En el comienzo de la fecha 17 de la Premier League, Aston Villa derrotó por 2-1 a Manchester City y agudizó la crisis del equipo dirigido por Pep Guardiola, que apenas se impuso en uno de los últimos ocho partidos del torneo inglés. Emiliano “Dibu” Martínez fue titular en el conjunto local y otro marplatense, Emiliano Buendía, sumó minutos desde el banco de suplentes al ingresar en el tiempo de descuento.
El conjunto que integran los argentinos sube la vara de su juego y pretensiones permanentemente, al punto de que superó a su derrotado en las posiciones. Se convirtió, además, en un nuevo escollo en la necesidad de recuperarse del plantel que parecía invencible hasta hace pcoo tiempo, con la obtención de una Triple Corona, y ahora entrega una imagen absolutamente opuesta. Manchester City sufre en el desarrollo del partido y genera muy poco, perdió la identidad y no la recupera. No da señales siquiera de rebeldía y tiene 25 goles recibidos.
A su debacle en la Premier League, donde ya retrocedió al sexto puesto y está fuera de la zona de clasificación a la próxima Champions League, el equipo dirigido por el catalán ofrece en simultáneo un andar errático también en el principal certamen europeo de clubes vigente, al borde de la eliminación a dos fechas de completarse la etapa de grupos. No hay registros de un momento negativo tan profundo en la carrera de Guardiola: por cualquier competencia, los Ciudadanos llevan nueve caídas en los últimos 12 juegos. Dramático. No sólo extraña a Rodri, el Balón de Oro que transita la rehabilitación de una operación, sino que añora la afinación de la que podía sacar pecho en el mundo del fútbol.
En el comienzo de la fecha 17 de la Premier League, Aston Villa derrotó por 2-1 a Manchester City y agudizó la crisis del equipo dirigido por Pep Guardiola, que apenas se impuso en uno de los últimos ocho partidos del torneo inglés. Emiliano “Dibu” Martínez fue titular en el conjunto local y otro marplatense, Emiliano Buendía, sumó minutos desde el banco de suplentes al ingresar en el tiempo de descuento.
El conjunto que integran los argentinos sube la vara de su juego y pretensiones permanentemente, al punto de que superó a su derrotado en las posiciones. Se convirtió, además, en un nuevo escollo en la necesidad de recuperarse del plantel que parecía invencible hasta hace pcoo tiempo, con la obtención de una Triple Corona, y ahora entrega una imagen absolutamente opuesta. Manchester City sufre en el desarrollo del partido y genera muy poco, perdió la identidad y no la recupera. No da señales siquiera de rebeldía y tiene 25 goles recibidos.
A su debacle en la Premier League, donde ya retrocedió al sexto puesto y está fuera de la zona de clasificación a la próxima Champions League, el equipo dirigido por el catalán ofrece en simultáneo un andar errático también en el principal certamen europeo de clubes vigente, al borde de la eliminación a dos fechas de completarse la etapa de grupos. No hay registros de un momento negativo tan profundo en la carrera de Guardiola: por cualquier competencia, los Ciudadanos llevan nueve caídas en los últimos 12 juegos. Dramático. No sólo extraña a Rodri, el Balón de Oro que transita la rehabilitación de una operación, sino que añora la afinación de la que podía sacar pecho en el mundo del fútbol.
Aunque fue el equipo que sacó del medio para iniciar el partido, el City ya había sufrido la primera situación de riesgo en su arco a los 17 segundos, tras una falla en el control del croata Josko Gvardiol en su intento de darle un pase atrás a su arquero Stefan Ortega Moreno. John McGinn se la robó, el colombiano Jhon Durán buscó definir desde afuera del área y el guardameta la pellizcó para sacarla al córner.
De ese lanzamiento, desde la derecha, llegó la acción más discutida del primer tiempo: todo Aston Villa gritó gol, pero la pelota no había traspasado por completo la línea antes del manotazo de Ortega Moreno, luego de que Pau Torres peinara en el primer palo el tiro de esquina ejecutado por McGinn.
En esa etapa, Dibu solamente tuvo trabajo forzado en una definición cruzada de Phil Foden, pero antes el arquero participó con el pie de la jugada que generó el 1-0 para los locales. Martínez retuvo la pelota esperando que lo presionaran y sacó recto hacia Youri Tielemans, que se había ofrecido como variante cerca del círculo central. El mediocampista giró y lanzó un gran pase largo a Morgan Roger, que cuando llegó al área se la cedió a Durán para que defina.
El gol de Durán para Aston Villa
Sobre el cierre, en tiempo de descuento, Dibu vio una tarjeta amarilla en medio de discusiones y luego se fue a los vestuarios con nuevas manifestaciones de fastidio por esa situación. Nada que no quedara en anécdota.
Los restantes 45 minutos continuaron sin estar exentos de dramatismo para Manchester City, que a los 5 volvió a ver a Duran filtrarse entre los defensores y llegar en soledad ante Ortega Moreno, pero el delantero estaba apenas adelantado antes de marcar y la jugada fue anulada. El rostro de Pep Guardiola no daba buenas señales.
Y a los 20, tras una acción en la que el palo salvó al City, Rogers puso el 2-0 en otro intento de Aston Villa de vulnerar a la adelantada defensa visitante. McGinn fabricó los espacios y cuando notó que no podía rematar, lo asistió al número 27, que llegaba por izquierda. Guardiola, fastidioso, lanzaba patadas al aire en su desilusión.
El gol de Rogers para Aston Villa
Casi media hora del segundo tiempo iba cuando Dibu volvió a recibir un remate, otra vez de Foden, y lo controló con serenidad. Poco después. se anticipó a la idea de Erling Haaland y cortó un avance. Guardiola reclamaba por juego, por actitud, por determinación para ir adelante. Los suyos no le daban esas señales; parecían que los que lo interpretaban eran sus rivales.
Sobre el final, el suspenso lo puso el propio Foden, que convirtió el descuento (2-1) después de que Lucas Digne pisó la pelota dentro del área y se cayó. El blooper generó el descuento, pero no la ilusión de cambiar la historia para los visitantes. Dibu se quedó con el último centro de la fría tarde inglesa. Más helada aún para Guardiola y sus jugadores, que pasaron de las sonrisas frecuentes a las cabezas gachas para salir de la cancha casi siempre.
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