“Salir de su propio clóset, la deuda del liberalismo con los derechos LGTBIQ”

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El liberalismo latinoamericano debe salir de su propio “clóset” para saldar la deuda que tiene con la comunidad LGTBIQ, según plantea un grupo de jóvenes de la región contra quienes allí defienden las libertades políticas y económicas pero al mismo tiempo se oponen a derechos como el matrimonio homosexual.

Así se plasma en el libro “Libertad y prejuicio”, una recopilación de ensayos de 13 autores de 7 países donde confrontan con testimonios personales y argumentos legales y éticos a los discursos homófobos y antiderechos que tradicionalmente han caracterizado a un amplio sector de liberales en lo económico.

“La esencia del liberalismo es la libertad de la persona y, cuando hablamos de las diversidades sexuales, hablamos de las libertades de las personas, tan iguales como las libertades económicas”, explica a Efe la directora en Instituto Político para la Libertad (IPL) de Perú y coeditora del libro, Yesenia Álvarez.

“A nosotros nos cuesta creer que dentro del liberalismo haya personas que se presenten como liberales pero encuentren excusas para no luchar contra la homofobia y abrazar la bandera de los derechos LGTBIQ”, añade.

Para Álvarez, “estos discursos antiliberales y antiderechos se promueven como ‘profamilia’ y, sin embargo, han generado durante mucho tiempo la destrucción de la familia, al promover el rechazo a esa persona que es diferente”.

“A pesar de que como liberales creemos que la defensa de la libertad es por sí misma, hay que enseñarles a esas personas que la diversidad sexual es parte de la naturaleza humana”, agrega.

EL DERECHO A SER FELIZ Y LIBRE

Además de Álvarez, en este libro publicado con el apoyo del IPL, la Fundación Fiedrich Naumann Países Andinos y la organización Atlas Network, hay ensayos de los abogados Andrés Ricaurte (Ecuador), José Benegas (Argentina) y Andrea Rondón (Venezuela), así como de la historiadora transgénero Valentina Verbal (Chile).

También del periodista y abogado Fernando Berckemeyer (Perú), el filósofo Felipe Schwember (Chile), la politóloga Antonella Marty (Argentina), el comunicador Diego Ato (Perú), la abogada Aura Arbulú (Perú), la especialista en política públicas y desarrollo María Cecilia Villegas (Perú) y el economista Iván Carrino (Argentina).

“¿De dónde el derecho a ser feliz y libre de una persona es contrario al liberalismo? El libro trata de poner el foco en eso”, apunta Álvarez, quien se inspiró en promover esta visión a partir de un artículo del escritor peruano Mario Vargas Llosa en el que el premio Nobel criticaba el asesinato homofóbico del chileno Daniel Zamudio en 2012.

“No es posible que el liberalismo te diga que debes rechazar a un hijo por ser diferente. Con eso estás promoviendo su sufrimiento, y el liberalismo no está relacionado con nada que genere sufrimiento”, argumenta la coautora del libro.

ANTÍDOTO CONTRA MITOS

A través de esta serie de ensayos, el objetivo de los autores es también desmitificar todos los argumentos lanzados contra los derechos de la comunidad LGTBIQ, como que se trata de libertades “especiales” o que no hay lugar para ellos por no tratarse de una condición marcada por la naturaleza.

“Hay que combatir la homofobia institucional, esa que proviene del Estado y discrimina a través de la ley y sus órganos, pero también la homofobia social, que es la que viene de la familia y de los grupos de amigos, y es esa la que intentan azuzar líderes políticos y religiosos”, comenta Álvarez.

“Hay una construcción de mitos, muchas veces producto de la religión y de líderes políticos que no entienden la diversidad sexual, la desdibujan y no se llega a comprender. Por eso ves que hay personas que dicen que es una enfermedad, cuando está demostrado desde hace 40 años que no lo es”, continúa.

TAREA OCEÁNICA POR DELANTE

Para la activista liberal, es innegable la influencia que la religión ha tenido a lo largo de “siglos de discursos tanto religiosos como políticos han contribuido también a rechazar la diversidad sexual”.

“Siempre se ha dejado que estos grupos que defienden una agenda que deliberadamente niegan derechos sean los que hablan del tema”, lamenta.

En ese sentido, Álvarez considera que “es cuestión de tiempo” que los derechos LGTBIQ tengan mayor aceptación, pero para ello es necesario más divulgación porque “la tarea es oceánica”.

“Falta educar y hablar más de este tema y desmentir todo lo que se ha hecho, que es una tarea no solo de los liberales sino de cualquier demócrata. Hay que hablar y divulgar más”, sentencia Álvarez.

“En definitiva, sumar fuerzas de todos los sectores para una educación para la libertad. Lo que importa es la persona y su libertad, y los derechos LGTBIQ están en esa esfera que debemos proteger”, concluye Álvarez.

Fernando Gimeno

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