Shakira participó el viernes por la noche en un espectáculo sorpresa junto al productor y compositor argentino Bizarrap, un momento destacado del primer día del festival de Coachella, que tuvo una fuerte impronta latina.
Lana Del Rey llegó a su vez al festival con una escolta en motocicleta para encabezar la noche inaugural del gigantesco evento artístico en el desierto de California, que tradicionalmente da inicio al circuito de conciertos del verano boreal.
No apareció en el escenario, en cambio, la megaestrella Taylor Swift, que actualmente está descansando de su exitosa gira Eras Tour.
Se especulaba que podría subir al escenario con su amiga Del Rey o Sabrina Carpenter, pero no fue el caso.
La singular Del Rey volvió a actuar en Coachella una década después de su primer espectáculo en el festival.
Con unas botas brillantes hasta la rodilla y un minivestido, la cantante condujo a sus fans a través de una sensual secuencia de sus éxitos, flanqueada por un aquelarre de bailarines que bailaban en barra y realizaban acrobacias al ritmo de “Born to Die” y la lánguida voz de Del Rey.
Pero fue el show conjunto de Shakira y Bizarrap el que generó más calor en la noche de Coachella.
La colombiana, que aprovechó la ocasión para anunciar una gira mundial, ofreció una actuación potente que incluyó el éxito compartido del dúo en el que Shakira buscó venganza contra su ex, el futbolista español Gerard Piqué.
“¡Arriba Coachella!”, gritó Bizarrap ante los aplausos explosivos del público.
Fue uno de los muchos actos latinos del viernes, un año después de que Bad Bunny realizara una irrupción histórica en tanto primer artista principal en español.
La representación latina ha crecido significativamente en los últimos años en el festival.
Peso Pluma atrajo a una enorme multitud en el escenario principal con su marca única que fusiona la música tradicional regional mexicana con el rap latino y el reguetón más pesado.
Banderas mexicanas ondeaban en la ventosa noche mientras el joven de 24 años actuaba y se proyectaban recortes de diarios que hacían referencia a los ataques que ha recibido el músico por profundizar en el subgénero del “narcocorrido”, que según algunos críticos glorifica la cultura de las drogas.
La cantante puertorriqueña Young Miko exhibió sus divertidos compases de spanglish y trap latino, mientras Cimafunk se convirtió en el primer artista nacido en Cuba en presentarse en Coachella, en una actuación electrizante que mezcló funk afrocubano con trompetas al estilo de Nueva Orleans y bailes de alto voltaje.
“Estoy muy feliz de estar aquí, es realmente una locura”, dijo a la AFP el radiante artista entre bastidores.
Maggy DONALDSON
Yahoo Noticias Agencia AFP