Fiebre amarilla, dengue e influenza: el coctel viral que alerta a Colombia

196
El mosquito Aedes aegypti es el transmisor del dengue. /Cortesía Shutterstock

El país enfrenta un semestre desafiante en materia de salud pública: la fiebre amarilla alcanza niveles no vistos en décadas, el dengue mantiene en alerta a más de la mitad del territorio, la malaria se expande en varias regiones y los virus respiratorios presionan los servicios de salud en ciudades y colegios.

Ante este panorama, surge una pregunta clave: ¿Cómo protegerse y cuándo acudir al médico sin caer en la automedicación?

El Instituto Nacional de Salud (INS) y el Ministerio de Salud advierten que la fiebre amarilla es hoy la mayor amenaza. A corte del 5 de agosto de 2025 (dato oficial más reciente), Colombia acumulaba 127 casos y 53 muertes desde 2024, con una letalidad cercana al 40 %. Previamente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había confirmado 97 casos y 44 fallecidos al 25 de mayo de este año.

“Hoy enfrentamos al mismo tiempo virus respiratorios, gastrointestinales y transmitidos por mosquitos. Automedicarse en este contexto puede ser un error costoso, incluso fatal”, advierte Carlos Reinadocente de la Maestría virtual en Epidemiología de Areandina.

Respiratorios en alza: colegios y oficinas como focos de contagio

En Bogotá, el tablero de SaludData muestra que en menores de dos años predominan SARS-CoV-2 (67,3 %) y el virus sincitial respiratorio (22 %), mientras que en niños de 2 a 4 años los principales son influenza A (32 %) y H3N2 (24 %). A la semana epidemiológica 31 de 2025, la ciudad había registrado 1 252 741 atenciones por infección respiratoria aguda (IRA) en todos los servicios.

En Pereira, el Boletín Epidemiológico Municipal (SE 27 de 2025) reporta que este municipio tiene una de las proporciones más bajas de hospitalización por IRA en menores de cinco años dentro de Risaralda. Sin embargo, a comienzos de 2025 la ciudad registró un aumento del 5 % en atenciones por enfermedades respiratorias frente al mismo periodo de 2024, con 3 470 personas atendidas hasta enero en distintos centros de salud. Una señal de advertencia que confirma que, aunque las cifras locales parezcan moderadas, no es momento de bajar la guardia.

Reconocer los síntomas es clave para no confundir un malestar leve con una enfermedad que requiere atención urgente. Un resfriado común suele presentarse con congestión nasal, estornudos y malestar pasajero, pero cuando aparecen señales como fiebre alta persistente, dolor en el pecho o dificultad para respirar, se encienden las alarmas.

“Uns gripa puede manejarse con reposo en casa, pero un virus serio no. Ignorar la diferencia puede llevar a complicaciones respiratorias graves o incluso a una hospitalización”, advierte Reina.

Las autoridades de salud recomiendan medidas básicas pero efectivas: ventilar los espacios cerrados, lavarse las manos con frecuencia, usar tapabocas si se tienen síntomas y mantenerse al día con las vacunas contra influenza y COVID-19. 

El docente de Areandina añade un llamado de atención: “Bajar la fiebre con medicamentos sin saber la causa es como tapar el sol con un dedo. Puede ocultar un diagnóstico de dengue o de influenza severa y retrasar el tratamiento adecuado”.

¿Cuándo acudir al médico sin demora?

  • Si la fiebre no baja después de 48 horas.
  • Ante dificultad para respirar o dolor en el pecho.
  • En caso de vómito o diarrea intensa acompañada de signos de deshidratación.
  • Si los síntomas empeoran rápidamente, aun con reposo y cuidado en casa.

Alerta por mosquitos: enfermedades causadas por vectores están bajo la lupa

La fiebre amarilla obligó al Gobierno a declarar emergencia sanitaria nacional el 17 de abril de 2025, tras confirmar 75 casos y 34 muertes. Hoy, departamentos como Tolima, Putumayo y Amazonas concentran buena parte de los contagios. La OPS ya había advertido que el virus reapareció en zonas donde no circulaba en décadas.

“No es una exageración: esta enfermedad está regresando a lugares donde no se reportaba hace años. La vacuna es la medida más efectiva y una sola dosis protege de por vida”, subraya Reina, quien enfatiza en que la inmunización debe aplicarse 10 días antes de viajar a zonas de riesgo.

El dengue, por su parte, sigue en alerta. A la SE 27 de 2025, la incidencia nacional fue de 262,1 casos por cada 100.000 habitantes en riesgo, aunque en 2024 había sido de 627,2. No obstante, el 59,5 % de las entidades territoriales y el 23,5 % de los municipios en riesgo están por encima de lo esperado, con picos en Vichada, Vaupés, Guaviare, Putumayo y Meta (más de 800 casos por cada 100.000).

Finalmente, la malaria también repunta: en la SE 27 se notificaron 1.490 casos en la semana y un acumulado de 42.367 en 2025, con predominio de Plasmodios vivax (67,2 %) y falciparum (31,7 %). El 93,7 % de los contagios se concentran en Chocó, Antioquia, Nariño, Córdoba, Vaupés y Risaralda.

“El mosquito no perdona. Eliminar criaderos de agua estancada, usar repelentes y mosquiteros, y vacunarse contra la fiebre amarilla son acciones que salvan vidas”, explica Reina.

Recomendaciones clave si va a viajar a zonas de riesgo

  • Verifique su vacuna contra fiebre amarilla si va a regiones amazónicas o al Tolima.
  • Aplique repelente y use ropa de manga larga en áreas endémicas.
  • Evite aguas estancadas en patios y recipientes.
  • Consulte de inmediato si presenta fiebre, dolor muscular intenso o piel amarillenta