El próximo 28 de julio, se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, una enfermedad considerada altamente contagiosa y que de acuerdo a las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud -OMS-, en sus tipos B y C ocasiona la muerte de 1.1 millones de personas en todo el mundo, cada año.
Aunque existen cinco subtipos de esta enfermedad, precisamente estos dos tipos son los que abarcan el mayor número de pacientes con comorbilidad y muerte, debido a que en muchas ocasiones, no es diagnosticada oportunamente, o simplemente nunca se descubre.
Para este 2021, el Ente rector mundial de salud ha destacado las cifras de impacto que tiene en todo el planeta tierra, pues tan solo el 10% de las personas con hepatitis B crónica llega a diagnosticarse y de ellas, solo el 22% reciben tratamiento, mientras que en la hepatitis C, solo un 21% obtienen un diagnóstico, de las cuales el 62% reciben tratamiento.
Para la Región de las Américas los datos de contagio y muertes también son impactantes; anualmente por hepatitis B se presentan 10.000 nuevas infecciones y 23.000 muertes, mientras que la hepatitis C produce 67.000 infecciones por el virus y 84.000 muertes. En cuanto a la identificación, solo el 18% de las personas con hepatitis B llegan a diagnosticarse y apenas el 3% reciben tratamiento, mientras que en aquellas con infección de hepatitis C, solo un 22% tuvieron su diagnóstico y de ellas el 18% reciben tratamiento.
Existen diferentes estrategias para prevenir esta enfermedad, no obstante, el primer paso consiste en identificar los riesgos que facilitan su contagio.
Su forma de transmisión se da principalmente, por el contacto con sangre o fluidos corporales contaminados siendo los principales canales de contagio: las transfusiones de sangre, relaciones sexuales, transmisión perinatal y el uso compartido de objetos como máquinas de afeitar y cepillos de dientes, con personas que hayan contraído la infección.
Para conocer más detalles sobre la enfermedad, los síntomas y las formas de prevenirla, NUEVA EPS entrega una serie de recomendaciones para mitigar el riesgo de contraer esta infección:
¿En qué consiste la enfermedad?
La hepatitis es una enfermedad altamente contagiosa que produce una inflamación del hígado, causada generalmente por una infección viral. Dentro de estos virus se conocen cinco de sus principales subtipos que son el A, B, C, D y E que generan mayor control en salud pública debido a la gran morbilidad y mortalidad que conllevan, y a su potencial de contagio. Los grupos B y C dan lugar a una infección crónica en cientos de millones de personas, y son en conjunto la causa más común de cirrosis y cáncer hepático, siendo las que más preocupan en la comunidad científica”.
¿Cuáles son las causas?
Esta enfermedad es causada por células inmunitarias en el cuerpo que atacan el hígado, también por bacterias o parásitos, o por daño hepático por alcohol. Algo fundamental es que se puede generar por sobredosis de medicamento, por ejemplo, de Acetaminofén. De igual manera se origina por trastornos hereditarios como la fibrosis quística o algunos cromosomas que presentan mutaciones. Pero la causa más frecuente es por un virus.
¿Cómo se puede prevenir?
La principal medida de prevención es la vacunación, pues su efectividad alcanza niveles de protección a la infección en el 95%. Actualmente dentro del Plan de Beneficios de Salud (PBS), está incluida la inmunización para los niños contra este virus; estos biológicos deben ser administrados al Recién Nacido y en esquema de 2-4 y 6 meses.
Casi igual de importante es la puesta en práctica de buenos hábitos en términos de higiene como lavarse las manos antes de manipular alimentos, así como después de utilizar el baño. Es fundamental no consumir agua de fuentes extrañas sin hervirla de manera previa, de igual manera es vital utilizar el preservativo en cualquier relación sexual, pues es la única manera de evitar esta forma de trasmisión.