Cáncer de sangre: alternativas a la quimioterapia

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 La quimioterapia suele ser el primer tratamiento por el que optan los médicos para tratar un linfoma, incluyendo las dos formas más comunes: no Hodgkin y el Hodgkin. El linfoma es un tipo de cáncer del sistema linfático, que es parte de la red del organismo que combate los gérmenes. El sistema linfático comprende los ganglios linfáticos (glándulas linfáticas), el bazo, el timo y la médula ósea. El linfoma puede afectar todas esas zonas, así como otros órganos del cuerpo.

Los síntomas pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, picazón en la piel, sudores nocturnos, fiebre, fatiga persistente, pérdida de peso inexplicable y dificultad para respirar.

De acuerdo con el Dr. Stephen Ansell, hematólogo oncológico en el Centro Oncológico Integral de Mayo Clinic, se están desarrollando alternativas a la quimioterapia, como los tratamientos de primera línea y las opciones de respaldo.

“Se trata de mejorar los resultados minimizando los efectos secundarios: utilizando tratamientos que pueden atacar específicamente el cáncer y tener menos impacto en las células sanas y normales del cuerpo. Hay un elevado porcentaje de pacientes cuyo linfoma está curado. Cuando las personas se curan, pueden tener que lidiar con complicaciones a largo plazo. Nuestra idea es obtener los mejores resultados y minimizar los problemas a largo plazo.” explica el Dr. Ansell.

Los estudios del Dr. Ansell han incluido trabajos como parte del Grupo Terapéutico del Cáncer Temprano de Mayo. El grupo de investigación terapéutica ofrece a los pacientes cuyos cánceres no han respondido a la quimioterapia la oportunidad de participar en ensayos clínicos en fase temprana de posibles nuevos tratamientos.

Las personas con linfoma pueden recibir solamente la quimioterapia o una combinación de tratamientos quimioterapéuticos y no quimioterapéuticos, dice Ansell. Las opciones no quimioterapéuticas incluyen inmunoterapia, terapia con células CAR-T, terapia dirigida, trasplante de médula ósea y radioterapia.

·       La inmunoterapia utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer, bloqueando la capacidad de las células cancerosas para esconderse de los intentos del cuerpo de atacarlas. Hay varios tipos de inmunoterapia. La investigación del Dr. Ansell contribuyó al tratamiento del linfoma con la terapia de control inmunológico, medicamentos que ayudan al sistema inmunológico a combatir las células cancerosas sin destruir las células sanas.

·       En la terapia con células CAR-T, o terapia celular con receptor de antígeno quimérico, algunos de los glóbulos blancos de un paciente, incluidas las células T, se eliminan y tratan en el laboratorio para producir receptores de antígeno quimérico, o CARs, que activan la capacidad de las células T para reconocer y matar las células cancerosas. Las células CAR-T se infunden nuevamente en el paciente. Esta forma de inmunoterapia se considera una de las áreas más prometedoras del tratamiento contra el cáncer.

·       La terapia dirigida utiliza medicamentos u otras sustancias de manera aislada o combinada para identificar y atacar cambios en las células cancerosas, ofreciendo menos daño a las células sanas. Actualmente, el Dr. Ansell está investigando nuevas combinaciones potenciales de medicamentos y sus efectos secundarios.

·       El trasplante de médula ósea,  también conocido como trasplante de células madre, infunde células madre formadoras de sangre sanas en el cuerpo para reemplazar la médula ósea que no produce suficientes células sanguíneas sanas.

·       La radioterapia utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para matar las células cancerosas. Para ciertos tipos de linfoma no Hodgkin, la radioterapia puede ser el único tratamiento necesario, especialmente si su linfoma es de crecimiento lento y se encuentra en solo uno o dos puntos. Más comúnmente, la radiación se usa después de la quimioterapia para matar cualquier célula de linfoma que pueda haber quedado.

Desafortunadamente, no existe una forma conocida de prevenir el linfoma, pero una dieta saludable y el ejercicio son importantes: pueden ayudar a los pacientes a lidiar mejor con los tratamientos contra el cáncer y tener mejores resultados, explica el Dr. Ansell.