El Futuro que Imaginamos: Reflexiones personales y aspiraciones

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Por Eduardo Frontado Sánchez

Como seres humanos, todos tenemos la capacidad de imaginar y aspirar a lo que deseamos para nuestro futuro. En mi caso, he tenido la fortuna de entrenarme paulatinamente para enfrentar lo que vendrá. A pesar de ser una persona bien entrenada y capaz de manejar un hogar de manera eficiente, siempre me ha preocupado no convertirme en una carga para los demás.

En la actualidad, con tanto tiempo para reflexionar sobre mis deseos y metas en la vida, me imagino cómo será mi futuro cuando pierda la zona de confort que tengo ahora. Espero que mi gestión personal no sea tan dura ni difícil en todos los sentidos. Siempre he admirado la capacidad visionaria de mi madre, quien siempre mira hacia el futuro y deja huellas en cada etapa, con la seguridad de que, con las herramientas que me ha dado, podré tener una vida exitosa.

Mi visión ideal del futuro incluye reunir suficiente dinero para comprar propiedades que generen ingresos fijos, permitiéndome trabajar por diversión y distracción. Aspiro a multiplicar mis ganancias con negocios alternos y a hacer lo que me gusta: dar conferencias alrededor del mundo y viajar. Siempre he pensado que viajar alimenta el alma y enriquece la vida con experiencias.

Reconozco que amo trabajar, pero en lo que me apasiona. Entiendo que el éxito personal no siempre se traduce en dinero, sino en bienestar y felicidad, lo cual es esencial para poder hacer felices a quienes me rodean. Superar obstáculos es crucial en la vida, pero también lo es rodearse de personas que te motiven y apoyen, viendo la vida con optimismo y superación. Aunque la vida no siempre es color de rosas, elegir bien a tu compañía es fundamental durante este trayecto.

Actualmente, mantengo una disciplina rigurosa para mejorar mi condición física, lo cual puede ser agotador. A veces me pregunto por qué, en lugar de seguir una vida social típica de mi edad, elijo este camino de autoexigencia física y emocional. La respuesta radica en que vivo con una persona que me genera gratitud y me reta a pensar en mi futuro y en cómo gestionarlo en este trayecto llamado vida.

Una de mis mayores preocupaciones es encontrar una pareja. Aunque el amor es un símbolo de libertad, implica desafíos adicionales cuando tienes cualidades distintas. Me pregunto cómo podría tener hijos y si estaría realmente preparado para ofrecer la ayuda necesaria. La interacción entre un padre con cualidades distintas y su hijo es una cuestión que siempre me planteo.

Debo admitir que, como persona con cualidades distintas, tengo más prejuicios y miedos de los que puedo manejar, junto con inseguridades, como cualquier ser humano. Sin embargo, no quiero transmitir un sentimiento de cobardía ni miedo. Reflexionar sobre el futuro y sobre tener una pareja es complejo para alguien que necesita tanta ayuda. A pesar de todo, me considero afortunado por la vida que tengo y por mis aspiraciones. Espero que el futuro me ofrezca nuevos aprendizajes y que lo que ahora parece un gran paradigma se transforme en una oportunidad de crecimiento.