Zambrano, Bolívar, le apuesta a la paz desde el campo

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En las veredas Capaca, Cachipay, Salitral e Isla Providencia, del municipio de Zambrano (Bolívar), el balido de las ovejas no solo anuncia nuevos nacimientos, sino también la reactivación económica y social de una comunidad que, tras décadas de conflicto armado, empieza a escribir una historia diferente con esperanza, inclusión y soberanía alimentaria.

Así lo manifestó Inmaculada Méndez, lideresa rural de 57 años, uno de los rostros más visibles de este proceso. Inmaculada retornó a Capaca con su familia tras la masacre del 16 de agosto de 1999 y hoy lidera con firmeza y sabiduría una propuesta comunitaria de vida digna, basada en la producción campesina y el relevo generacional.

“Después de la masacre, volvimos, y hoy somos cerca de 300 familias en Capaca que no callamos, aunque la violencia silencie. Hoy es un tiempo de cambio, es una bendición, y con este proyecto que es el primero que nos ha llegado completo, vamos a intercambiar las crías con los compañeros y vamos a producir carne de carnero de calidad para todo el mundo”, dijo Inmaculada.

A través del proyecto Mi Vida Es el Campo, liderado por la Agencia de Renovación del Territorio (ART) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se puso en marcha un ambicioso plan de fortalecimiento de la producción ovina en este municipio PDET (Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial), uno de los 45 seleccionados a nivel nacional.

Con una inversión que hace parte del convenio internacional por más de 40 mil millones de pesos, 100 familias campesinas recibieron 800 ovejas (700 hembras y 100 machos), alimentos concentrados, sales minerales, insumos veterinarios y herramientas básicas para iniciar o fortalecer sus emprendimientos pecuarios. Además, el proyecto contempla asistencia técnica, fortalecimiento organizativo, acceso a mercados y un claro enfoque de género e inclusión.

“Por sí solos estos elementos nunca serán la esencia de los emprendimientos, pero unidos al fortalecimiento organizativo, la asistencia técnica, la tecnificación pecuaria y la gestión comercial, son indispensables para el éxito y la sostenibilidad de los procesos y, en consecuencia, la transformación territorial que se acompaña”, explicó Beatriz Arismendi, coordinadora general del proyecto en la FAO.

La experiencia en Zambrano forma parte del proceso nacional que acompaña a 2.200 familias rurales en todo el país, mediante el impulso a cadenas productivas sostenibles que combinan seguridad alimentaria, generación de ingresos, y construcción de paz. El enfoque central es transformar los municipios PDET en verdaderos Territorios de Vida alimentarios de paz.

“Este proyecto representa la generación de ingresos para también la seguridad alimentaria de las familias montermarianas. Resaltamos el enfoque de género, mujeres lideresas que han venido empoderándose y motivando a los beneficiarios. Es necesario seguir avanzando en la reforma rural integral para que estas familias puedan tener la titularidad de los predios y hacerlos productivos como ellos lo hacen culturalmente. El proyecto que estamos implementando con FAO como aliado tiene un impacto que va más allá de lo económico, estamos contribuyendo a la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza, la producción amigable con la naturaleza y la construcción de paz en territorios donde el conflicto ha dejado profundos efectos”, expresó Daisy del Carmen Julio, subdirectora regional de la ART en Montes de María.

Además de ovejas, las familias de Zambrano cultivan yuca, ñame, tabaco, ajonjolí, cacao, plátano y otras especies nativas como el fríjol cabecita negra y el maíz negro, recuperando prácticas ancestrales y fomentando una cultura alimentaria propia y sostenible.

Al respecto, Lilian Rodríguez, directora de proyectos de la ART señaló: “Nuestro plan estratégico tiene como eje central la transformación de los territorios PDET. Una de las principales formas de aportar a esa transformación y a la construcción de paz, que es nuestra apuesta como Agencia y como Cuerpo de Paz, es impulsando la economía de los pequeños productores organizados en nuestros territorios. Apoyamos la asociatividad, promovemos procesos liderados por campesinos, mujeres, comunidades afrocolombianas e indígenas, y en muchos casos logramos vincular también a organizaciones de víctimas del conflicto armado”.

“Vinimos a conocer un caso ejemplar de este proyecto, que tiene presencia en 45 municipios, vinculando a 2.200 familias con apuestas productivas de derecho a la alimentación, de asociatividad, acceso a la tierra y a mercados desde la cadena ovina con mejoramiento genético. Este proyecto es la materialización de todo un esfuerzo con las comunidades rurales, con calidad, con historias de vida, con identidad de lucha, paz y cultura. Por eso, cuando consumimos estos alimentos, estamos contribuyendo a la transformación de estos territorios y al proceso de paz”, expresó Marcos Rodríguez, especialista senior de Agricultura Familiar y Mercados Inclusivos de la FAO Colombia.

De manera paralela, en todo el país se adelanta la campaña comercial “Productos con Sabor a Paz” para visibilizar, posicionar y comercializar a un precio justo la producción agropecuaria de estas zonas consolidando #TerritoriosDeVida con identidad.

Esta iniciativa de progreso desde las zonas más alejadas y afectadas en el pasado por la violencia del país está contribuyendo al cierre de brechas, promoviendo la innovación social y la asociatividad en el campo para impactar positivamente en el acceso a los alimentos y, sobre todo, a una inclusión equitativa de las poblaciones rurales.

Su desarrollo se da gracias al convenio internacional entre estas dos entidades que busca “implementar actividades de desarrollo económico, derecho humano a la alimentación y fortalecimiento de capacidades institucionales, comunitarias y organizacionales que aporten al cierre de brechas en la transformación de los territorios PDET”, con un compromiso de inversión que supera los 40 mil millones de pesos en el territorio nacional.

Con información de FAOCO-Comunicaciones