Santa Marta: un destino ancestral en el Corazón del Mundo

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Muchas son las palabras que se replican por doquier para describir la majestuosidad de las riquezas naturales y la biodiversidad de la Sierra Nevada de Santa Marta. Sin embargo, es poco lo que se ha dicho del verdadero tesoro de este lugar: su gente y sus comunidades ancestrales.  

En la Sierra Nevada de Santa Marta habitan cuatro pueblos indígenas (Arhuacos, Wiwas, Koguis y Kankuamos) unidos por una misma cosmovisión, cuyos principios son el sentido comunitario y la madre naturaleza. El respeto, la empatía y la riqueza cultural son aspectos invaluables y admirables en estas comunidades. 

En Santa Marta, sin embargo, ya es posible conocer, gracias al desarrollo de una alternativa turística, la tradición oral y la riqueza histórico-cultural de los pueblos indígenas, más allá de los museos y los libros. 

En esta nueva apuesta, la experiencia consiste en conocer de cerca los estilos de vida, las tradiciones culturales y las costumbres propias de las comunidades indígenas que habitan los lugares más insospechados de la Sierra Nevada de Santa Marta. 

Por medio de este tipo de turismo se orienta a un intercambio cultural respetuoso y a una experiencia realista y transformadora a través del conocimiento de las prácticas ancestrales de los Arhuacos, Wiwas, Kankuamos y Koguis, que han sobrevivido al paso de la modernidad y al terror de la guerra. 

TURISMO COMUNITARIO Y SOSTENIBLE 

Además del intercambio cultural propio entre nativos y turistas, uno de los aspectos que más resaltan del turismo etnográfico, es la experiencia de explorar los paisajes, las montañas y los ríos desde el bagaje cultural de los pueblos indígenas. 

Conocer, de su propia boca, las narraciones mitológicas sobre la creación del universo, la danza de la luna, el sol, lo que significa la línea negra, la importancia de los ríos y el respeto intrínseco y sostenible con la fauna y flora. 

De igual forma, el turismo etnográfico les permite a las comunidades indígenas desarrollar emprendimientos productivos y autóctonos, pues en los recorridos ofrecidos es posible conocer de principio a fin, los procesos de creación de artesanías y la manera en la que cada tejido va más allá del sentido de la moda. 

TOUR A CIUDAD PERDIDA 

Uno de los mejores planes para vivir la experiencia del turismo etnográfico es aprovechar uno de los tours que se realizan a Ciudad Perdida. 

Siguiendo la ruta de los indígenas Tayrona, los turistas tienen la oportunidad de adentrarse en la Sierra Nevada y conocer uno de los caminos ancestrales que aseguraron la supervivencia de los pueblos indígenas desde la llegada del hombre occidental. 

Estos planes cuentan con guías expertos que acompañan el recorrido. Dependiendo de las rutas, pueden ser planes que incluyen cinco o seis días de caminata, que para los amantes de este tipo de turismo son nada, en comparación con los paisajes que exploran y con la riqueza cultural y humana con la que se encuentran una vez llegan a su destino. 

Este recorrido puede tener un costo entre 1’200.000 a 1’600.000 valores que permiten a quienes se atrevan a vivir esta aventura disfrutar de una experiencia única. 

Otros destinos que resaltan el legado ancestral de este territorio van desde el Museo del Oro Tayrona, ubicado en pleno Centro Histórico de la ciudad, que en varias salas ofrece a los visitantes desde joyas de estas comunidades, información sobre sus rituales sagrados, además de las actuales comunidades indígenas que habitan no sólo la Sierra Nevada de Santa Marta, sino toda la región del Magdalena Grande comprendido por los departamentos del Cesar, Magdalena y La Guajira.   

Si deseas conocer más sobre Santa Marta puedes visitar la página web turística: www.discoversantamarta.travel y seguir las redes digitales en Instagram: @descubresantamarta