Liga costeña…el Sipur …los Corpes…el Acuerdo de Cartagena… la Constitución Política de 1991….fueron importantes pasos hacia la descentralización regional dados en el Caribe colombiano. De 1985 a 1993 hubo mucha actividad impulsada por los gremios económicos (Comité Intergremial del Atlántico) en este sentido.
Fue un período en que pensamos que se había consolidado, todo ese trabajo que había comenzado a comienzos de 1919.
El resultado: surgió una nueva constitución (1991) que consagró específicamente la descentralización administrativa (Colombia se definió como una Republica Unitaria, pero descentralizada en sus territorios) e introdujo la figura de las RAPS (Regiones Administrativas y de Planeación Regional).
Sin embargo a pesar de quedar en esa misma constitución la obligatoriedad y urgencia de expedir una Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial para reglamentar estas RAPS y la región como entidad territorial del país, eso se dilató y solo se hizo hasta 2011. Lo que demuestra que el tema de regionalización no está en la agenda prioritaria ni del Ejecutivo, ni del legislativo. Y es que se trata de una transferencia de poder del centro a la periferia y, por supuesto, no es de interés del gobierno central.
La estrategia parecería entonces, comprometer a los candidatos a la Presidencia hacia el futuro. Ante la situación actual de crisis y aumento de pobreza como consecuencia de la pandemia, los clamores ciudadanos van en dirección a exigir atención a las necesidades vitales inmediatas y el reto seria demostrar que la regionalización podría ayudar a solventar la actual situación de aumento de pobreza o, por lo menos, las inequidades inter departamentales que en el caribe son evidentes.
Es cierto que hemos evolucionado en el legislativo y de una representación diseminada y errática en el Congreso, el caribe ha pasado a tener una bancada.
Pero durante toda la pandemia, que fue un tiempo coyuntural para conectarse con las necesidades territoriales, aunque tuvimos un representante del Caribe en la Presidencia del Congreso, las iniciativas no se conectaron con la región caribe y, lastimosamente, se perdió esa oportunidad.
Las leyes acabadas de sancionar como la de reestructuración de la Procuraduría muestra que la prioridad sigue siendo el apetito burocràtico y no la solución de problemas estructurales de la región, ni del país. Por tanto, se sigue oyendo de lejos las RAPs ya conformadas del caribe, zona central y Pacífico…..como cantos de sirenas.
Por Deyana Acosta Madiedo