Sólo se fabricó una pieza en exclusiva para un cliente anónimo y su precio ronda los 28 millones de dólares (unos 558 millones de pesos mexicanos).
En 2017, el celebrado Rolls-Royce Sweptail llegó a considerarse el auto más caro del mundo. Ahora, Rolls Royce dio a conocer su nuevo programa Rolls Royce Coachbuild, para diseñar y fabricar vehículos hechos a la medida y gusto de cada cliente. Estos modelos resultan únicos, personales, de importancia histórica y futura.
Se sabe que el modelo Boat-Tail fue hecho a petición de una pareja globalmente exitosa, quienes tienen experiencia en encargar automóviles Rolls Royce.
“Boat Tail es la culminación de colaboración, ambición, esfuerzo, y tiempo. Nació de un deseo de celebrar el éxito y crear un legado. En su notable realización, Rolls-Royce Boat Tail forja un momento crucial en la historia de nuestra marca y en el panorama del lujo contemporáneo”, dijo Torsten Müller-Ötvös, Director Ejecutivo de Rolls-Royce.
Lujo extremo, así es el Rolls-Royce Boat-Tail
La carrocería del Rolls-Royce Boat Tail está hecha 100% a mano. La parte exterior está envuelta en un peculiar tono de azul, el color preferido del cliente. Bajo la sombra, el color resulta sutil y con aire retro, pero bajo la luz del sol, las hojuelas metálicas y de cristal integradas en la pintura proporcionan un aura brillante y energética al acabado.
El proyecto tardó cuatro años en desarrollarse. Un modelo virtual fue masterizado de manera digital para formar un marco en donde las láminas de aluminio se forjan manualmente. Mientras ultimaban los diseños con los clientes, el chasis de aluminio de la marca, arquitectura de lujo, fue enteramente reconfigurado para soportar las generosas proporciones del Boat Tail, un proceso que llevó ocho meses.
Las características más llamativas de este suntuoso vehículo están en el maletero. Al abrir la cajuela (en un ángulo de 15 grados, la medida perfecta según los británicos) se despliega una sombrilla y un conjunto de accesorios para hacer un elegante pic-nic.
Estos incluyen sillas plegables, copas y un par de refrigeradores a medida, donde caben botellas de champán Armand de Brignac, una de las bebidas más exclusivas del mundo. Los frigoríficos están diseñados para mantener una temperatura de 6°C, la recomendada para servir esta bebida.
En la guantera se encuentra una pluma Mont Blanc, de diseño único, así como un habitáculo, hecho expresamente para albergar un exclusivo reloj Bovet 1822, cuyo costo puede alcanzar varios miles y hasta millones de euros.
Con información de Alto Nivel.
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