El legado más histórico del mandatario Andrés Manuel López Obrador, un nacionalista de izquierdas que presenta a su administración como un punto de inflexión en los anales de México, puede ser allanar el camino a quien podría convertirse en la primera mujer presidenta del país.
La alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, una física de 60 años, ambientalista y aliada de larga data de López Obrador que ha gobernado la capital desde fines de 2018, es la candidata favorita inicial del partido en el poder para las elecciones presidenciales de 2024.
Las encuestas le dan al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador una ventaja dominante en la carrera presidencial, lo que actualmente hace que la elección parezca una batalla entre los propios contendientes del oficialismo. La ley mexicana prohíbe la reelección del presidente.
El mandatario, conocido como AMLO y cuya elección de 2018 marcó el comienzo de una serie de victorias de la izquierda en Latinoamérica -la más reciente con el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil- ha declarado públicamente en repetidas ocasiones que no tiene favorito.
Pero cinco altos asesores del presidente dijeron a Reuters que no tenían dudas de que a él le gustaría más que Sheinbaum lo sustituyera, sobre la base de que era más probable que ella consolidara su visión de hacer del Estado el principal motor del cambio social.
Lorena Villavicencio, exdiputada de Morena, explica: “Claudia garantiza que se mantengan los programas más importantes de la Cuarta Transformación”, dijo Villavicencio, usando el epíteto con el que AMLO bautizó a su gobierno, equiparándolo con otros tres momentos claves en la historia del país: independencia del dominio español, reforma y revolución.
Socialmente conservador, autodenominado “terco”, el presidente ha construido su base de poder sobre un mayor gasto social, el control estatal de los recursos naturales y la expansión del papel de las fuerzas armadas, mientras ridiculiza a los críticos como corruptos y egoístas.
AMLO ha chocado con algunas feministas que lo ven como alguien desfasado. Sin embargo, su gobierno y el Congreso también han visto una participación femenina récord en un país donde la cultura machista ha sido culpada durante mucho tiempo por relegar a las mujeres a roles subordinados y niveles más altos de violencia contra ellas que en sus pares regionales.
Sheinbaum, quien destaca su historial de hacer que la ciudad sea más segura para las mujeres y brindar guarderías gratuitas para los niños, quiere ir más allá y presenta su candidatura como una responsabilidad histórica hacia las mujeres en México y más allá.
“Una mujer al frente del país abriría nuevos horizontes y desplegaría las potencialidades de otras mujeres. Rompería el monopolio de los hombres sobre la vida pública”, sostuvo Villavicencio.
Hablando bajo condición de anonimato para poder discutir asuntos delicados, los asesores dijeron que López Obrador no manifestó explícitamente su preferencia por Sheinbaum. La vieron como favorita en función de sus tratos con el mandatario, lo que él ha dicho y su evaluación de los acontecimientos políticos.
Las cosas aún podrían cambiar si su oferta falla, señalaron.
Sheinbaum se presenta a sí misma como la candidata de la continuidad, tanto como guardiana de su legado como defensora de su ideología, al tiempo que insinúa que podría trabajar mejor con inversionistas en un área considerada crucial para el desarrollo de México: la tecnología verde.
Ella promete impulsar la producción de energía renovable de una manera que estimule el desarrollo industrial, abordando las preocupaciones planteadas por los fabricantes que temen tendrán dificultades para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones bajo AMLO quien ha priorizado a las empresas energéticas estatales dependientes de combustibles fósiles.
“Hay un potencial enorme en nuestro país de energías renovables”, dijo Sheinbaum a Reuters en una entrevista reciente. “Es muy factible que México entre realmente a una era de energía renovables”, agregó.
Sin embargo, también defiende el polémico objetivo de AMLO de garantizar que la generación de energía se divida en un 54%-46% a favor del Estado para proteger la “soberanía energética”.
Se espera que el rival más destacado de Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard, sea más favorable a los negocios, dijeron a Reuters media docena de altos ejecutivos. Aún así, las fuentes se apresuran a pronosticar que ambos serían más alentadores para los inversores que López Obrador.
Cuatro de los asesores dijeron que creían que el presidente prefería al secretario de Gobernación, Adán López, otro contendiente de Morena que nació en el mismo estado que el mandatario, por sobre Ebrard, por motivos ideológicos.
Los asesores enfatizan que lo que quiere López Obrador será crucial para determinar al candidato, aunque él lo niega públicamente y ha dicho que el candidato será elegido por encuestas organizadas por Morena. La pregunta no está resuelta porque el presidente quiere ver cómo los favoritos se conectan con los votantes, aseguraron las fuentes.
Encuestas recientes tienden a mostrar que los votantes favorecen ligeramente a Sheinbaum sobre Ebrard.
Ninguno de los principales candidatos del partido tiene la autoridad política de López Obrador, pero es probable que todos sean más conciliadores, como dicen los líderes, funcionarios, diplomáticos y políticos de Morena.
“TIEMPO DE MUJERES”
Sheinbaum muestra una figura sobria y mesurada en comparación con el campechano -y a menudo polarizador- López Obrador, quien ha dictado la agenda política de México desde las conferencias de prensa diarias a las siete de la mañana.
Los abuelos de Sheinbaum fueron inmigrantes judíos del este de Europa y su elección marcaría un hito en la historia judía.
Mientras dice que está orgullosa de su herencia, Sheinbaum enfatiza firmemente sus raíces mexicanas y se describe a sí misma como una “guadalupana” en honor a la Virgen de Guadalupe, un ícono definitorio de la Iglesia católica en el país.
Ella y sus rivales se han comprometido a retener los programas de asistencia social de López Obrador y su agenda central. Hablan menos de sus propios planes que de lo que pueden hacer para pulir los del mandatario.
A nivel nacional, AMLO es mucho más popular que Morena, que ahora controla casi dos tercios de los gobiernos regionales, lo que le da más poder para movilizar votantes.
“México está viviendo un momento especial en su historia. El apoyo popular que tiene el presidente López Obrador tiene que ver con su manera personal, austera, modesta, de gobernar”, dijo Sheinbaum.
Si López Obrador entrega el poder a Sheinbaum, ayudaría a silenciar a sus críticas feministas, sostienen autoridades.
Los rápidos avances de las mujeres en la política mexicana juegan a favor de Sheinbaum, opinó Clara Brugada, alcaldesa de Morena en Iztapalapa, la alcaldía capitalina más poblada.
“Es tiempo de mujeres”, confesó.
Sheinbaum ha impresionado en algunas áreas en las que el presidente ha tenido problemas. A nivel nacional, los homicidios se han mantenido empecinadamente altos. En Ciudad de México, se han reducido a la mitad.
Muchas de las obras públicas más emblemáticas de AMLO parecen cada vez más que no se completarán bajo su mandato.
Le corresponderá al próximo presidente, dice Sheinbaum, consolidar el Tren Maya, su proyecto ferroviario en la península de Yucatán, una nueva refinería en su estado natal Tabasco y el corredor comercial interoceánico que planea en el sur de México.
RETÓRICA
Se espera que el proceso para determinar el candidato presidencial de Morena concluya a fines de 2023.
La percepción de que Sheinbaum es la candidata a vencer está muy extendida dentro de Morena. Ebrard y algunos partidarios han instado públicamente a Morena a garantizar que los contendientes compitan con “suelo parejo”.
Morena no puede arriesgarse a entrometerse en los resultados de las encuestas para decidir a su candidato, pero la forma en que estarán organizadas y estructuradas las preguntas influirán en el resultado, dicen los funcionarios. Aún no está claro a quién se consultará, ni cuántas rondas de votación habrá.
Una nube que se cierne sobre el dominio de Morena es la Ciudad de México, un bastión de la izquierda mexicana que ha sido gobernado por el propio presidente y Ebrard, quien sucedió a López Obrador como alcalde para el periodo 2006-2012.
En mayo de 2021, un paso elevado del metro capitalino se derrumbó, dejando unos 26 fallecidos y decenas de heridos. Ebrard, quien fue alcalde cuando se construyó la obra, y Sheinbaum, cuyo mantenimiento de la misma fue señalado por los auditores, recibieron una andanada de críticas por la tragedia.
El mes siguiente, Morena perdió inesperadamente el control de la mayoría de las 16 alcaldías de la capital en las elecciones intermedias en las que el partido barrió a la oposición en la mayoría de los estados y un número récord de mujeres obtuvieron cargos de gobernadoras.
López Obrador expresó públicamente su preocupación por los resultados en Ciudad de México, lo que le hizo reflexionar si Sheinbaum era la candidata adecuada, confesó uno de los cinco asesores cercanos.
Aún así, la política opositora Alfa González, quien alguna vez apoyó al presidente y que, desde 2021 es alcaldesa de Tlalpan, el distrito capitalino que anteriormente dirigió Sheinbaum, dijo que fue la retórica divisiva de López Obrador lo que alejó a los simpatizantes.
“La clase media fue fundamental para que se ganaran estas alcaldías de oposición”, dijo González a Reuters.
Al describir a Ebrard como el candidato con más probabilidades de quitarle votos a la oposición, González argumentó que el grado de identificación entre Sheinbaum y López Obrador significaba que sus fortunas ahora están inextricablemente vinculadas de cara a 2024.
“Están confiando mucho en el arrastre del presidente”, dijo.
Por Dave Graham
Yahoo Noticias Agencia Reuters Foto internet Reuters
(Reporte de Dave Graham; Reporte adicional de Diego Oré; Editado por Frank Jack Daniel)