Tren del Caribe: un despilfarro de $66 mil millones

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En una ceremonia pública de grados el pasado 25 de marzo, el rector de la Universidad del Norte Adolfo Meisel Roca soltó ese dato.

Al referirse a las debilidades que le impiden un mayor crecimiento a la región, Meisel Roca dijo:

“es que los gobiernos locales son poco eficientes en el uso de los recursos públicos. Se invierte en proyectos de bajísima o nula rentabilidad económica y social, los llamados elefantes blancos. Solo miremos lo que ha pasado con el proyecto del tren de carga y pasajeros entre Santa Marta y Cartagena: ya se gastaron 6 mil millones en el estudio de prefactibilidad y ahora quieren gastarse 60.000 millones en el estudio de factibilidad. ¡Qué horror! El tren nunca se hará, pues se calcula que vale 1,6 billones de dólares, pero se habrán feriado 66.000
millones. Con esos recursos se les podría dar el almuerzo a 47.000 estudiantes de colegio durante todo el año escolar.”

El Tren Regional del Caribe sería una larga línea férrea que uniría a Santa Marta, Cartagena y Barranquilla. Findeter, que es la responsable de ejecutar y contratar el proyecto, delegó en la Unión Temporal Ardanuy-Coral Delgado & Asociados Abogados, estudios de tránsito, análisis del uso y tratamiento del suelo, con resultados que deberían entregarse en el mes de marzo de 2022, pero a la fecha no se sabe si hubo conclusiones al respecto. Se ha averiguado en Findeter y nadie da razón sobre ese proceso.

Según una información de El Heraldo del 29 de noviembre de 2021, “los estudios de prefactibilidad, que deben ser entregados al Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD) Región Caribe, tienen una inversión cercana a $5.197 millones. La longitud planteada es de aproximadamente 238 kilómetros y el consultor deberá analizar, como mínimo, cinco alternativas de trazado”.

De acuerdo con el periódico barranquillero, sobre el trazado férreo se conocen tres propuestas: “La primera tendría una longitud de 220 kilómetros y sería un trazado paralelo a la Vía al Mar, uniendo a Cartagena y Barranquilla, donde conectaría con el sistema de transporte masivo Transmetro. Posteriormente, seguirá hasta el Magdalena a través de un viaducto. La segunda opción consta de un trazado de 234 kilómetros paralelo por la vía La Cordialidad. Igualmente hay una tercera opción que incluye conexiones con las zonas portuarias de las tres capitales costeñas. Esta es una propuesta mixta (carga y pasajero).”

De todas maneras, lo que plantea el rector de la Universidad del Norte a manera de denuncia pública despierta una gran preocupación. A continuación el texto de esa intervención:

LA INTERVENCIÓN DE MEISEL ROCA

CEREMONIA PÚBLICA DE GRADOS, 25 DE MARZO DE 2022 UNIVERSIDAD DEL NORTE INTERVENCIÓN DE ADOLFO MEISEL ROCA, RECTOR

Un saludo muy especial a nuestros graduandos, a sus orgullosos padres y familiares, a nuestros directivos y profesores. Saludo también a
quienes nos acompañan desde la transmisión por las redes de la universidad.
La Universidad del Norte fue fundada hace ya más de medio siglo, en 1966, por un grupo de empresarios barranquilleros encabezados por
Karl C. Parrish Junior, y contó con el apoyo de prominentes dirigentes locales, entre ellos don Mario Santo Domingo, uno de los principales
financiadores de este proyecto.
Desde un principio, Parrish señaló que quería fundar una universidad de excelencia, pero Caribe, que formara profesionales preparados para
asumir los retos de desarrollo que la región enfrentaba. A los diez años de fundación de la institución, en una ceremonia como esta, les recordó a los graduandos el tipo de profesional que esperaban formar desde el momento que fundaron Uninorte. Les dijo:
“Nuestra meta era preparar a un hombre, o una mujer, pensante, capaz de analizar los problemas de la comunidad y proponer soluciones técnicas y prácticas. No queríamos sacar fanáticos incondicionales, ni de izquierda ni de derecha, sino una gente con una mentalidad abierta, que no tragara entero”.
Alguna vez, de forma jocosa, el mismo Parrish junior señaló que esta universidad debería ser una combinación de música clásica y vallenato,
en alusión a que debía integrar la rigurosidad de la ciencia y el conocimiento, con la alegría que caracteriza a la gente caribe. En la esencia de nuestra universidad está implícito ese sello caribe, lo que a su vez implica la responsabilidad de defender los valores de nuestra región, que los reconozcamos, que nos interesemos por su cultura e historia, así como por su desarrollo económico y, sobre todo, por el bienestar de su población.
Hoy quiero hacer énfasis en el compromiso caribe de la Universidad del Norte. Para nadie es un secreto que, en los diferentes indicadores
económicos y sociales, la región presenta rezagos sociales considerables con respecto al resto del país, que se refleja, por ejemplo,
en que el producto interno bruto per cápita de los ocho departamentos del caribe esté 36 % por debajo del promedio nacional, de acuerdo con datos de 2020.
En las últimas décadas, los científicos sociales del caribe colombiano han avanzado mucho en el estudio de las causas del atraso económico
relativo costeño, y han encontrado múltiples determinantes para explicar esta situación. Para ser muy sintético, resaltaría tres factores
que han incidido para que la región sea más pobre que el resto del país.

  • En primera instancia, nuestra estructura económica y social mantiene profundas desigualdades de oportunidades, que es resultado del legado colonial, a través de la hacienda ganadera, la esclavitud, las encomiendas, entre otras, que heredamos de la estructura social impuesta por los conquistadores españoles.
    Los economistas Acemoglu y Robinson han popularizado el argumento de las reglas del juego económico, o las instituciones, son las que hacen que un país o región se desarrolle. Según su análisis, la prosperidad en el largo plazo depende de las instituciones, entendidas como las reglas de juego en la actividad productiva. En buena medida, este argumento coincide con la pobre institucionalidad que nos llegó del periodo colonial.
  • Un segundo factor para entender el atraso económico del caribe nuestro es el centralismo del Estado colombiano, que ha discriminado a lo largo del tiempo contra las inversiones en la región. Las políticas económicas, como el régimen arancelario, los subsidios a los créditos, a la industria y a los exportadores, han privilegiado, principalmente, al centro del país, el llamado triángulo Bogotá-Medellín-Cali.
  • El tercer elemento es la forma como las regiones dominantes política y económicamente han construido un discurso negativo sobre la cultura caribeña. Se han creado estereotipos perjudiciales a la hora de participar de manera equitativa en el acceso a las oportunidades y la inversión pública. Es lo que algunos analistas llaman el “orientalismo interno”, en alusión a los aportes del intelectual palestino Edward Said, quien describió cómo en Occidente se construyó un discurso estereotipado sobre el Oriente, que legitimó intelectualmente la conquista y
    discriminación de los pueblos de Oriente por parte de los occidentales.
    Algo así ha sucedido en nuestro medio con los costeños. El antioqueño Luis López de Mesa, quien a comienzos del siglo XX fue ministro,
    escribió varios libros sobre la sociedad colombiana. En uno de esos, titulado De cómo se ha formado la nación colombiana, describió así a
    los costeños:
    “El temperamento costeño se da todo en expansivo gesto. En poco se recata y esconde, en casi todo se pronuncia explosivamente: en el
    hablar, en el reír, en el amor fulminante y fugaz, en el fervor político de una hora, en el acento tribunicio de sus hombres, es el derroche de
    palabras, de alabanzas y vituperio, de dinero…”
    En contraste, de los antioqueños dijo: “Conserva buena tradición de honradez, ambicioso y un poco tahúr en los negocios. Progresista y
    civilista, ama la paz y la civilización material…”
    ¿Cómo superar esta condición de atraso regional? Los científicos sociales del caribe han venido proponiendo algunas estrategias. Y a
    partir de ahora, ustedes, como profesionales costeños tal vez quieran aportar su granito de arena a esta discusión en los próximos años. Sus
    ideas serán bienvenidas y son absolutamente necesarias.
    De momento, el consenso indica que hay dos áreas críticas en las que la región tiene serias deficiencias para superar su rezago, la principal
    de ellas es el bajo nivel de su capital humano: nos debe ir mejor en las pruebas Saber 5, Saber 11, Saber Pro; tenemos baja cobertura en
    educación universitaria, y nuestro bilingüismo debe incrementarse; nuestros maestros tienen menos cobertura en posgrados que los del
    resto del país, – por ejemplo, en las convocatorias de becas-crédito de Colfuturo, para hacer maestrías y doctorados en el exterior, casi no hay gente nacida en la región, igual sucede con las becas del Banco de la República-.
    Ustedes como profesionales que se gradúan de la mejor universidad de la región Caribe, una de las mejores de Colombia, desde sus
    respectivos lugares de trabajo tienen la inmensa responsabilidad social de exigir la priorización y el mejoramiento de la calidad de la educación que recibirán las nuevas generaciones costeñas. Los invito a que promovamos entre todos esta causa por el bien del país.
    Una segunda debilidad manifiesta que le impide tener mayor crecimiento a la región es que los gobiernos locales son poco eficientes
    en el uso de los recursos públicos. Se invierte en proyectos de bajísima o nula rentabilidad económica y social, los llamados elefantes blancos.
    Solo miremos lo que ha pasado con el proyecto del tren de carga y pasajeros entre Santa Marta y Cartagena: ya se gastaron 6 mil millones
    en el estudio de prefactibilidad y ahora quieren gastarse 60.000 millones en el estudio de factibilidad. ¡Qué horror! El tren nunca se hará, pues se calcula que vale 1,6 billones de dólares, pero se habrán feriado 66.000 millones. Con esos recursos se les podría dar el almuerzo a 47.000 estudiantes de colegio durante todo el año escolar. El otro problema enorme es la corrupción, que les resta eficacia a los gobiernos y que es un fenómeno de escala nacional.
    Llegados aquí, les recuerdo, graduandos, que en el sello del profesional uninorteño, por encima de todo está la rectitud y la transparencia, como se canta en el himno de nuestra universidad. Ese debe ser siempre uno de los aportes más valiosos de nuestra universidad: profesionales éticos en todas sus actuaciones.
    El caribe colombiano no solo tiene indicadores negativos, por el contrario, son muchas las fortalezas con las que históricamente hemos
    demostrado lo que podemos aportar en la construcción de la identidad nacional. Basta con mencionar la inmensa riqueza cultural que ha
    brotado de esta parte del país, que hoy es patrimonio de la nación y de la humanidad misma. El nombre de Colombia se ha hecho grande en
    figuras caribeñas como Gabriel García Márquez, Roberto Burgos Cantor, Álvaro Cepeda Samudio, Marvel Moreno, entre muchos de
    nuestros escritores destacados. Ni qué decir de la pintura de Alejandro Obregón, Cecilia Porras, Noé León, Enrique Grau, Norman Mejía,
    quienes modernizaron el arte en este país. Nuestra música popular, los vallenatos, la cumbia, los porros, las champetas, resuenan por toda la geografía de Colombia con ímpetu. El wayunaiki es la lengua indígena más ampliamente hablada a nivel nacional, y el sombrero vueltiao se ha consolidado como símbolo patrio. El Cóndor de Obregón preside el salón donde se reúnen los ministros y el presidente de la República;
    también un mural de Obregón está en el centro del Senado de Colombia.
    Desde la Universidad del Norte estamos comprometidos con la difusión de esta cultura caribe, a través de nuestra editorial, emisora,
    conferencias, cursos, seminarios. Acabamos de nombrar uno de nuestros edificios con el nombre de Álvaro Cepeda Samudio, cuya
    biblioteca personal reposa en nuestra biblioteca gracias a la donación de su viuda Tita Cepeda. Somos orgullosamente caribe y ese también
    es un sello uninorteño. El mismo sello que ustedes, egresados, deben llevar con orgullo, actuando siempre con rectitud, alegría y verdad.
    Quiero felicitar en este momento a sus padres por el triunfo que ellos han tenido con su sacrificio económico, su tiempo y la atención para que ustedes estén disfrutando en este momento el logro inmenso de ser profesionales de esta universidad.
    Felicidades.

Con foto de arriba tomada de El Heraldo