La moda mueve $34 billones al año en Colombia (10% del PIB industrial) afirma Inexmoda
El 5,8% de crecimiento proyectado para 2025 contrasta con un lujo global en crisis, mientras marcas nicho y sostenibles ganan terreno, advierte Esdesign
Bogotá octubre de 2025 – El sector moda entra en la temporada otoño-invierno 2025 en medio de un panorama de incertidumbre y transformación.
La industria global vive un momento decisivo, nuevos directores creativos en las principales casas de lujo, ausencia de mujeres en puestos de liderazgo y consumidores que exigen sostenibilidad real marcan el panorama actual.
Uno de los grandes interrogantes sigue siendo el futuro de la feminidad en la moda, un debate que gana fuerza ante la falta de avances en representación dentro de las grandes firmas.
En medio de este contexto, Colombia consolida la relevancia de su industria de moda.
Según el Observatorio de Moda de Inexmoda, en enero de 2025 el gasto de los hogares alcanzó $2,73 billones, con un crecimiento real del 2,56 % frente al mismo periodo del año anterior.
La industria mueve alrededor de $34 billones al año, equivalente al 10 % del PIB industrial, y Euromonitor proyecta un crecimiento del 5.8% para 2025, una cifra superior al crecimiento del 5.6% que se proyecta para el mercado de moda en América Latina en general, lo que indica un buen desempeño del mercado local.
El relevo del lujo internacional y la deuda con la equidad
La llegada de J.W. Anderson (Dior), Demna Gvasalia (Gucci) y Mathieu Blazy (Chanel) marcan un relevo en el liderazgo creativo, pero ninguna de las grandes maisons está dirigida por una mujer. “Hablar de empoderamiento femenino sin representatividad es incoherente. La moda debe ser coherente con los valores que promueve”, advierten expertos de ESDESIGN.
En contraste, Inexmoda menciona que Colombia impulsa el liderazgo femenino en 2024, 30 marcas lideradas por mujeres participaron en un programa de aceleración de Inexmoda y el Banco de Bogotá, demostrando avances desde lo local.
Tendencias dominantes: pasado, color y oscuridad
En las pasarelas internacionales predominan tres líneas claras:
● Historicismo nostálgico: inspiración en archivos y estilos del pasado, reflejo de una industria que mira atrás ante la falta de innovación.
● Minimalismo vibrante: piezas sobrias con verdes, morados y marrones intensos, buscando atraer a un consumidor saturado de estímulos.
● Estética “gothic romantic”: cueros brillantes, encajes negros y acabados plastificados que transmiten el ánimo sombrío de los tiempos actuales.
Un sector bajo presión social y cultural
La recesión económica, las tensiones geopolíticas y una juventud atrapada en microtendencias aceleradas por TikTok e Instagram han impregnado las colecciones de pesimismo y sobriedad. “Lo imperfecto, lo oscuro y lo nostálgico dominan la pasarela porque reflejan el ánimo colectivo”, apunta Esdesign.
Aunque la sostenibilidad es la principal demanda de los consumidores jóvenes, las grandes marcas siguen apostando por consumo masivo, tallas reducidas y una estética normativa, blanca y heterosexual. Excepciones como Stella McCartney o el upcycling de Sarah Burton en su debut para Givenchy muestran caminos alternativos, pero siguen siendo minoría.
Para Esdesign, el futuro está en marcas nicho, queer, locales y sostenibles, que integran artesanía, economía circular y representatividad real.
“El mercado del lujo ya no arrastra las tendencias. Hoy las dictan los consumidores conscientes y los diseñadores emergentes”, advierte la institución.
Así, la moda otoño-invierno 2025 se presenta no sólo como un desfile de tendencias estéticas, sino como un espejo del momento histórico actual, marcado por tensiones entre tradición e innovación, promesas de inclusión incumplidas y un consumidor que exige coherencia y propósito.–