20 minutos al día: cómo dormir siesta puede ayudar a la memoria

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Miriam Alonso, Pexels.

Bogotá, septiembre 2025: Dormir bien ya no es un lujo, es una necesidad que impacta directamente la salud física y mental. En un contexto donde las jornadas largas y el ritmo acelerado parecen no dar tregua, las siestas cortas resurgen como una herramienta práctica para recuperar energía y claridad mental. 

La Mayo Clinic señala que la duración recomendada para una siesta es de entre 10 y 20 minutos.

Dormir más de este intervalo puede provocar sensación de confusión al despertar, mantenerla dentro de ese rango favorece mejoras en la memoria a corto plazo y refuerza la idea de que pequeños recesos pueden marcar una gran diferencia en el bienestar diario.

Según la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (Acmes), en marzo de 2024 se reportó que el 60 % de los colombianos padece algún trastorno del sueño, lo que evidencia una problemática que impacta la salud y el desempeño diario. Frente a este escenario, las siestas cortas surgen como un aliado clave para mantener el rendimiento, una tendencia que ya inspira a algunas empresas a habilitar espacios de pausa que favorecen el bienestar y el rendimiento cognitivo.

‘’En el ámbito laboral, incorporar la siesta como parte de la cultura organizacional no significa perder tiempo, sino optimizar energía y productividad. Así como las pausas activas ya se han normalizado, las siestas cortas representan un siguiente paso para reducir el estrés, favorecer la toma de decisiones y mejorar el rendimiento. Algunas empresas en Colombia han comenzado a habilitar espacios de descanso como una señal clara de que el bienestar de los colaboradores es también una inversión en eficiencia’’, 
menciona Bobby Richardson, Performance Marketing Lead de Emma colchón. 

Y es que, a nivel organizacional, la implementación de espacios para siestas breves se enmarca dentro de las políticas de salud ocupacional y bienestar. Su objetivo no es sustituir las horas de sueño nocturno, sino actuar como complemento para mantener la estabilidad cognitiva y emocional durante jornadas extensas o de alta demanda.

De acuerdo a los datos más recientes de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, más del 65 % de las empresas grandes en Colombia están incluyendo programas de bienestar relacionados con la salud mental y el descanso, entre ellos pausas activas y siestas breves. Las empresas que han probado estos programas reportan menos ausentismo y mayor satisfacción laboral.

Además, durante estas pausas breves se producen cambios fisiológicos medibles, como la reducción en la actividad del sistema simpático, una ligera disminución de la presión arterial y un aumento de la actividad cerebral. De hecho, investigadores del University College de Londres señalan que este tipo de descansos podría tener un efecto protector contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Sin embargo, para que este efecto reparador sea completo, el entorno también juega un papel clave ya que al contar con un espacio adecuado, una postura cómoda y productos de calidad asegura que incluso unos minutos de descanso se conviertan en una experiencia realmente restauradora.

De acuerdo con Escalona, “un colchón o una almohada inadecuados pueden limitar los beneficios de una siesta, generando incomodidad y tensión muscular. En contraste, los productos ergonómicos favorecen la postura y permiten que el cerebro entre rápidamente en un estado de recuperación, potenciando los efectos de memoria, concentración y creatividad que caracterizan un descanso breve’’, agregó Richardson.