USD 32 mil millones, pérdidas por fraude electrónico en industria de telecomunicaciones

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La evolución de los métodos y recursos de fraude electrónico afectan a todos los sectores empresariales que desarrollan su negocio en canales digitales, y las compañías de telecomunicaciones no son la excepción.

De hecho se trata de un sector que, debido a su acelerado crecimiento, es objeto de diversos y cada vez más complejos tipos de fraude en todo el mundo.

A nivel regional, en América Latina los ciberataques han aumentado entre 30% y 40% en los últimos 3 años, y 6.8% de los pedidos o compras por medios electrónicos se rechazan debido a la sospecha de fraude, aunque dentro de esos rechazos existan transacciones auténticas, no fraudulentas.

Según señala Vesta, una plataforma de garantía de transacciones, de extremo a extremo, para compras en línea, el número de abonados a la telefonía móvil en Latinoamérica llegará a 484 millones en 2025, lo que representa un 73 % de la población total. Como consecuencia, se vuelve cada vez más probable que las numerosas compañías de telecomunicaciones ya existentes y las que van surgiendo se conviertan en objetivos de los estafadores y del fraude electrónico.

Algunos de los mayores problemas que enfrenta una compañía de telefonía móvil son: 1) índices bajos de aprobaciones, 2) fricción y pérdida de clientes, 3) imposibilidad de aceptar métodos de pago alternativos, y 4) índices altos de fraude. Al experimentar índices bajos de aprobación (menos de 70%) en productos de prepago y pospago, las telefónicas deben buscar una solución integral que les permita, al mismo tiempo, combatir el fraude e incrementar sus índices de aprobación y sus ingresos.

Oscar Bello, Director General de Vesta Américas, subraya que “los proveedores de telecomunicaciones están siendo abusados cada vez más por las redes de fraude, así como por los clientes ‘legítimos’, lo que afecta directamente los ingresos debido a falsos rechazos y contracargos. Existe una ‘batalla’ constante entre las áreas de una empresa de telecomunicaciones que buscan, por una parte, impulsar las ventas y la experiencia del cliente y, por otra, detener los ataques y patrones de fraude. Esto se aplica a la recarga de prepago, pago de facturas, actualizaciones de productos o teléfonos y ofertas de paquetes triples o cuádruples (móvil, fijo, TV y banda ancha) para los clientes”.

Los casos de fraude más comunes incluyen:

  • Fraude de pago con tarjeta no presente (CNP), incluido el acceso a la billetera digital almacenada en el dispositivo.

  • Fraude de intercambio de SIM, que conduce al fraude de apropiación de cuenta.

  • Fraude internacional de participación en los ingresos (IRSF), que implica el uso de números de teléfono de tarifa superior por parte del estafador para engañar a las víctimas y que estas le llamen, lo que genera ingresos para quien realiza la estafa. Por ejemplo, el estafador llama a una víctima y cuelgan al primer tono, lo que invita a la víctima a llamar de vuelta.

A nivel mundial, el costo anual del fraude de identidad en la industria de las telecomunicaciones alcanza una cifra de más de $32 mil millones de dólares. A pesar de que el fraude en este sector ha crecido 37% en los últimos 3 años, sólo 6% de las empresas pertenecientes al mismo utilizan recursos de inteligencia artificial o de aprendizaje automático para protegerse.

Vesta colabora con los operadores de telefonía móvil más grandes del mundo para ofrecer experiencias de recarga eficientes mediante la aplicación de tecnologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático, que detectan el fraude y maximizan los índices de aceptación de tarjetas de crédito internacionales.

A través de las soluciones integrales de la compañía para combatir el fraude a las empresas de telecomunicaciones en Latinoamérica, se han alcanzado índices de aprobación de 96% para productos de pospago y de 88% para prepago, además de que se han registrado ahorros acumulados por más de $100 millones de dólares en favor de las distintas telefónicas.