La checa Marketa Vondrousova derrotó por 6-4 y 6-4 a la tunecina Ons Jabeur este sábado en la final de singles femenino disputada en el All England y se consagró campeona de Wimbledon, el primer Grand Slam que consigue en su carrera. Una ganadora inesperada, que no estaba en los planes de casi nadie y brilló con su juego.
La tenista de 24 años y número 42 en el ranking se había convertido en la primera finalista del torneo británico de mujeres no preclasificada en 60 años, desde que lo hizo una leyenda como Billie Jean King en 1963, al derrotar por un doble 6-3 a la ucraniana Elina Svitolina, protagonista de otra de las mejores historias del certamen este año, ya que regresó de su licencia de maternidad en abril pasado. Y ahora, Marketa se quedó con el título con otro éxito casi igual de contundente para ser la primera no preclasificada en ganar Wimbledon.
Vondrousova es la cuarta checa en conquistar Wimbledon en la Era Abierta, tras las conquista de Martina Navratilova, que lo obtuvo en nueve oportunidades, Jana Novotna (1988) y Petra Kvitova (2011 y 2014). “El año pasado estaba con un yeso, viviendo en Londres después de una cirugía en una muñeca, y ahora es asombroso estar aquí”, enfatizó la campeona tras recibir el trofeo.
El resumen del triunfo de Vondrousova
Cuando llegó a su anterior final de Grand Slam, Vondrousova tenía 19 años y tampoco había sido cabeza de serie: fue en Roland Garros 2019. Aquella vez perdió con la australiana Ashleigh Barty, que es, además, una de las seis campeonas de Wimbledon en las últimas seis temporadas que se jugó. “No jugué durante seis meses el año pasado y nunca sabés si vas a volver a estar a este nivel. Estoy muy agradecida de estar aquí, de estar sana y de volver a jugar al tenis”, confesó Vondrousova, nacida en la ciudad de Sokolov y de destacada carrera como junior: fue número uno del mundo en 2015, año en el que ganó el tradicional Trofeo Bonfiglio, en Milán.
Serena Williams ocupaba el puesto 181° cuando llegó a la final en el All England en 2018 que le ganó la alemana Angelique Kerber. Marketa es la segunda jugadora con el ranking más bajo en llegar al duelo decisivo de Wimbledon desde que nació la clasificación de la WTA, en 1975, y no desperdició la oportunidad. Se quedó con la victoria jugando un tenis muy bueno y su nombre ya está inmortalizado en las paredes del estadio.
Medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, el mejor ranking de Vondrousova fue 14°, en 2019. Desde el lunes estará por primera vez en el top 10. Las lesiones la perturbaron en varios períodos de su carrera, pero siempre se convirtió en una jugadora peligrosa cuando estuvo sana. Lo demostró en este certamen, donde antes de su victoria sobre la también sorprendente Svitolina dejó atrás a cuatro cabezas de serie seguidas para llegar a las semifinales: Veronika Kudermetova (12°), Donna Vekic (20°), Marie Bouzkova (32°) y Jessica Pegula (4°). Y en la definición de este sábado derrotó a la número 6.
Fanática de los tatuajes (tiene una gran cantidad y con distintos significados, sobre todo en los brazos; “Sin lluvia, no hay flores”, indica uno de ellos, haciendo referencia a la etapa difícil que atravesó por las lesiones), Vondrousova ostenta raíces deportivas bien profundas. Su bisabuelo, František Frk, fue campeón de pentatlón en 1935. Su abuelo, Vladimir Frk, fue jugador de hockey. Su madre, Jindriska Anderlova, es una exvoleibolista, al igual que su tía, Vladimira Boudova. Ejemplos de una competitividad que trae en los genes. “Le dije a mi entrenador que si ganaba el torneo iba a tener que hacerse un tatuaje él. Lo tendrá que hacer mañana mismo”, dijo, entre muchas risas y una lluvia de aplausos.
Jabeur, finalista también el año pasado, había dado vuelta el resultado y vencido a la bielorrusa Aryna Sabalenka (2°) por 6-7 (5-7), 6-4 y 6-3 en las semifinales, en un resultado que le permitió a la polaca Iga Swiatek seguir siendo la líder del ranking. “Es la derrota más dolorosa de mi carrera”, dijo la tunecina, que no tuvo desquite de la temporada pasada pero sigue en un gran nivel. Por eso, es una de las preferidas de Gabriela Sabatini. La fanática de los drop shots que ubicó a África y al mundo árabe en el mapa del tenis dejó pasar otra oportunidad, pero ya avisó que, más allá de sentirse abatida anímicamente por perder la tercera final de Grand Slam a la que llegó, lo seguirá intentando.
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