos millones de hogares, recibió a principios de julio un último envío de 1.650 toneladas de carbón, suficiente para suministrar energía a 500.000 hogares durante ocho horas.

La primera central eléctrica de carbón del mundo, creada por Thomas Edison, se inauguró en el corazón de Londres en 1882.

Clément ZAMPA

Yahoo Noticias Agencia AFP