Por qué la glocalización es clave para fortalecer el talento y la competitividad

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Colombia se ha consolidado como uno de los destinos más atractivos para la localización de servicios globales, más conocida como ‘glocalización’*, especialmente en el sector tecnológico.

La industria digital en el país representa alrededor de $10.000 millones de dólares anuales, creando cerca de 370.000 empleos y manteniendo tasas de crecimiento entre el 10% y 15% en los últimos años, de acuerdo con el reporte del mercado laboral de TI de Hireline.

La disponibilidad del talento, los costos competitivos y su ubicación estratégica, hacen que el país sea una potencial plataforma de exportación de talentos para mercados de interés como Estados Unidos y Europa. Según datos de Procolombia, el país ha venido posicionándose como el tercer mercado de software de Latinoamérica, después de Brasil y México.

“Esta tendencia es, sin lugar a dudas, una ventaja competitiva para empresas como Nubiral, logrando con éxito entrar a distintos mercados de América Latina, y facilitando a nuestros clientes servicios tecnológicos de alta calidad y de vanguardia, gracias al trabajo de equipos que desarrollan servicios desde los diferentes países donde tenemos presencia, y potenciando sus resultados” señaló Ignasi Puit, Sales Manager de Nubiral para Colombia.

La llegada de estas inversiones y la creación de empleos calificados resaltan la importancia de adoptar modelos de negocio como la glocalización. Este enfoque permite a las empresas combinar la experiencia global con el conocimiento local, adaptando sus productos y servicios a las necesidades específicas del mercado colombiano.

“La glocalización no solo permite a las empresas operar con mayor eficacia en distintos mercados, sino que también refuerza el desarrollo del talento local, un factor clave para impulsar la competitividad del país”, afirmó Puit. “En este modelo de negocio, el componente más importante para ser efectivos son sin duda las personas”, destacó.

Para Nubiral, la glocalización es una herramienta clave para fortalecer las capacidades de las empresas, permitiéndoles competir tanto en los mercados globales y locales. La gestión del talento y la cultura organizacional son fundamentales para implementar con éxito sus estrategias, trasladando capacidades básicas y protocolos a mercados extranjeros y adaptándose a las circunstancias logísticas, culturales y legales, teniendo en consideración los gustos, preferencias, normas sociales, entre otros factores, que podrían convertirse en barrera si no se reconocen.

De acuerdo con el directivo, algunos de los aspectos que deben considerarse para aprovechar al máximo el talento en la organización, y aprovechar las ventajas de contar con un equipo “glocalizado” son los siguientes:

  1. Aprovechar la diversidad del talento. Al permitir que las empresas estén integradas por equipos con habilidades y contextos culturales diversos, se motiva la innovación y la creatividad al ofrecer perspectivas diferentes. 
  2. Fortalecer la expansión del negocio. Al comprender la cultura y el comportamiento de diferentes localidades, los equipos pueden considerar expandir el alcance de sus soluciones y propuestas comerciales.
  3. Optimizar costos. Cuando se cuenta con equipos integrados por personas locales y globales se maximiza el costo de adaptación a un nuevo mercado y esa experiencia fortalece al resto de la operación en la organización.

De acuerdo con Nubiral, los equipos de People & Culture o de Gestión del Talento pueden desarrollar un ambiente organizacional que promueva una cultura sensible y comprensiva, que invite al pensamiento innovador, la diversidad y la comunicación efectiva, al identificar el potencial de desarrollo de los empleados, más allá de las barreras de ubicación geográfica, y fortalecer de esta manera su competitividad. 

*El concepto de glocalización fusiona “globalización” y “localización”. Es un modelo de negocio que describe la oferta de productos o servicios distribuidos globalmente, pero adaptados a las necesidades del mercado local. Este modelo se consolidó tras la pandemia, cuando las organizaciones se plantearon nuevos modelos operativos para minimizar los riesgos, sin comprometer la eficiencia ni la rentabilidad.